Mientras el candidato del Partido Social Liberal sólo necesita mantener sus electores y sumar otro 4%, el sucesor de Lula da Silva se ve en la necesidad de recoger a todos los votantes de la centro izquierda.
No fue la sorpresa que ganara Jair Bolsonaro, sino que lo hiciera con tanta ventaja por sobre el representante del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad.
Los dos candidatos ya comenzaron a trabajar en lo que será la segunda vuelta el próximo 28 de octubre.
Por una parte, Jair Bolsonaro asegura que no cambiará su discurso a cambio de más votación. Por otra, Haddad apunta a lo que él llama la unión de los demócratas.
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“Somos capaces de cambiar el destino de Brasil. No podemos seguir coqueteando con el socialismo o el comunismo. Nuestro país realmente está cerca del caos, no podemos dar un paso más a la izquierda”, aseguro el candidato ganador de la primera vuelta.
En tanto, Haddad señaló: “La oportunidad de una segunda vuelta es una oportunidad que este año nos dio el pueblo. Y nosotros debemos aprovecharla con sobriedad y también con un sentido de la responsabilidad. Nosotros queremos unir a los demócratas de Brasil“.
Si bien las encuestas hablaban de una diferencia de 10 puntos porcentuales entre ambos candidatos, lo que ocurrió este domingo superó las expectativas: la distancia que Bolsonaro le sacó a Haddad fue de 16,7 puntos porcentuales.
La situación brasileña tiene similitudes con la última elección presidencial en Estados Unidos: el voto de molestia de los ciudadanos contra la política establecida que elige a un agente externo a esta.
Por otro lado, la labor que tendrá el candidato Fernando Haddad se pone cuesta arriba. Para analizar cómo se desarrollarán las tres semanas que quedan de campaña, Haddad visitará este martes la cárcel de Curitiba donde se encuentra el ex presidente Lula da Silva.
Al mismo tiempo, la historia electoral de Brasil no acompaña al candidato del PT: en la mayoría de los casos la tendencia se mantiene en las segundas vueltas.
La defensa del mandatario aseguró que él fue víctima de acoso sistemático por parte de la mujer que, 10 años después de enviados los mensajes, presentó la denuncia en su contra.
