El sentido recuerdo de Jaime Fillol de su esposa Mindy: “Lo que ella quería era lo mismo que yo, estar juntos”

Por CNN Chile

23.05.2024 / 22:37

En entrevista con CNN Íntimo, quien fuera el mejor tenista chileno en los '70 hace un repaso por su vida, reflexionando sobre la partida de su esposa en 2021 debido a una enfermedad y el éxito de su nieto Nicolás Jarry.


Pese a ser un país pequeño, Chile ha sido la cuna de grandes tenistas que han conquistado —y conquistan hasta hoy— importantes torneos internacionales.

En los ’60, un joven Jaime Fillol comenzaba en el International Sporting Club de Santiago a dar sus primeros pasos en una disciplina que entonces no contaba con la popularidad actual.

El tenis no era un deporte popular, sino que lo jugaban algunos pocos y los que lo jugaban eran gente grande, niños no había y tampoco escuelas de tenis”, cuenta a CNN Íntimo.

A sus 77 años, Jaime José Fillol Durán reflexiona sobre todo lo que esta disciplina le ha dado: “El tenis ha sido una manera de vivir, no solo me ha dado de comer, sino que también me permitió educarme, viajar y conocer a mi esposa Mindy. Fui criando a mis hijos alrededor de la cancha de tenis (…) y aquí estoy, sigo con la raqueta muy cercana“.

El gen Fillol

Quien fuera el mejor tenista chileno en los ’70 y pilar del equipo nacional que jugó la final de la Copa Davis 1976, hoy también es reconocido por ser el abuelo de Nicolás Jarry, actual número 16 del mundo. “El primer nieto, niño querido muy cercano, tocó la coincidencia de que también le guste el tenis y sea tan apasionado como yo lo he sido“, cuenta.

Fillol confiesa que se siente “feliz” de todos los éxitos que ha alcanzado Nico y rememora los días en que ambos jugaban al tenis en casa, imaginando que cada espacio era una cancha donde disputaban diferentes torneos internacionales. “Yo soy el único abuelo que tiene un nieto al alto nivel del tenis y para mí eso es como un sueño“, sostiene.

—Ahora que lo ves profesional, ¿son parecidos?
—Como personas somos distintos y como tenistas también, porque si yo hubiera tenido el saque del Nico, quién sabe hasta dónde habría llegado. Yo creo que el tenis lógicamente va evolucionando y se va haciendo más exigente, pero no hay más esfuerzo en lo que él está haciendo hoy que el esfuerzo que hacía yo antes, eso es difícil de entender.

 

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¿Cómo ves la proyección de Nico?
—Si se mantiene en ese nivel, espectacular. Ahora, yo creo que puede mejorar porque él ha ido mejorando. Él ya sabe, él está consciente de qué es lo que tiene que hacer y cómo mejorar (su nivel), así que es cosa de tiempo.

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—Hace poco se viralizó una arenga que hiciste al Nico, ¿cómo fue?
—Vi que el partido estaba complicado, Nicolás se estaba empezando a frustrar, a perder la calma, me miraba a mí y a todo el equipo, empezó a pedir ayuda y yo siempre he pensado que el problema que tiene el deportista es él el que lo tiene que resolver, y le digo: ‘Nico, tú tienes que hacerlo, lo tienes en ti, no nos sigas mirando buscando una respuesta, tú tienes que confiar en que lo puedes hacer’, eso fue un poco lo que le dije. Por suerte ganó el partido.

La partida de Mindy

Jaime se encontraba viviendo en Estados Unidos, participando en un campeonato en Los Ángeles, cuando entre las gradas vio a una mujer, Mindy Haggstrom, de quien se enamoró a primera vista: “Ella estaba de espectadora, la miré y me gustó mucho. Terminé de entrenar, me cambié de ropa, dije ‘voy a ver si la encuentro’ y la encontré”.

Un año después de ese primer encuentro se casaron, dando paso a un matrimonio del que nacieron cinco hijos. Pese a ser una época de pocos torneos y menos ingresos, lo económico nunca fue un factor en su relación: “Lo que ella quería era lo mismo que yo: estar juntos. Ya estaba consolidado en el mundo del tenis, era mi trabajo, de ahí salían los recursos para mantener una familia y ella comprendía que iba a tener que hacer eso”.


La pareja fue feliz durante largas décadas, hasta que Mindy en 2012 comenzó a tener síntomas que llamaron la atención de Jaime: “Hacía cosas que eran inusuales en ella, como tener una conversación por teléfono y de repente cortar porque ya había terminado con lo que necesitaba conversar (…). Entonces empecé a preguntarle a mis hijos si se habían dado cuenta de cosas raras y en 2013 logré ir al médico con ella porque ella decía que estaba todo bien“.

“En 2013 comenzaron los análisis, estudios y después el momento más terrible fue cuando se empezó a caer. A ella le venían como desmayos donde perdía la conciencia brevemente y eso era alarmante porque podía ser en cualquier momento. Y así hasta que pasaron dos o tres años en los que vimos a muchos médicos acá y en California. Finalmente, un médico en Denver dijo que esto era PSP, parálisis supranuclear progresiva, y que no tenía solución“, recuerda.

Ella nunca perdió la lucidez y empezaron a hablar de la muerte. En tu libro cuentas que sus hijas le preguntaban qué cosas conservar tras su muerte.
—Mindy lo reconoció en cuanto se le dijo lo que tenía y cuáles eran las posibilidades de sanar, que no había. Ella sabía que no tenía vuelta y empezamos a repartirnos sus cosas, pero ella lo veía bien, ella no tenía apego a sus cosas.

¿Cómo lo viviste tú?
—Me fui adaptando a esto. Los años de la pandemia hicieron que estuviera más presente porque yo trabajaba desde acá, por lo que estaba todo el día y noche con ella, ya que nosotros siempre seguimos durmiendo juntos. (…) Ese contacto casi permanente con Mindy me ayudó a darme cuenta de la generosidad que ella tenía, mucha generosidad, y esa manera que tenía de enfrentar la enfermedad abrió puertas para que mis hijos, nietos y todos quisieran estar con ella.

Finalmente, tras una larga lucha, Mindy falleció en 2021.

En febrero de este año, Jaime lanzó su libro Huellas en la arcilla, donde repasa sus memorias y hace un recorrido por los hitos que marcaron su vida, incorporando la visión de su familia y de leyendas como su amigo Stan Smith, exnúmero 1 del mundo.

“No fue una cosa fácil de decidir, aunque fue fácil de escribir porque siempre me ha gustado escribir. Esto surge hace muchos años (…), yo siempre tuve la idea de que mi vida era un poco distinta, no usual, entonces pensé que eso era algo interesante de comunicar”, afirma.