Durante su discurso en el Te Deum Ecuménico, el líder de la Iglesia Católica en Chile, sin hacer referencia directa, manifestó su pesar por presuntos hechos de corrupción que han general impacto ciudadano, como las aristas del Caso Audios. “El pueblo está escandalizado al ver tanta avaricia y ansias de poder que no trepidan en sobornar, en valerse del cohecho para lograr sus objetivos, y en el tráfico de influencias”, afirmó.
Como una situación dolorosa calificó el arzobispo de Santiago y uno de los líderes de la Iglesia Católica en Chile, Fernando Chomalí, los presuntos hechos de corrupción que se han tomado la agenda mediática durante este año.
¿Qué pasó?
Este miércoles, se realizó el Te Deum Ecuménico en la Catedral de Santiago, en el marco de la conmemoración de los 214 años desde que se realizó la Primera Junta Nacional de Gobierno.
A la instancia asistieron todos los representantes de los tres poderes del Estado, encabezados por el presidente Gabriel Boric, así como otras autoridades del país.
Uno de los momentos más destacados de la ceremonia fue el discurso de Chomalí, quien, entre otros aspectos, se refirió a situaciones de contingencia, como la crisis de seguridad, el impacto del crimen organizado en Chile y las investigaciones por corrupción.
Respecto a esto último, no hizo referencia directa, pero sus palabras sí tuvieron relación con las indagatorias por presunto tráfico de influencias al interior del Poder Judicial, una de las aristas del denominado Caso Audios.
¿Qué dijo Chomalí?
En primera instancia, el arzobispo de Santiago fue enfático: “Ha sido doloroso para los chilenos ver cómo la corrupción se ha ido enseñoreando de lugares que por su naturaleza debiesen ser intachables”.
En ese sentido, manifestó que el pueblo está escandalizado al ver tanta avaricia y ansias de poder “que no trepidan en sobornar, en valerse del cohecho para lograr sus objetivos, y en el tráfico de influencias”, y, al respecto, expresó: “Qué daño a la fe pública, a la democracia, al Estado de derecho le hacen los escándalos de corrupción y abusos de toda índole que vemos día a día”.
“Duele que personas con poder en vez de servir a Chile se han servido de Chile y claramente han perjudicado a los más pobres”, añadió.
Debido a esto, Chomalí sostuvo este “no es el momento” de tener una actitud “solista” ni individualista, así como tampoco de frases grandilocuentes ni de recriminaciones mutuas. “Este es el momento de la humildad y la grandeza para actuar y que vuelva a ser un orgullo trabajar en el Estado y ser funcionario público”, afirmó.
“Por ello invito y exhorto a que se piense en la posibilidad de un gran acuerdo nacional donde todos quienes tenemos responsabilidades en el país -públicas y privadas- nos escuchemos y dialoguemos. La seguridad no es un tema meramente político, sino que es también ético, anterior a cualquier otro asunto. No puede ser una moneda de cambio para ser negociada por una ley u otra concesión. No hay desarrollo posible, ni una auténtica democracia en un país violento y con gérmenes de corrupción”, continuó.
Finalmente, el arzobispo de Santiago reiteró que Chile necesita “una gran sinfonía” donde estén presentes la unidad, el diálogo social, “la reflexión serena, la mirada amplia”.
“Es hora de pensar qué mundo le dejaremos a las futuras generaciones, como nos dice el Papa Francisco. El crimen organizado y la corrupción demuele la democracia, es una verdadera dictadura que no tiene ni ley ni Dios y donde la vida pierde todo valor. Es la hora de los valientes y el primer acto de valentía es dialogar, sobreponer el interés de la comunidad por sobre el personal, el partisano o el ideológico y actuar en consecuencia”, sentenció.