La médico veterinaria de la Universidad Mayor, la doctora Cecilia Valladares, explicó que el riesgo de ser mordido como un perro o un gato “es igualmente riesgoso”, e incluso, otra especie que pueda ser susceptible a ser contagiado por rabia como los mamíferos y en ambos casos; se requiere de vacunación, independiente del origen del animal.
Valladares se mostró a favor de volver a “instalar la medida de la observación del perro”, porque un animal al ser desconocido “claramente es necesario vacunarlo” explicó la especialista.
En el caso del joven de Quilpué, la persona recibió la primera vacuna porque debió declarar que el perro no era “ubicable para la observación” , por lo tanto, según la entrevistada “la decisión fue bien tomada” aunque la mordedura fuera en una pierna. Sin embargo, al asistir a un segundo centro asistencial no se continuó con la vacunación, porque se consideró que una persona que andaba en moto “era una provocación”, contó la veterinaria.
No se habla de rabia en el ataque de un perro cuando es provocado por una persona, ya que el animal actúa de forma defensiva o protegiendo su territorio, comida e incluso porque es sorprendido. Según estudios, existe un 50% de mordeduras en menores que ocurren en el hogar, y de este porcentaje; una cifra es alta es porque el animal “se encontraba comiendo”, enfatizó la especialista.
La iniciativa, impulsada por Conecta Mayor UC, la Pontificia Universidad Católica de Chile y El Mercurio, destaca a figuras de nuestro país mayores de 75 años y que aportan desde sus diversos ámbitos al país.