En el marco de la audiencia de formalización en su contra, el hombre de nacionalidad colombiana entregó escabrosos detalles de aquel 19 de julio. "Me decían que como su padre no estaba muerto, solo me iban a dar la mitad”, sostuvo.
Este viernes se reveló el impactante testimonio de Brayan Monsalve, sicario que fue contratado por tres hermanos para matar a su propio padre, un conocido empresario penquista.
En el marco de la audiencia de formalización en su contra, el hombre de nacionalidad colombiana entregó escabrosos detalles de aquel 19 de julio y de todo lo que ocurrió antes.
El empresario Mauricio ‘Cucho’ Guzmán recibió un disparo en la cabeza, del cual, no obstante, logró sobrevivir. Actualmente, se encuentra internado en el Hospital de Concepción.
¿Qué dijo el sicario?
La declaración de Monsalve, dada a conocer por Radio Bío-Bío, fue clave para revelar el trasfondo del hecho y lograr detener Luciano, Maximiliano y Mauricio Guzmán Cuevas.
El ciudadano colombiano partió contando que se fugó del ejército de su país e ingresó a Chile por un paso no habilitado. Luego se instaló en Concepción, donde en 2023 conoció a uno de los hermanos en una discoteque del Barrio Estación.
Comenzó trabajar para él moviendo droga, pero ello duró solo un tiempo. “Como sabía que era de Colombia, me ofreció mover droga. Yo le moví harta droga, marihuana, hasta que me tomaron detenido en Coronel. Ahí ya dejé de trabajarle”.
Ya en 2024, recurrió a él otro hermano y le hizo la desconcertante propuesta: “Nano, quiero que mates a mi papá”, relató. “Le dije: ¿En serio quieres que mate a tu papá? Me dice sí, quiero que mates a mi papá, no confío en nadie más, solo puedo confiar en usted”.
Afirma que aceptó los tres millones de pesos que le ofrecían, ya que le faltaba dinero y tenía una hija por nacer. “Quedamos en que me iban a pasar la pistola, un celular para hablar de esto solamente y luego botarlo, y (parte de la) plata”.
“Me dicen que lo querían matar por temas de plata, y porque el mismo señor Don Mauricio, el padre, había mandado a Maximiliano a cana (cárcel) por unos problemas, que lo había demandado y se había ido a cana los días previos”, detalló.
Llegó el día, pero nada de lo que había planeado le salió como esperaba. “Le disparé la primera vez, la bala no salió. Le apreté la segunda vez el gatillo y la bala tampoco salió. La volví a cargar y apuntarle en la cabeza, y en eso me dice ‘no lo haga, qué está haciendo, no lo haga, mijo’. Yo le dije que no me mirara, que no se me acercaba. Echó una sonrisa y yo le disparé ya la tercera vez, y ahora sí salió la bala, le pegué en la cabeza y me fui corriendo”.
Cuenta que pensó que estaba muerto, ya que “cae al suelo y ahí mismo blanqueó los ojos”. Se fue a su casa y al pedirle a los hermanos el resto del dinero se enteró de que el empresario había sobrevivido y se encontraba en el Hospital de Concepción: “Nunca me pagaron todo. Me decían que no podían trabajar con la marihuana, que la yuta estaba encima y que como su padre no estaba muerto solo me iban a dar la mitad”.