La Dirección Meteorológica anuncia precipitaciones desde este jueves con montos de hasta 45 milímetros entre Ñuble y Los Ríos. El fin de semana, el agua podría alcanzar las regiones de Valparaíso y Metropolitana.
La Dirección Meteorológica de Chile (DMC) emitió un aviso por las “precipitaciones de intensidad normal a moderada (15 – 45 milímetros)”, que afectarán las regiones de Ñuble, Biobío, La Araucanía y Los Ríos a partir de este jueves 28 de enero. Además, con “una isoterma 0 alta” advierten desde el organismo.
“Este jueves al atardecer caerán precipitaciones desde la provincia de Arauco (Biobío) hasta la región de Los Lagos. El viernes (29 de enero), las lluvias se concentrarán entre sectores del Maule y Los Ríos. Ya el sábado (30 de enero), esperamos chubascos en las regiones de O’Higgins, Valparaíso y Metropolitana también. El domingo (31 de enero) habrá precipitaciones en la precordillera de Coquimbo, Valparaíso y Santiago. Ese día, las lluvias abarcarán gran parte del tramo desde O’Higgins hasta Los Ríos”, detalla el meteorólogo de Chilevisión-CNN Chile, Eduardo Sáez Brito.
El especialista aclara que se trata de “un sistema frontal que, además, recibirá el aporte de un río atmosférico en la zona de Maule, Ñuble y Biobío por lo que aumentará el potencial de agua que caerá en esas regiones”.
Este escenario, más la isoterma 0 alta (división entre las precipitaciones en estado sólido y líquido) llaman a la precaución ante el eventual crecimiento en el caudal de los ríos, activación de quebradas, anegamientos locales y deslizamientos de tierra.
Ríos atmosféricos
Los ríos flotantes existen y se les conoce como Ríos Atmosféricos (RA). “La lluvia que cae sobre el centro-sur de Chile es mayormente alimentada por vapor de agua que ha viajado miles de kilómetros desde su origen en el Pacífico ecuatorial y subtropical”, explica, René Garreaud, subdirector del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) en su artículo “Ríos en el cielo, ríos en la tierra”.
Los ríos atmosféricos son largos y angostos corredores de flujo horizontal de vapor de agua. “Se ven como grandes filamentos, o brazos de humedad, que se desprenden desde las zonas tropicales y que viajan por miles de kilómetros. Su máximo flujo de humedad ocurre a sólo uno o dos kilómetros de la superficie y es la acción del viento la que hace que esta humedad se comience a transportar”, detalla, Diego Campos, climatólogo de la Dirección Meteorológica en su publicación “El largo viaje del agua que nos llueve”.
Pero no siempre cumplen la ruta completa, porque apenas surgen “es muy posible que se condensen y precipite en los siguientes días, por lo que el vapor no alcanza a recorrer todo el río. Esto explica cerca del 50% de la precipitación sobre los océanos en las latitudes medias”, afirma Garreaud, doctor en ciencias atmosféricas.
Cuando el vapor de agua, que viajó miles de kilómetros por el océano Pacífico, se conecta con un sistema frontal (baja presión) le aporta a este una gran cantidad de lluvia, la cual puede caer de manera torrencial en un lapso acotado.
René Garreaud describe que “el efecto más notable de los ríos atmosféricos ocurre cuando arriban a las costas occidentales de los continentes, como el sur de Chile o el oeste de Norte América. En nuestro caso llegan entre 30 y 40 a la costa cada año, con mayor frecuencia entre las regiones del Bío Bío y Aysén. Como el aire debe ascender sobre las montañas de las cordilleras de la Costa y de los Andes, ocurre enfriamiento, condensación del vapor y precipitación. Así, los RA dan cuenta de más del 60% de la precipitación anual en gran parte de Chile”.
Diego Campos revela que “si lleváramos todo el vapor de agua que los ríos atmosféricos transportan sería algo así como el doble del caudal del Amazonas flotando sobre nuestras cabezas”.