Durante años el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha disfrutado de la imagen de figura política influyente entre los estados miembros de la Unión Europea (UE), así como en parte importante de la comunidad internacional. El mandatario ruso se ha asociado en más de una ocasión con representantes de la ultraderecha y el populismo europeo, como la francesa Marine Le Pen, el italiano Matteo Salvini, el neerlandés Geert Wilders y Viktor Orban, primer ministro de Hungría, además de las cordiales reuniones y alianzas que ha sostenido con Donald Trump y Jair Bolsonaro. Sin embargo, la invasión rusa de Ucrania ha llevado a que muchos de los que antes se habían acercado a Putin ahora busquen distanciarse del Kremlin. A principios de esta semana Salvini, político italiano de extrema derecha, visitó Przemysl, ciudad en Polonia que comparte frontera con Ucrania, supuestamente para mostrar apoyo a ambos países y a los refugiados, esto, a pesar de ser un famoso opositor contra toda migración. Cuando llegó, el alcalde de la localidad, este encaró al italiano: “Viera lo que ha hecho su amigo Putin“, mientras blandía una polera con la cara del presidente ruso, que en 2014 Salvini había usado en varias oportunidades mientras visitaba Moscú. El ultraderechista intentó persistir en su discurso, pero cuando vio la prenda abandonó inmediatamente la conferencia de prensa.