Padre de Luis Larraín: “Mi hijo me enseñó algo que es más difícil para los hombres y el sector político que represento, que es a tener compasión”

Por CNN Chile

16.05.2024 / 22:23

En entrevista con CNN Íntimo, el economista reflexiona sobre el legado de su hijo, el incansable activista por los derechos de la comunidad LGTBIQ+. "Estoy muy contento de haber convivido con él hasta sus últimas horas", afirma.


Luis Alberto Larraín Arroyo tiene 68 años, es economista y actual presidente del Consejo de Libertad y Desarrollo. Admite que siempre le han interesado los temas públicos, las políticas públicas y, en general, lo que pasa en el país.

Está casado con Mónica Stieb, con quien cuenta que comenzó a pololear hace casi 50 años, y es el padre de cinco hijos, entre ellos Luis Larraín Stieb, el cofundador de la Fundación Iguales que murió en noviembre del 2023 debido a un cáncer a la sangre.

En entrevista con CNN Íntimo, reflexiona sobre el legado de su hijo, el incansable activista por los derechos de la comunidad LGTBIQ+: “Estoy muy contento de haber convivido con él hasta sus últimas horas y muy feliz de lo que le entregó a la sociedad chilena y a mucha gente”.

Luis Larraín, el padre

“Adiós a todos, gracias por estar pendiente de lo que me pasaba y ojalá sigan adelante con sus luchas“, señalaba Luis Larraín Stieb en un video de despedida que dejó antes de morir, hace ya cinco meses, tras un corto período de lucha contra un agresivo cáncer que lo aquejaba.

En conversación con Matilde Burgos, Luis Larraín padre recuerda cómo fue cuando supo que su hijo era homosexual y todo lo que ello implicó. “Nosotros (con Mónica) nos enteramos cuando él tenía ya más de 20 años, después de un viaje que hizo a Alemania”, narra.

Él nos cuenta de una manera especial, porque él era muy inteligente para sus cosas. En vez de vivir él el momento difícil que iba a significar esto, le pidió a su psicólogo que nos contara, por lo que tomamos una hora con el psicólogo, fuimos allá y él de una forma muy adecuada a su profesión nos contó todo”, agrega.

Tras aquella cita, el matrimonio fue a comer con su hijo para conversar el tema personalmente. Ahí, sostuvieron una conversación “muy intensa, pero muy rica también, donde fuimos entendiendo más. Yo diría que el proceso que tuvimos fue súper corto en el sentido de entender, o sea, lo que más queríamos era entender”.

“Mi mayor preocupación, más que la cosa tan social, era la cosa laboral de él. Después me contó, por ejemplo, que él y sus amigos gays hacían trampa en las entrevistas de pega. Ellos sabían que en el test había por dos o tres preguntas que eran para captar la preferencia sexual, pero ya sabían, entonces contestaban lo que había que contestar”, recuerda.

11 de Enero del 2016/SANTIAGO
Padre de Luis Larraín: “Mi hijo me enseñó algo que es más difícil para los hombres y el sector político que represento, que es a tener compasión”
FOTO: RODRIGO SAENZ/AGENCIAUNO

—¿Cómo reaccionó el entorno más conservador, tus amigos más conservadores?
—Fue muy variado. En el entorno más cercano tuvimos un apoyo muy grande (…), nosotros teníamos súper claro cuál sería nuestra posición. Hubo gente que nos dijo que nos apoyaba totalmente, pero otros decían ‘pucha, lo que te tocó, qué pena’ y luego cuando Lucho hizo más pública su homosexualidad, había gente que decía ‘pero por qué debe decirlo tanto’.

—En paralelo, tenías un hijo que era seminarista, ¿cómo convivían esos dos mundos?
—Bien. Pedro con Lucho, entre ellos, alguna vez tuvieron conversaciones más profundas sobre las convicciones y creencias de cada uno, que después culminaron muy felizmente con la donación del riñón que le hizo Pedro a Lucho y que los unió mucho (…). En casa, en el almuerzo del día domingo, estaba Lucho con su pololo, Pedro con amigos seminaristas, mi mamá y así.

—¿Tú lo viste feliz tras contarlo?
—Él cambió y mucho (…), después lo vimos mucho más liberado. Empezamos a conocer a sus amigos gays, lo cual era un mundo que yo no conocía. (…) Él cambió, se transformó en una persona más alegre y después creció hasta transformarse en activista y se le ocurre con Pablo Simonetti fundar esta Fundación Iguales, aparecer en la campaña de Sebastián Piñera.

Enseñanzas de un hijo

Una insuficiencia renal llevó al primogénito de Luis Larraín Arroyo a ser trasplantado en dos oportunidades. Tras la segunda cirugía, estuvo durante años con buena salud, hasta que una tos seca derivó en el descubrimiento de un linfoma primario de efusiones (PEL), un tipo muy poco frecuente y agresivo de linfoma no Hodgkin, es decir, un cáncer de sangre.

“Alguna vez nos dijo que nunca en su vida se había sentido tan bien como después del segundo trasplante. Porque la insuficiencia renal es una enfermedad que aparentemente te va minando tu capacidad, te va haciendo más débil, pero tampoco fue un proceso tan rápido, por lo que como que se acostumbró a ser un enfermo renal crónico”, relata el economista.

Era enero del 2023, cuando Lucho empezó a sentirse mal, fue a la clínica y, tras semanas de todo tipo de exámenes, llegó el diagnóstico: “Él lo recibió de una manera un poco distinta a nosotros, porque a nosotros se nos cayó el mundo, pero él nos dijo ‘tranquilos, yo siempre he sabido que voy a tener cáncer o que tengo una probabilidad muy alta de tener cáncer”.

—Te acercaste más, conversaron más. ¿cómo fue ese año?
—Sí, o sea, necesariamente, porque de partida la Mónica se dedicó 100% a él, a acompañarlo a la clínica, a todo lo demás. Yo también tuve mucha comprensión de mi entorno, también en mi oficina y en las otras cosas que hacía. Me dijeron que me tomara su tiempo, así que lo acompañamos mucho, incluso hicimos unos viajes con él muy bonitos.

Recuerda que cuando empezó con las quimioterapias no fue tan abrupta su pérdida de salud. “Hizo un viaje bien bonito también fuera de Chile, a Alemania, con su mamá, su hermana menor y su ahijada, la Clara. (…) Tuvo una intoxicación y llegó bien debilitado. De ahí para adelante, Lucho tuvo unos diez ingresos a la clínica durante el año”, detalla.

—¿Él sabía, estaba consciente de que se iba a morir?
—Yo te diría que quizás en el último ingreso, la Mónica me lo comentó después, él tuvo la sensación de que quizás no iba a salir de la clínica y así fue, entró el 8 de noviembre y el 17 murió. Fue muy duro, por una parte, pero por otra la situación se fue agravando a tal punto que el doctor nos dijo ‘no hay más opciones’, no con esas palabras, pero no había más opciones”.

Padre de Luis Larraín: "Mi hijo me enseñó algo que es más difícil para los hombres y el sector político que represento, que es a tener compasión"

Padre de Luis Larraín: “Mi hijo me enseñó algo que es más difícil para los hombres y el sector político que represento, que es a tener compasión”

—Ahí no había vuelta atrás.
—Ahí se produjo una cosa muy extraña, pero muy de él. Él quiso comunicar esto a su entorno más cercano y yo te diría que en esas últimas semanas por la clínica deben haber desfilado más de 50 personas a conversar con él. Quizás lo más emocionante fue la conversación que tuvo con sus sobrinos, porque con uno de ellos, la mayor, Clara, él tenía una relación especial.

“Clara sabía, estaba enterada, pero cuando mi hija, Mariana, le contó a los dos que venían, Mateo y Julia, porque ya era inminente, les dijo que no lo fueran a ver y todo, pero Mateo reaccionó obstinadamente, llorando que él quería verlo y al final la Mariana lo llevó y tuvo una conversación preciosa con los niños“, agrega.

—¿Y qué les dijo?
—Les dijo que se iba a morir, pero que él quería que no estuvieran tristes, porque toda la gente se moría, algunos antes, otros después, y que él ahora estaba sufriendo mucho, dolores y todo lo demás. Les dijo que no quería que lo olvidaran, que se acordaran de su cumpleaños y, bueno, así lo hemos vivido.

—Llegó el funeral, tuvo una despedida multitudinaria, transversal, desde el presidente Boric, que tuiteó valorando su vida y dando las condolencias a la familia, a la ministra Vallejo.
Fue una ceremonia preciosa (…). Él nos instruyó a la Mónica y a mí de todo lo que quería en el funeral y lo que no también. A una amiga le encargó que juntara dos coros en los que había cantado y vieron las canciones que cantarían. Fue todo muy bonito, para nosotros muy emocionante, al punto que hoy cuando escucho en la radio esas canciones me salen unas lágrimas.

—¿Qué fue lo que tú aprendiste de Lucho?
Uno tiene el concepto de que uno tiene que formar a los hijos y que es como unidireccional esto (…), pero cuando te toca convivir con un ser excepcional como Lucho, mientras estás entremedio no te das tanta cuenta, pero la formación fue un proceso bidireccional. O sea, no es solo que los hijos se aprenden de uno, sino que uno también aprende de los hijos.

—¿Y qué aprendiste de él?
Uno fue el mensaje que nos dejó a todos: ‘Sigan adelante con sus luchas’. Las luchas pueden ser distintas, las de uno o de otro, pero tú tienes que respetarlas (…) y me enseñó también algo que es más difícil, a lo mejor, para los hombres y para el sector político que yo represento, que es a tener compasión.

—¿Tú sientes que quedaste en paz? 
Yo quedé en paz. Al final me agradeció mucho la ayuda durante ese tiempo, la cercanía que habíamos tenido. Yo le hice una confesión, le dije que nunca había rezado tanto como he rezado por ti, porque yo tampoco soy de rezar mucho.

No queremos olvidarnos de Lucho, queremos seguir, con la pérdida que significa que ya no esté físicamente con nosotros, pero queremos seguir con él y esa es la parte del duelo que estamos viviendo y que nos hace felicitarnos de haber tenido este hijo (…), felicitarnos por el hijo que tuvimos”, cerró.