En una intrincada ceremonia, con dispositivos de seguridad presentes, autoridades y familiares dieron el adiós al presidente de Haití, Jovenel Moïse, quien fue abatido el pasado 7 de julio en su residencia, a manos de mercenarios colombianos. Los restos del mandatario fueron enterrados en la localidad de Cabo Haitiano, que toda la semana ha sido escenario de violentas manifestaciones, específicamente de partidarios del fallecido presidente. Los hechos no se detuvieron durante la jornada, hasta el punto que las delegaciones tuvieron que evacuar tras los sonidos de los disparos. Su viuda, Martine Moïse, herida en el atentado que le costó la vida a su marido, viajó desde Estados Unidos, donde estaba recuperándose. Por el momento siguen las investigaciones para determinar quién envió a los responsables del crimen.