En entrevista con CNN Íntimo, el ex Champion de la COP25 conversó, entre otras cosas, sobre el cáncer que padeció la menor de sus hijas. "En algún momento el tratamiento la estaba liquidando y (...) los doctores nos dijeron que era muy probable que no pasara la noche", dijo.
Hace 12 años Gonzalo Muñoz fundó la empresa TriCiclos, pero su nombre y cara comenzaron a hacerse familiares cuando el ex presidente Sebastián Piñera le pidió que asumiera el rol de Champion para la COP25 de la que Chile sería anfitrión.
El emprendedor debió viajar de país en país pidiendo el compromiso de los privados para llegar a la meta de 0 emisiones de carbono antes del año 2050. El cargo era de un año, pero a causa de la pandemia debió continuar.
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Fue tal su éxito en el puesto que, al pasar la posta a su sucesor británico, Niggel Topping, recibió un aplauso cerrado de la asamblea de la COP26 en Glasgow y hace solo un mes también la condecoración de la reina Isabel II por esa tarea.
Al escarbar más en su historia se puede descubrir la razón tras su ímpetu y carácter. Es hijo de Juan Carlos Muñoz, creador de la primera fundación de microcrédito de Chile, y de Ximena Abogabir, fundadora de la ONG Casa de la Paz, por lo que desde pequeño aprendió la importancia de dejar una huella en lo que quisiera hacer.
En entrevista con CNN Íntimo, Gonzalo Muñoz Abogabir entregó detalles sobre TriCiclos, empresa que ha cumplido un rol fundamental a la hora de promover políticas de sustentabilidad en el sector privado. Además, abordó su experiencia como Champion de la COP25, entre otras cosas.
Los caminos de la vida
Gonzalo tiene dos hermanos, Juan Carlos, actual ministro de Transporte y Telecomunicaciones, y Ximena. El emprendedor reconoce que gracias a sus padres y familia recibieron “ciertas distinciones”: “habernos criado en ese entorno nos permitió entender que lo que tú hagas en el mundo tiene impacto”.
“Nos fuimos criando con este espíritu de tratar siempre de dejar el mundo un poquitito mejor que como estaba el día en que tú naciste. De forma muy concreta, es que aquello que decidas hacer en tu vida trata de hacerlo de forma tal que deje algún impacto positivo para el mundo en general”, detalló.
Muñoz afirma que sus padres hasta el día de hoy “son emprendedores y, por lo tanto, para mí la actividad empresarial fue algo que siempre me llamó la atención y lo aprendí desde muy chico, fundamentalmente desde mi abuelo, y ese ha sido el foco en el cual yo he querido volcar mi intención de dejar un impacto positivo”.
—Tú y tu hermano siempre han sido cercanos, pero a ti te nombró Champion el expresidente Piñera y a Juan Carlos lo nombró ministro el presidente Boric, ¿ahí están más o menos definidas sus posiciones políticas?
—Ninguno de los dos tiene una posición política en la lógica del espectro tradicional y a ambos los asuntos que nos mueven y a los cuales les hemos dedicado nuestras vidas son temas que, para bien, están siendo cada vez más apolíticos (…) Los dos hemos estado apoyándonos mutuamente.
Muñoz afirma que hoy se encuentra “absolutamente disponible para trabajar con todos aquellos que están actualmente moviendo la agenda climática en Chile y celebro la promulgación de la Ley de Cambio Climático. Por lo tanto, mi conexión con la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, es permanente.
—¿Qué pasó contigo cuando a una de tus hijas, que entonces tenía tres años, le diagnosticaron leucemia?
—Fue un momento muy duro, como lo es para cualquier padre cuando se enfrenta a algún fenómeno de fragilidad de los hijos. (…) En nuestro caso la palabra cáncer te remece especialmente y en el caso de la Rosarito fue aún más duro porque ella se manifestó alérgica al principal tratamiento.
“Rápidamente, los doctores nos dijeron que no tenían las herramientas convencionales para poder tratar esta leucemia, que normalmente tiene una ruta de tratamiento y un pronóstico bastante claro, pero en este caso quedábamos un poco en esta incertidumbre”, relata.
El emprendedor y su esposa debieron elegir por uno de dos tratamientos “más bien experimentales, con probabilidades de éxito menores al 15%”. “Tuvimos que jugárnoslas y decir ‘bueno, obviamente hay que hacerlo’ y elegir entre una de esas dos cartas que teníamos disponibles”.
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—Durante el tratamiento vivieron momentos bien delicados.
—En algún momento el tratamiento la estaba liquidando y todos nos acordamos de ese día en que los doctores nos dijeron que era muy probable que no pasara la noche. Ese momento para mí fue muy fuerte porque no solo tenía que ver con la brutalidad de enfrentar la posibilidad de que se te vaya una hija a los tres años, sino que también con el darse cuenta de que la vida es extremadamente frágil y corta.
“Nosotros nos creemos a ratos invencibles y eternos y no lo somos (…) y para mi ese fue el momento en que dije ‘ok, toca reflexionar respecto a qué le estoy destinando mi tiempo, mis talentos, mis capacidades, recursos, los privilegios que tuve al ser criado como fui criado y qué puedo hacer distinto”, añade.
—¿Y qué paso cuando los doctores dijeron que tu hija podría no pasar la noche?
—Al final ella pasó la noche y otra más y se recuperó. Hoy es una preciosa adulta de 20 años que estudia en la universidad y que nos regaló de alguna forma esta experiencia a todos los que estuvimos alrededor, ya que no fue solo a ella, fue a los papás, a las dos hermanas, al entorno familiar.
Gonzalo cree que para todo su entorno ese momento “fue significativo”. “Por una parte, tuvimos la posibilidad de hacernos preguntas, pero, por otro lado, descubrimos la importancia de operar como equipo y sacamos mucha fortaleza del trabajo como familia y yo pienso que eso hasta el día de hoy nos sirve”.
Resignificando la basura
Pese a que comenzó estudiando agronomía en la Universidad Católica y terminó en veterinaria en España, el problema que lo consumía era cómo hacer para que la basura dejara de serlo. Como no hay momentos perfectos para emprender desafíos, se embarcó en TriCiclos mientras su hija aún luchaba contra el cáncer.
—No hay momentos precisos o perfectos para hacer cosas y fue en ese momento cuando nació TriCiclos.
—TriCiclos nace justo y ahí se gatilla un dominó imparable, porque el proceso de la enfermedad de la Rosarito también para mí fue un momento muy importante con un gran amigo, quien tenía una sobrina llamada Tosario y que también tuvo un cáncer y lo sobrellevó. Entonces, con él (…) empezamos a tener muchas conversaciones sobre cómo nos sentíamos como personas del mundo empresarial respecto a los desafíos que vivíamos en la sociedad”.
“Con él teníamos una frase: Cuando tú identificas un problema tienes dos opciones, te haces cargo o te haces el weón (…) y había muchos temas que nosotros decíamos ‘y por qué no, por qué yo no me voy a poner al servicio de intentar resolver ese problema dada la cantidad de capacidades, recursos y redes que tengo”, agrega.
El emprendedor cuenta que durante esas conversaciones su amigo fallece en un accidente. “Eso fue el gatillador final que me llevó inevitablemente a entrar en una conversación con un gran amigo que teníamos en común (…) y con él imaginamos lo que podía ser una empresa que tuviese el objetivo de ayudar a resolver algunos de los grandes problemas de la humanidad y en ello ganar plata como consecuencia”.
—¿Qué abarca TriCiclos?
—Es el ámbito social, ambiental y financiero y es curioso porque lo que nos motivaba al inicio no necesariamente tenía que ver con el reciclaje (…) Estuvimos iterando muchos modelos de negocios buscando equilibrar el que una empresa pudiese comprometerse con el impacto socioambiental y generara rentabilidad a partir de eso y ya después viene la certificación B como una forma de consolidar ese principio.
—Ser certificados como Empresa B implica que los trabajadores reciban parte de la ganancia de la empresa, ¿cuál ha sido la experiencia de ustedes?
—Para nosotros es evidente que el desarrollo de una empresa tiene todo que ver con el talento y las capacidades de las personas que operan en ella, pero además nosotros creemos que las empresas deben ser siempre una fuerza de desarrollo para los individuos con el fin de que vayan pudiendo lograr más dentro de su vida y, por lo tanto, ese foco de repartir utilidades tiene que ver con premiar y valorar el esfuerzo que pone cada persona.
“Además, ese es un reconocimiento que está puesto particularmente para las personas que ganan menos de un tanto dentro de la organización. En consecuencia, busca recompensar particularmente a aquellas personas que tienen rentas más bajas y que esas personas puedan saberse como parte de los logros de la compañía en todas sus dimensiones”, concluye.