Harold Mayne-Nicholls: “Hay que construir el sueño de los JJ.OO. del 2036, ese sería mi gran anhelo”

Por CNN Chile

01.12.2023 / 00:00

En un nuevo capítulo de CNN Íntimo, el periodista conversó sobre sus sueños, su familia y el rol que desempeñó para los Juegos Panamericanos Santiago 2023. "Cada una de las locuras que se me ocurren serían muy complejas de desarrollar sin mi esposa", confiesa.


Harold Mayne-Nicholls nunca dudó en aceptar, pero el desafío era inmenso. En 140 días debía terminar todas las obras para el evento polideportivo más grande en la historia de Chile: Santiago 2023.

El problema era que en algunos casos el atraso era de años, pero nada es imposible para este antofagastino de 62 años, el segundo de cuatro hermanos, padre de cinco hombres y abuelo de un niño.

Hoy, ya finalizada la cita panamericana, entrega un positivo balance. “Estamos muy contentos y conformes con lo que se hizo, principalmente porque cuando me hice cargo de esto a mediados de junio me propuse dos temas: El primero era que los deportistas tuvieran todo lo que necesitaban para poder lograr sus máximos rendimientos”, cuenta a CNN Íntimo.

“Lo segundo es el objetivo puntual que me plantee, que era que estos eventos traigan una unión mayor al país y esa unión debe permitirnos a todos sentirnos más orgullos de ser chilenas y chilenos y creo que también lo logramos. Esas dos cosas se lograron y luego viene todo lo otro; la asistencia, la reacción frente a los problemas, etc.”, agrega.

En esta línea, afirma que los chilenos y chilenas durante Santiago 2023 “nos volvimos a sentir unidos y volvimos a sentir algo que se estaba perdiendo, eso de que podemos convivir, de que no necesitamos el conflictuarnos para ser capaces de convivir, que nosotros somos distintos, pero nuestra convivencia la hacemos en torno a la solidaridad, la amistad, al crecer juntos”.

Como director ejecutivo de los juegos, también celebra la gran y positiva influencia alcanzada por Fiu, un pájaro siete colores que tuvo el rol de ser la mascota del certamen. El personaje logró llegar al corazón de miles de personas que no dudaron en tomar fotografías cada vez que aparecía, agotar su mercancía oficial y hasta hacer memes, canciones o arte sobre él.

“Se fue a los humedales a descansar y después lo vamos a llevar por todo el país, donde nos inviten (…). Fiu representa lo que tanto queremos, es un símbolo de unión. Que mejor que este pájaro de siete colores, que, además, representa diversidad y tantas cosas. Desde quizás mediados de diciembre hasta fines de marzo o abril, haremos una gira de Fiu por el país”, cuenta.

Cuando asumiste como CEO esto era una tremenda apuesta, ¿qué te permitió poder lograr lo que lograste y sacar las obras a tiempo?
—Lo primero que me permitió fue ser capaz de detectar dónde necesitaba hacer cambios en el equipo y hacerlos rápido, no esperar, y traer gente que yo sabía que iba a trabajar al ritmo mío y no al revés. Lo segundo al resto del equipo que quedaba le transmití la necesidad de que en los juegos no podíamos fallar, no había opción de fallar.

—¿Qué fue lo que más te llamó la atención de lo que estaba pendiente?
—Me llamó mucho la atención que tuviéramos cuentas pendientes por entregar que eran de junio del año 2021 o 2020. Todavía me llama la atención cuando me llega una cosa del Instituto Nacional de Deportes diciendo que tal cosa del 2021 todavía no está listo y yo pienso ‘pero cómo, quien me fiscaliza inspecciona lo del 2021, no estará un poquito atrasada la cosa’, creo yo, no sé. Me he ido acostumbrando a que los tiempos sean esos. Lo otro fue la incertidumbre general respecto de que no íbamos a ser capaces de llegar, que era imposible, y yo les decía ‘si vamos a llegar’ y la gente me miraba como diciendo ‘imposible’.

Te citaron a la Cámara, ¿te molestó?
—Yo no me molesté porque me citaran a la Cámara, el tema fue que yo expresamente hablé con la presidenta de la Comisión de Deportes, la invité y le dije que por favor no me citara, que me dejara trabajar, fue expreso. Ella me dijo que lo verán y a los tres días me llego la citación, eso fue lo que me molestó.

“Después vino la segunda parte. Dije ‘ok, a qué hora hay que estar allá’, era tipo las 15:00 horas, pero me recibieron a las 16:00 y tanto. Nadie entendió el sentido de urgencia que tenía y después se tuvo que pedir tiempo extra para alargar la reunión. Ahí hubo algo que no se entendió, que era la urgencia de sacar adelante los juegos, y eso me molestó. Igual fui, rendí, me invitaron más veces y fui siempre”, agrega.

¿Se pagaron cosas a precios más altos de lo que hubiera correspondido si se hubiera hecho a tiempo?
—Seguramente sí, de eso no hay duda. Es como cuando vas a una urgencia médica, que no pagas lo mismo que una consulta. La urgencia tiene un sobrecosto siempre, pero al decir sobrecosto mucha gente tiende a pensar que a alguien le quedó dinero por esto, pero no es así.

En esta línea revela que “no lo pagamos nosotros, pero las piscinas no tengo duda que costaron más de lo que hubiera costado si lo hubiéramos hecho el año 2019, no me cabe duda, pero la empezamos este enero o en diciembre del 2022, entonces, ninguna constructora te va a cobrar lo mismo si es que tiene dos años o seis meses, y lo mismo con el equipamiento deportivo. (…) Por ejemplo, si compro un pasaje a cualquier parte del mundo para el 21 de mayo del 2024, hoy me sale mucho más barato que si lo compro el 18 de mayo a la medianoche”.

En lo deportivo, ¿hubo algo que no hubiera sido lo que tú hubieras esperado?
—Yo creo que me faltó visualizar la programación de todos los eventos (…). Me ha dado vuelta y vuelta. No sé si habríamos tenido más rating, pero más deportes habrían tenido exhibiciones en la televisión abierta y eso les trae beneficios y eso me faltó, debí haber sido más rápido.

¿Qué te pareció que criticaran al presidente Gabriel Boric por haber ido muchas veces a ver competencias de 2023?
—Hay gente que no lo entiende y no lo va a entender nunca, pero yo, al contrario, creo que mientras más veces iba era mejor para los deportistas (por el hecho de) ver a la autoridad máxima del país involucrarse en una actividad de nivel mundial.

Pese a ello, Mayne-Nicholls afirma que, a su parecer, el mandatario “fue poco”: “habría esperado que fuera muchas más veces porque era una actividad que nos unía a todos los chilenos y no me cabe duda que quizás otra autoridad hubiera ido más”.

Una vida de amor al deporte

Tal como su padre, quiso estudiar ingeniería, pero le duró poco. Apasionado por las fotos y el fútbol, al año y medio se cambió a periodismo, lugar donde conoció a quien hasta hoy es su esposa: Eugenia Fernández.

Deportista como él, eran los mejores amigos y nunca se dieron cuenta de que se gustaban hasta que se acabó la carrera. Al año siguiente se casaron y hoy son padres de cinco hijos, todos hombres, y abuelos del cuarto Harold de la familia.

“Eugenia es una gran tenista, todavía juega, y la verdad es que me acompaña siempre. Cada una de estas locuras que se me ocurren sin ella serían super complejas de desarrollar“, revela sobre su esposa, con quien este mes de diciembre cumplen 36 años de casados.

Si bien ejerció el periodismo, al poco tiempo lo fichó la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) y en 19 años fue jefe de prensa de mundiales, jefe de sedes y presidente de la comisión de elección de sedes. Sus reuniones eran al más alto nivel y no tuvo pelos en la lengua para decirle a Vladímir Putin que sus aeropuertos eran deficientes y sus carreteras también.

Guste o no, siempre ha dicho lo que piensa. Fue lo que el 2007 lo llevó por unanimidad a la presidencia de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) y también según dice lo que le hizo perder la carrera por la reelección.

Al mando del fútbol chileno convenció a Marcelo Bielsa de entrenar a Chile y comenzar a ver a la que se convertiría en la generación dorada del futbol chileno. Después de dejar la ANFP en 2011, las cosas no se le darían tan bien.

Renunció a la idea de postular a la presidencia de la FIFA, es más, fue sancionado por el mismo ente rector en un juicio del que luego fue absuelto. Tuvo un paso amargo por la vicepresidencia de Blanco y Negro y hasta junio su energía estaba volcada en el Club Trasandino y en Ganamos Todos, la fundación que creó en 2011 para promover el deporte por todos los rincones del país.

Hoy, con la satisfacción de haber cumplido con lo que parecía misión imposible, sigue soñando pero a nivel olímpico. “El presidente del Comité Olímpico dijo que Chile está para cosas más grandes que los Juegos Panamericanos y hay una solo cosa más grande en el mundo del deporte que eso: los Juegos Olímpicos“.

Lo que yo siento que hay que hacer es construir el sueño de los JJ.OO. del 2036, ese sería mi gran anhelo, pero insisto en que solo si están todos en la misma línea. Hay que hacerlo básicamente porque siento que el país lo quiere, la gente quiere una cosa así porque lo que hicimos con los Juegos Panamericanos fue una cosa que la gente estaba expectante hace años”, cierra.