“El planeta se va a enfriar, la ciencia no sabe”, dijo Donald Trump. Mientras la costa oeste de Estados Unidos sufre los embates de los incendios forestales, el mandatario negó el calentamiento global y los demócratas han intentado tomarlo como arma en su contra. Pero aunque 2,5 millones de hectáreas ardan la base dura de apoyo a Trump parece incombustible. Cuando su oponente habla de racismo, él responde con “ley y orden”; cuando critica su desempeño en la pandemia, Trump responde que la economía comienza a recuperarse. Si los dos últimos meses son clave para la definición de una elección, eso nunca fue más cierto que en Estados Unidos este año.