Francisca Mardones relata el día en que un huracán la dejó en silla de ruedas: “Son cosas que uno no cree que te puedan pasar”

Por CNN Chile

25.07.2024 / 22:37

En entrevista con CNN Íntimo, la campeona en lanzamiento de bala en Tokio 2020 conversó sobre sus inicios en el deporte, el accidente que la dejó en silla de ruedas y los planes que tiene una vez que terminen los Juegos Olímpicos de París 2024. “Todo lo que venga en adelante no será sufrir, sentir presión o no disfrutar", cuenta.


Hablar de la para atleta nacional Francisca Mardones Sepúlveda es hablar de perseverancia, resiliencia, éxitos, logros y récords, ya que ello es lo que ha marcado su vida.

Francisca fue la primera mujer chilena en la historia en lograr una medalla de oro en los Juegos Paralímpicos, específicamente en Tokio 2020 en lanzamiento de la bala.

No solamente logró llevarse la presea dorada, sino que también batió el récord mundial 8.33 metros, superando su propia marca personal de 8.19, realizada en el Campeonato Mundial de Para Atletismo de Dubai del 2019.

Pero su historia no parte ahí, ya que a temprana edad descubrió su pasión por el deporte, encontrando en él no solo una vocación, sino que una vía de superación personal y profesional. A lo largo de los años, ha enfrentado retos que van más allá de las pistas y los estadios, desafiando percepciones y rompiendo barreras.

Hoy, a sus 46 años, mira con entusiasmo el futuro, pero ya sin el estrés y preocupación del pasado, especialmente de cara a los Juegos Olímpicos de París 2024, donde competirá dentro de pocos días. “Todo lo que venga en adelante no será sufrir, sentir presión o no disfrutar. Ese es mi foco de aquí a París”, cuenta a Matilde Burgos en un nuevo capítulo de CNN Íntimo.

El día que todo lo cambió

Una vez finalizada su etapa escolar, Francisca decidió ingresar a estudiar administración hotelera y cuando terminó, en 1999, eligió Puerto Rico como el destino ideal para efectuar su correspondiente práctica profesional. La deportista relata que todo iba maravillosamente bien allí hasta que llegó el huracán Lenny.

“Un día dentro de toda esta maravilla me informan que viene un huracán y me preocupé de seguir los protocolos que había en ese momento; abastecí al lugar y a los huéspedes, pero tontamente salí un momento cuando el huracán se acercaba a la zona de seguridad, ahí hubo un deslizamiento de tierra y me accidenté”, narra.

A su juicio, son de aquellas cosas “que uno no cree que le pueden pasar, pero pasan y fue muy complicado, difícil, porque ese fue el punto inicial de una consecuencia de hechos. Estuve más de un año hospitalizada con un montón de cirugías, medicamentos, intoxicada de tanto medicamento, porque tengo dolor crónico”, agrega.

Luego de algún tiempo, cuenta que decidió dejar todo lo relacionado con la morfina y sus derivados: “Fue la mejor decisión que tomé, el decir ‘si estoy con tantos medicamentos, no estoy pensando con claridad’, es que estaba totalmente intoxicada. Finalmente, decido que me desintoxiquen y aprender a manejar el dolor, que es muy difícil, pero se puede lograr”.

“Podría haber sido lo más fácil (seguir con los medicamentos) porque me aliviaban el dolor, pero hay un momento en que la droga es tan tóxica que te empieza a afectar los órganos y vienen un montón de cosas colaterales y ahí sí fui súper firme en decirle no a la tentación y finalmente fue pasando el tiempo y aprendí (a vivir con el dolor)”, afirma.

Francisca detalla que pasaron años en los que todos los días “luchaba” contra su decisión. Sin embargo, finalizar su carrera le permitió enfocarse en otra cosa, siguió con la rehabilitación y en un momento la invitan a jugar tenis y “ahí el deporte me empezó a entregar esa adrenalina, esa endorfina, que es el equivalente natural a la morfina”.

Me gusta tanto el deporte, que no sé lo que es vivir sin él, porque desde que tengo uso de razón que he hecho. El ideal para mí es mantenerme activa, para mantenerme mejor en mi condición física y ayudarme con el tema del dolor”, reflexiona.

—No pudiste seguir en el tenis por una lesión
—Me lesioné en el tenis y ya venía un poco cansada de tanto viaje, de tanta competencia, ya que yo vivía de ocho a nueve meses del año en hoteles. Uno vive feliz eso, pero al sumar años y años ahí llega un momento en que me lesioné y dije ‘¿qué hago?’, porque me gusta el deporte, y ahí decidí cambiarme de disciplina, yéndome al atletismo.

—Tenías 39 años en ese entonces
—Sí, y por eso me dijeron si es que no era mejor que trabajara por el deporte en vez de seguir practicando por mi edad, pero dije que no, que sentía que todavía era capaz, que tenía el entrenamiento físico y mental de un deportista de alto rendimiento. Sentía que aún tenía cosas por dar y no me quería quedar con la duda de qué hubiera pasado.

Según la atleta, su lesión la hizo cambiar de deporte, pero también “quería estar estable, estar más tiempo con mi familia, disfrutar a mis papás, estar más tiempo con mi familia, formar mi propia familia y tener un lugar que llamara mi casa, donde tener mi almohada y no la de los hoteles. Eran muchas cosas que se juntaron y que quería tener”.

—¿Esa fuerza mental para adaptarte siempre la tuviste?
—Eso lo adquirí de chica viendo a mi papá y mamá, porque a mi papá lo diagnosticaron a los 40 años con enfermedad de Parkinson y yo nunca lo escuché quejarse, jamás, él siempre buscaba alternativas (…). A mi mamá yo la veía acompañándolo, dándole apoyo, echándose la familia al hombro y con esa fuerza que caracteriza a la mujer chilena nos sacó a todos adelante.

—En los últimos Juegos Olímpicos tú marcaste dos récords mundiales, ¿cómo viajas a París 2024?, ¿Es una presión o un estímulo?
—Después de la presión que sentí en ese momento (en Tokio 2020), creo que ahora solo voy a disfrutar. Me demoré 16 años en tener ese logro deportivo, entonces ya cumplí con el sueño que quería y todo lo que venga en adelante no será sufrir, no será sentir presión, no será no disfrutar y ese es mi foco de aquí a París, dar lo mejor de mí, ver que pasará y disfrutar cada momento.

—¿Cómo te estás preparando?, tú has dicho que serán tus últimas paralímpicas
—Dije que sería mi último ciclo. No sé cuándo será realmente el final de mi carrera deportiva, pero no creo que vaya a estar cuatro años más para un siguiente ciclo. Estoy un poco agotada, ya son 20 años de carrera, estos son mis cuartos juegos paralímpicos —dos por tenis y dos por atletismo—, así que es harto y veré qué es lo que pasa.

—¿Qué se siente entrar al campo con la camiseta de Chile?
Me siento feliz de haber tenido la oportunidad de representar a Chile en múltiples ocasiones a lo largo de los años en diferentes disciplinas (…). Para mí es un orgullo vestir la camiseta roja, vivir con pasión la competencia. Haber tenido la oportunidad de llevar la bandera lo más alto es super lindo y quiero disfrutar cada uno de esos momentos vengan.

Su vida con Fernanda y Sarita

Desde el 2020, la campeona en lanzamiento de bala en Tokio 2020 se encuentra en una relación con su asistente técnica Fernanda Pantoja. En octubre del 2022 se casaron y el 10 de enero de este año ambas se convirtieron en madres de la pequeña Sara. “Es lo más maravillo que ha podido pasar, yo siempre soñé con ser mamá”, cuenta.

Ambas se conocieron gracias a sus mascotas; Francisca quería entrenar en pandemia y Fernanda tenía un curso de deporte adaptado, por lo que terminó siendo su asistente y ahí nació el amor. “Ella nunca había tenido una pareja mujer y yo tampoco, pero hicimos un click que no nos había pasado antes y no queríamos perder esta oportunidad”.

“Tener a Sarita es lo más maravillo que ha podido pasar, yo siempre soñé con ser mamá (…). Estamos viviendo una etapa familiar muy linda, no solo nosotras, sino que toda la familia, ya que se dieron cuenta de que en algún momento habían estado equivocados y que finalmente lo más importante era apoyarnos entre todos“, cerró.