La reflexión del exrector del INBA tras grave explosión que dejó más de 30 heridos: “Hay un notable abandono de la educación pública”

Por CNN Chile

24.10.2024 / 13:43

El excabecilla del internado abordó distintos temas sobre el debate por el estado de la educación pública. Revisa todo lo que dijo.


La reciente explosión ocurrida el miércoles en el Internado Nacional Barros Arana (INBA) ha generado un profundo impacto, no solo en la comunidad educativa del establecimiento, sino en todo el país. El trágico evento, que dejó a más de 30 personas heridas —cuatro de ellas en riesgo vital—, fue provocado por la manipulación de artefactos explosivos en los baños del colegio.

En medio de la consternación, han surgido voces críticas sobre la situación de violencia que afecta a las escuelas emblemáticas, entre ellas la del exrector del INBA, Gonzalo Saavedra, quien en entrevista con CNN Chile realizó una dura reflexión sobre las causas que llevaron a este desenlace.

Saavedra, quien también fue estudiante del INBA, destacó que este tipo de situaciones no son nuevas. “Esto no es de ahora, no lleva un año ni seis meses, sino que se arrastra por décadas”, señaló. A su juicio, el episodio violento que terminó con decenas de jóvenes heridos es el resultado de un “abandono crónico de la educación pública”, que viene afectando a los colegios más tradicionales del país desde hace más de 30 años. Para el exrector, este problema ha sido largamente ignorado y, aunque han surgido reflexiones, las acciones concretas para frenar la escalada de violencia han sido insuficientes.

“Siempre estamos reflexionando, pero nunca pasamos a la acción”, lamentó Saavedra, subrayando que el deterioro de la educación pública no es solo un tema de infraestructura, sino que afecta profundamente el clima escolar y la convivencia al interior de los establecimientos.

Las comunidades estudiantiles

Durante la conversación Saavedra explicó que uno de los mayores retos que enfrentan los colegios públicos, especialmente aquellos con una alta matrícula, es la dificultad para mantener un control efectivo sobre la seguridad de los estudiantes y el personal educativo.

Según el exrector, la situación en colegios emblemáticos como el INBA, el Instituto Nacional o el Liceo de Aplicación es particularmente compleja debido al tamaño de sus comunidades. “No son solo los estudiantes, sino también los papás, los asistentes de la educación y los vecinos que rodean al colegio. Todos ellos sufren las consecuencias de esta violencia”, indicó.

Saavedra fue enfático al describir el estado actual de las comunidades escolares, afirmando que “están enfermas”. En su diagnóstico, tanto los estudiantes como los profesores y directivos han sido sobrepasados por un clima de violencia y descontrol que, en ocasiones, deriva en tragedias como la del miércoles. “Hoy estamos lamentando a más de 30 estudiantes heridos, y esperemos que ninguno fallezca, pero llevamos mucho tiempo viviendo con profesores agredidos y con hechos violentos al interior de los colegios”, señaló, recordando incidentes previos como la apuñalada a un estudiante en el Instituto Nacional.

Otro de los temas abordados por Saavedra fue el índice de vulnerabilidad escolar (IVE) que afecta a los colegios públicos, incluyendo a los liceos emblemáticos como el INBA. “Trabajamos con un IVE muy alto, sobre el 90% en estos colegios. Esto significa que la mayoría de los estudiantes provienen de familias disfuncionales, y no podemos ignorar cómo esto impacta en su comportamiento y en la convivencia escolar”, explicó.

Para el exrector, es crucial entender que la violencia en las aulas no puede abordarse solo desde el ámbito escolar. “Si un niño vive violencia en su casa y en su entorno, es natural que esa violencia se replique en los colegios”, afirmó, sugiriendo que la solución debe partir desde una intervención integral que involucre a las familias y al entorno de los estudiantes. “Los colegios deben volver a ser espacios de paz, de contención, de diálogo”, sostuvo.

La influencia de factores externos

Uno de los puntos más polémicos que abordó Saavedra fue la posible influencia de actores externos en los actos violentos que ocurren en el INBA y otros liceos emblemáticos. Aunque no presentó evidencia concreta, el exrector indicó que, en su opinión, hay “intervención de organizaciones externas” que buscan sembrar el caos en los colegios y que aprovechan las vulnerabilidades emocionales y familiares de los estudiantes. “Cuando eres joven y tienes vacíos afectivos, es fácil que te seduzcan estos grupos que promueven la violencia”, advirtió.

A pesar de no tener nombres ni pruebas específicas, Saavedra señaló que la violencia que se ha normalizado en los colegios muchas veces es incentivada por adultos o grupos con intereses políticos que utilizan a los jóvenes para sus propios fines. “Los chicos llenan sus vacíos con esta violencia porque se sienten validados, pero eso no puede continuar”, insistió.

Aula segura

Otro aspecto relevante de la entrevista fue la evaluación que hizo Saavedra sobre el programa “Aula Segura”, que permite sanciones más severas contra estudiantes que cometan actos de violencia, incluyendo la cancelación de matrícula. Si bien reconoció que Aula Segura sigue siendo una de las pocas herramientas disponibles para los directores de colegios para hacer frente a la violencia, también cuestionó su efectividad a largo plazo. “Sacamos a un estudiante del INBA, pero ¿dónde va? El problema no termina, solo se traslada”, reflexionó, sugiriendo que el sistema educativo carece de mecanismos reales para contener y reinsertar a estos jóvenes.

El exrector también expresó su preocupación por la falta de continuidad en la aplicación de este tipo de programas. Aunque el municipio de Santiago, en voz de Rodrigo Roco, ha confirmado que entre 2022 y 2024 se realizaron más de 50 expulsiones basadas en Aula Segura, Saavedra indicó que en su época había indicios de que las políticas eran cambiantes y que no siempre se aplicaban de manera consistente.

Finalmente, Gonzalo Saavedra hizo un llamado urgente a “sincerar” el debate sobre la violencia en las escuelas y tomar acciones concretas para mejorar la educación pública en el país. “Necesitamos voluntad política y social para resolver estos problemas, que ya no pueden seguir escalando”, afirmó, proponiendo que se trabaje de manera más estrecha con universidades, profesionales de la salud mental y otros actores que puedan contribuir a mejorar el bienestar emocional de los estudiantes.

Para Saavedra, la explosión del miércoles debe ser un “punto de inflexión” para repensar el sistema educativo chileno y devolver a los colegios su rol como espacios seguros de aprendizaje y formación ciudadana. “No podemos normalizar la violencia, tenemos que hacer todo lo posible para que estas tragedias no se repitan”, concluyó.

Mientras las autoridades investigan las causas específicas del incidente en el INBA, la reflexión sobre el estado de la educación pública y la violencia en los colegios sigue siendo un tema prioritario para el debate público.