Más de 60 personas fallecidas y cientos de heridos dejó una serie de atentados terroristas en las cercanías del aeropuerto Kabul adjudicado al grupo extremista ISIS-K, una facción del autodenominado Estado Islámico. Dentro de las víctimas se reportó la muerte de 12 efectivos del Ejercito de Estados Unidos. Se trata de un hecho previamente advertido por los cuerpos de inteligencia estadounidense que finalmente se concretó en la capital de Afganistán. Por su parte, el grupo Talibán condenó el ataque y responsabilizaron a las fuerzas extranjeras por este incidente. Desde el 2015, el llamado ISIS-K ha ejecutado al rededor de 100 ataques contra civiles en Afganistán y Pakistán, además de protagonizar enfrentamientos tanto contra fuerzas locales, los talibanes y tropas estadounidenses, mientras que desde la Casa Blanca advirtieron que nuevos atentados se podrían producir en las próximas horas. Por su parte, el presidente de EE.UU., Joe Biden, se refirió a los hechos en un punto de prensa donde se le vio profundamente afectado, asegurando que las fuerzas estadounidenses no se van a dejar amedrentar por el ataque y que buscarán a los responsables.