Los relatos de las víctimas y la investigación de la periodista Alejandra Matus para revelar la existencia de la secta Tallis, fueron claves para la presentación de pruebas en un caso donde el folclorista alega inocencia.
“Me siento impactado, realmente impactado. No sé ni de qué personas viene”. Con esta frase se refirió hace dos años el folclorista nacional Humberto “Tito” Fernández, también conocido como el Temucano, a las denuncias de 7 mujeres, quienes lo acusaban de liderar una secta con la que, a través artilugios verbales y manipulación, terminó por atacarlas sexualmente.
Sus palabras datan de octubre de 2018 y, desde entonces, el cantautor de 77 años salió a defenderse de las acusaciones en diversos medios donde fue solicitada su versión.
“Nosotros tuvimos relaciones sexuales consentidas. Había una relación amistosa, muy amistosa”, afirmó el 27 de enero de este mismo año, y aseguró que a la única que debía explicaciones era a su señora, algo que ya hizo.
Más allá de sus argumentos, Fernández deberá comparecer ante la justicia tras la notificación que recibió por la audiencia de formalización, cuyos cargos en su contra son por abuso y violación de cuatro de las víctimas.
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“Era un grupo de 7 mujeres a las que les pidieron sacrificios sexuales”, explicó la periodista Alejandra Matus, quien lideró el reportaje de The Clinic sobre Tallis, la secta sexual liderada por el cantautor.
Aquel rito era condicionante para una supuesta “salvación”, algo que, de acuerdo a la acusación de sus víctimas, era lo que prometía Fernández a cambio de los actos sexuales.
Matus en su reportaje logró hablar con tres de las denunciantes y una de ellas relató: “Él me pidió que lo estimulara tocando mi propio cuerpo, pero de pronto se lanzó sobre mí y me violó. Al terminar me pidió perdón, que no sabía lo que había pasado”.
Un patrón común de las víctimas era que todas habían vivido decepciones amorosas y tenían baja autoestima, algo que el Temucano habría utilizado para aprovecharse de ellas.
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Otro de los testimonios de una de las mujeres señala: “Él quería que yo, por ser bailarina, me sacara la ropa de algún modo sexy y a mí no me salía. No podía actuar y me violó. No tuvo ni un cuidado, ni un gesto cariñoso. Para él, nosotras éramos esclavas sexuales, nada más”.
Pese a todos estos relatos y acusaciones en su contra, la mujer del artista confía en su inocencia: “Cuando él fue a declarar a la PDI, perfectamente lo pudieron dejar con prisión preventiva, sin embargo, se dieron el trabajo de investigar a muchas personas de parte nuestra y de parte de ellas… entonces, ¿cómo no voy a confiar?”, expresó su esposa, Lu Rivera.
Desde el Servicio Nacional de La Mujer y Equidad de Género (SernamEG) dijeron conocer las denuncias y aseguraron estar en contacto permanente con las víctimas.
“Les hemos dado un acompañamiento profesional y sicológico, con abogadas, siquiatras, etc., donde dos de ellas incluso ya han sido dadas de alta”, reveló Johanna Olivares, subdirectora (S) del SernamEG.
Si Tito Fernández termina siendo considerado culpable por las acusaciones, arriesga hasta 15 años de cárcel. En caso de ser declarado inocente, él estudiará una contra demanda por injurias y calumnias, según anunció.