La profunda reflexión política del exministro Ávila: “Fuimos poco generosos con las reformas de la presidenta Bachelet”

Por CNN Chile

06.06.2024 / 22:55

En entrevista con CNN Íntimo, el exministro Marco Antonio Ávila recordó su infancia en San Miguel y su paso por la cartera de Educación, así como también reflexionó sobre su futuro. "Me gusta (la política), creo que tengo condiciones que no había advertido", cuenta.


Marco Antonio Ávila Lavanal, hijo de Enrique Ávila y Marta Lavanal, nació un día de agosto de 1977. Se crio en la comuna de San Miguel, donde estuvo en el mítico ex Liceo 6 (hoy Liceo Andrés Bello), conocido por ser donde estudiaron Los Prisioneros.

Si bien la música no es lo suyo, si lo es la educación, donde logró gran reconocimiento tras asumir en marzo del 2022 como ministro de Educación del Gobierno de Gabriel Boric, convirtiéndose en el primer secretario de Estado abiertamente homosexual en la historia chilena, junto con Alexandra Benado.

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Sin embargo, una serie de factores precipitaron su salida de la cartera de Educación en agosto del año 2023, siendo reemplazado por Nicolás Cataldo. Ávila no dejó que esta salida mitigara su pasión por la educación y hoy se desempeña como director de la Escuela Básica Territorio Antártico en San Miguel.

“Creo que cuando uno asume una invitación a ser ministro sabe que eso tiene una fecha de término, ya sea antes o después, pero primero hay una reflexión más política respecto a ello y es que uno sabe que puede salir de ahí“, señala el profesor de Lenguaje a Matilde Burgos en un nuevo capítulo de CNN íntimo.

Vocación de profesor

El ex secretario de Estado cuenta que vivió casi toda su vida en San Miguel, primero junto a su madre y abuelos, y luego junto a la segunda familia de su mamá. “Mi padre es profesor y, por lo tanto, casi toda mi infancia la viví en los patios de las escuelas, acompañándolo muchas veces, y siempre quise ser profesor“.

Creció en plena dictadura y dice recordar claramente lo que pasaba. “Tengo recuerdos muy vívidos de esa época, especialmente de la acción represiva, así como también de haber visto las fogatas y las protestas populares de todos mis vecinos respecto del régimen que se estaba viviendo entonces”, afirma.

“(Crecí) súper regalón, muy cuidado y protegido. Mi abuelita era todo para mí, ya que mi mamá trabajaba. Mis padres hicieron un buen trabajo con su separación, ya que eso nunca afectó mi relación con mi padre, quien todos los viernes pasaba en la tarde, me iba con él y así pasé toda mi infancia”, narra.

Menciona que de su padre no solo obtuvo la vocación docente, sino que también su tendencia política, ya que era militante del Partido Socialista. “Yo fui impugnador de los gobiernos de la Concertación, pero hoy soy consciente, probablemente tras la experiencia como ministro, que a veces hay cosas que son muy complejas“, señala.

Consultado sobre si el dicho “otra cosa es con guitarra” terminó siendo verdad, dice que “los gobiernos de la Concertación hicieron un máximo de esfuerzo (en ciertos aspectos), pero en otros (…) siento que fueron cosas, no sé si imperdonables, pero que han generado un costo altísimo“, nombrando como ejemplo el copago y el Crédito con Aval del Estado (CAE).

“El copago privilegió enormemente la educación particular subvencionada en desmedro de la educación municipal y el Crédito con Aval del Estado, yo creo que ha generado un nivel de endeudamiento importante en muchas familias de este país”, añade en duros términos.

¿Crees que va a ser posible hacer algo con el CAE?
—Veo un ambiente muy crispado, difícil, las condiciones económicas del país también son muy complejas y yo diría también que hay una disposición de cierta parte de la derecha. Esperaría que en los próximos meses ojalá tuviese algún avance.

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¿Falta generosidad?
—Yo creo que sí, como también, a lo mejor, nos faltó a nosotros en un minuto, y cuando digo nosotros me refiero a nosotros en el mundo frenteamplista (…). Yo creo que probablemente en algún minuto fuimos poco generosos.

¿Usted se refiere a cuando fueron oposición?
—Sí, pero a veces ni siquiera pensando en la derecha, ya que fuimos poco generosos de repente hasta con las propias reformas de la presidenta Bachelet. Podríamos haber tenido más decisión en apoyo a esa reforma y eso es parte del aprendizaje de nuestra generación.

Los prejuicios por su homosexualidad

Pese a pasar a la historia del país como el primer ministro abiertamente homosexual, confiesa que su padre no estaba muy contento con la idea. “Estaba complicado, me decía que el cargo era difícil, que la política era compleja y después con las cosas que escuchaba de algunos parlamentarios me decía ‘¿no crees que es bueno dar un paso al lado?’“, cuenta.

Los dichos de los parlamentarios se dieron en el contexto de la acusación constitucional que debió enfrentar en julio del 2023, poco antes de dejar el cargo. “No lo dije en su minuto porque me parecía que era importante defender la gestión que se estaba realizando (…), pero a mí no me cabe ninguna duda que la motivación era homofobia pura“, asegura.

¿Cuándo tú eras chico, cómo viviste tu homosexualidad?
—No tengo muchos antecedentes, pero creo que mis padres no estaban preparados, nadie en mi familia estaba preparado para entender esto y yo no sé de donde, pero la verdad es que nunca, desde el minuto en que me di cuenta de que era homosexual, he sentido ni vergüenza ni miedo.

Detalla que durante algún tiempo le guardó a sus padres su homosexualidad. “Me lo guardé para mí, para hacer el proceso más interno y reflexionar sobre lo que estaba pasando. Uno no tiene consciencia en un minuto de que hay más homosexuales en el mundo, uno piensa que es uno solo”, narra.

En la universidad le contaste a tus papás, ¿cómo lo tomaron?
—No lo tomaron bien, para nada, fue super doloroso. Yo recuerdo perfecto a mi mamá muy complicada, pero hoy entiendo un poco su complicación. (…) Mi mamá siempre decía ‘con lo inteligente que eres probablemente no vas a poder llegar nunca lejos porque la gente te va a discriminar’, esa era su gran preocupación.

¿De capitán a teniente?

Ávila cambió su gran oficina en el piso siete del Ministerio de Educación por una más pequeña en pleno San Miguel, donde se desempeña como director de la Escuela Básica Territorio Antártico. “Hoy me encuentro en un momento de mucha tranquilidad, estoy trabajando en un proyecto muy bonito que es la dirección de una escuela”, confiesa.

“Cuando uno asume una invitación a ser ministro sabe que eso tiene una fecha de término, antes o después, pero primero hay una reflexión más política respecto a eso, que es que uno sabe que puede salir de ahí, y luego es asumir que uno tiene una trayectoria que no necesariamente, en mi caso, está vinculada a la política (…). Por ello, lo que hice fue retornar a mi trayectoria”, dice.

“Había sido antes director de establecimientos, jefe de UTP, es decir, hice la carrera de cualquier profesional de la educación. Trabaje en el Gobierno de la presidenta Bachelet (…), en una coordinación nacional, y estuve años en programas de apoyo al sector educativo en una fundación (…), por lo que ahora para mí fue como retomar una trayectoria“, añade.

Sobreviviste a un cáncer, luego a un contagio de COVID-19 que te dejó hospitalizado y después viene lo del ministerio, ¿cuál fue el más duro?
—Los tres están puestos en mi vida de la manera correcta porque lo del cáncer me hizo replantearme muchas cosas, y yo creo que más que el COVID, ya que del COVID nunca tuve susto, nunca pensé que me podía morir (…), pero lo del cáncer si (pensó que podría morir), ya que tuve unos días bien indecisos.

“Ahí me planteé varias cosas y era como darle el peso correspondiente a cada una; hay cosas que valen la pena, hay peleas que valen la pena, hay gente que uno debe sacar de sus vidas y uno debe estar contento donde esté (…). Obviamente, me hubiera encantado ser ministro los cuatro años (…) pero también entendí que era la decisión correcta”, agrega.

Te quedó gustando la política
—Me gusta, creo que tengo condiciones que no había advertido. Vengo de una familia muy sencilla, mi vida ha estado en San Miguel (…) y pienso que a la política le hace falta un poquito más de eso, más gente a pie, más gente de ciertas comunas, más gente que sea representante de todos los tipos de diversidades. Debemos tener una política que se parezca más a Chile.