La denunciante de Renato Poblete, Marcela Aranda, rompió el silencio sobre los abusos del ex sacerdote jesuita, los que incluyen abortos forzados y golpes. "Esto no fue una relación, fue una violación", sentencia.
Marcela Aranda, la mujer que denunció al sacerdote jesuita Renato Poblete, contó los detalles de los abusos del ex capellán del Hogar de Cristo, entre los que destacan violaciones grupales y abortos.
En entrevista con AhoraNoticias, la denunciante relató que los abusos sexuales comenzaron cuando ella tenía 19 años, extendiéndose durante ocho años.
Violaciones
Marcela conoció a Renato Poblete durante la década de los ’80, cuando cursaba sus estudios de Teología en la Universidad Católica. “En los primeros años de universidad surgió en mí el deseo de ser religiosa. En ese contexto me presentan al capellán del hogar de Cristo”, indicó.
Aranda dijo que sentía admiración por Poblete y que se vio forzada a seguir recibiéndolo en su casa, sobre todo después que él la amenazara y chantajerara. El sacerdote le decía “que iba a perder la universidad, que lo iba a perder todo, que me iba a hacer pedazos si yo decía algo porque nadie me iba a creer a mí. Entonces yo no tenía salida, estaba terriblemente sola, no le podía decir a nadie”.
Según afirmó, Poblete la llevaba “donde otros hombres, que eran amigos de él, para que me violaran y me pegaran por turnos mientras él miraba”. Nunca supo si esos sujetos eran sacerdotes, ya que mantuvieron siempre el rostro cubierto.
La mujer fue enfática en que “esto no fue una relación, fue una violación. Golpes, insultos, eso era lo que él hacía conmigo. Así fue arrasando mi vida y después me decía que no le dijera a nadie porque nadie me iba a creer”.
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Abortos y denuncias ignoradas
Aranda aseguró que Poblete la obligó a abortar “y no sólo una vez, tres veces”.
“Me recogía y me llevaba a practicar un aborto, sin que yo lo supiera la primera vez. Yo no sabía a lo que iba”, contó, y sostuvo que en una ocasión el sacerdote la adormeció, de forma que ella se mantuvo inconsciente hasta llegar a su casa.
Tras años de abusos, contó sobre las violaciones al ex provincial jesuita Juan Ochagavía, quien nunca respondió a su denuncia.
“Hablé más de una vez con él, pero nunca recibí respuesta. Juan Ochagavía no me ayudó en nada. Nunca me preguntó nada. No sé qué hizo con esa información, porque seguí padeciendo el abuso sexual de estos hombres”, aseguró.
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