En conversación con Matilde Burgos, el periodista y miembro de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, se refirió a su lucha dentro de la Iglesia Católica donde apoya a víctimas de abuso sexual por parte del clero. "He visto al Papa llorar con las cartas que le he llevado", señaló a CNN Íntimo el denunciante del caso Karadima.
Si una causa humanitaria lo llama, es difícil que diga que no, aunque tenga que recorrer literalmente medio planeta. En el último mes, ha estado en el Vaticano, donde integra la Comisión contra el Abuso a Menores en Ucrania, donde viaja junto a una fundación catalana desde que comenzó la guerra y el pasado 13 de diciembre en la Casa Blanca, invitado por el propio Joe Biden a la ceremonia donde firmó la ley que protege el matrimonio entre personas del mismo sexo. Hace 18 años vive en Estados Unidos y en 2015 recibió la medalla de honor Ellis Island por su trabajo humanitario.
Pero la historia de quien hoy aparece como un líder indiscutido en las causas que asume, podría haber tenido un curso muy distinto. Profundamente católico, Juan Carlos Cruz es el mayor de tres hermanos de una familia conservadora que a los 15 años debió enfrentar la temprana muerte de su padre, víctima de un agresivo melanoma. Un golpe en plena adolescencia que lo llevó a refugiarse en la iglesia, y en el entonces carismático sacerdote Fernando Karadima.
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Lo que ocurrió después es conocido, en vez de protección fue abusado y luego de un largo tiempo con otros dos jóvenes, James Hamilton y José Andrés Murillo, decidieron iniciar un largo y muchas veces frustrante camino para denunciar a una las figuras más peligrosas de la iglesia católica y la sociedad chilena. Junto al abogado Juan Pablo Hermosilla denunciaron el abuso se Karadima y el encubrimiento por parte de la jerarquía eclesiástica. Y cuando el mismo Papa Francisco parecía darles el último portazo en su viaje a Chile, en enero de 2018 el fracaso de esa visita hizo al pontífice dar un giro radical y mandatar él mismo, una investigación que terminó con Karadima expulsado del sacerdocio y la petición de renuncia a toda la Conferencia Episcopal chilena.
Los denostados denunciantes fueron invitados por Francisco al Vaticano, donde les pidió perdón a nombre de la iglesia y en marzo de 2021, Juan Carlos pasó a integrar la Comisión Vaticana contra el Abuso de Menores y a convertirse en asesor del mismo pontífice.
—¿En qué consiste tú trabajo? ¿A quiénes pueden rescatar de Ucrania?
—Hemos rescatado a 1.100 personas, sobre todo mujeres y niños, porque los hombres entre 18 y 70 años no pueden salir del país. Hemos traído buses con gente y llegan a Barcelona, o distintas ciudades, y hay familias que los acogen, es una generosidad enorme. Hemos llevado unas 80 ambulancias. Lo primero que bombardean los rusos son las ambulancias, es una crueldad espantosa. Cada vez que vamos, salimos más motivados para hacer algo.
—Han podido recuperar soldados, pero después vuelven con ellos a Ucrania
—Yo voy a los hospitales donde llegan y ver a estos muchachos que podrían ser mi sobrinos, verlos tirados en las camas con las piernas y manos destrozadas, es tan penoso. Sin hablar el idioma, me siento al lado de ellos, les tomo la mano y conversamos. Hemos traído 45 soldados donde se le ponen prótesis y se les tratan las heridas. Los que están bien, los teníamos que llevar de vuelta. Ese momento en el avión, no hubo un momento en que no tuviese un nudo a la garganta, porque era llevar una oveja al matadero. Algunos, por las heridas, son dados de baja, pero otros tienen que volver al frente.
Foto: Twitter @jccruzchellew
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—Fuiste condecorado, me imagino que fue un momento bien emocionante
—Yo no hago estas cosas para que me den ningún tipo de condecoración, porque el que sale beneficiado de todo esto soy yo, me siento privilegiado de poder hacer las cosas que hago. La verdad es que fue impresionante. Llegué al hospital y me dicen ‘ven para acá’ y había un montón de gente y me dieron la condecoración por mi trabajo humanitario. El nudo en la garganta era demasiado. Fue emocionante, muy emocionante.
—El presidente Joe Biden te invitó a la Casa Blanca cuando firmó la ley de protección al matrimonio igualitario e interracial
—El mundo está tremendamente polarizado y el presidente Biden codificó esta ley para que la Corte Suprema, que es tremendamente ultraconservadora, y quería tirarse contra el matrimonio igualitario. Jamás me imaginaría que alguien iba a cuestionar el matrimonio interracial, pero efectivamente lo hay, entonces esta ley prohíbe que en estados unidos se atente contra ninguno estos dos matrimonios, nadie puede desarmar esto.
—En paralelo, eres asesor del papa en una Iglesia Católica que ha sido bien contradictoria en el tema de la homosexualidad y el ejercicio de la homosexualidad dentro de la Iglesia.
—Yo lo hago por el papa. Hay gente que me dice ‘oye, tú tienes el síndrome de Estocolmo por como te manipulan, tienes un complejo, necesitas un papá’. Mi relación con el papa es tan maravillosa, pero al mismo tiempo le tengo el respeto más enorme y ese respeto y amistad me permite decirle las cosas que quizás nadie se atreve, porque le dicen las cosas que quiere oír. Yo no le digo las cosas que quiere oír. Cuando él me nombró su asesor, muchos obispos, especialmente los delincuentes de Chile, decían ‘pero, ¿cómo?, ¿un hombre gay? Nunca un papa en la historia ha nombrado a un hombre gay’, y yo le decía al papa que ‘qué hipócritas cuando acá está lleno de gente gay en el closet”. En el mundo de los sobrevivientes te encuentras con gente que está tremendamente enojada, con justa razón, gente que tira la esponja, y toda una gama de personas entremedio. Yo sé mi verdad, yo no soy el faro moral de nadie, yo no soy un santo, yo no soy nada, pero trato y quiero ser una buena persona para tratar de ayudar donde pueda ayudar.
—En la Iglesia Católica se pide el celibato, ¿cómo siente el papa que tiene que encausar esa discusión dentro de la Iglesia?
—Él puede dar la discusión, de hecho, hay que estar atentos a cosas que van a pasar. Hace un año salió del Vaticano un documento no firmado por el papa, pero es el responsable, en donde dice ‘contéstenle a los obispos alemanes y era que no se podían bendecir las uniones entre gays. Yo escribí un artículo en La Tercera y dije ‘este no es el papa Francisco que yo conozco’, y se lo mandé a él. Y me llamó y me dijo ‘gracias por no mandarme a la… A los pocos meses echó al miserable, un personaje que trabajaba muy en contra del papa, porque es impresionante el nido de serpientes que hay allá. Ahora hay una persona mucho más pro. Lo que admiro del papa Francisco es que un hombre de 86 años tiene la capacidad de darse cuenta de que ha cometido un error o de aprender cosas nuevas.
—¿El Vaticano es una institución corrupta?
—Yo diría que sí, pero el papa es un hombre que está luchando contra la corrupción y con cosas que no le hacen ningún favor de popularidad. Él no está corriendo en una competencia de popularidad, lo está haciendo por convicción, por lo que siente que tiene que hacerse, y cómo católico yo pienso que por una inspiración divina, y si no lo quieres ver así, porque es un hombre bueno y quiere hacer lo correcto.
“Creo que el Papa se sintió tremendamente traicionado por el Cardenal Errázuriz”
En este pasaje, Cruz repasó lo que fue la visita del arzobispo de Malta, Charles Scicluna, quien fue nombrado como un enviado especial por el Papa Francisco para escuchar a las victímas de Karadima y esclarecer la responsabilidad del Obispo Juan Barros en las acusaciones de encubrimiento al ex párroco de la iglesia de El Bosque.
—Tú le habías mandado una carta al Papa años antes, ¿qué pasó? ¿por qué él dice yo no sabía?
—Obviamente el Papa es el Papa y al final el responsable es él. Pero, yo le reconozco al Papa que estaba tremendamente mal informado por el Cardenal Errázuriz, por el Cardenal Ezzati, dos hombres que son unos criminales que han encubierto todo en Chile, porque no solo lo de Karadima, sino que se han destapado un montón de cosas y el legado de ellos va a ser…no sé, deberían estar en la cárcel. Pero francamente, las cartas no llegaban, era todo muy misterioso y como estaba tan mal informado, y le decían pestes de nosotros, por eso fue tan importante.
“A mi modo de ver maravilloso que la gente de Chile solidarizara con este tema de los abusos, que no participaran, que no hicieran lo que el Vaticano esperaba que se hiciera, y los mismos obispos chilenos esperaban que se hiciera porque esto era para ellos mostrar la señal de blancura que ellos tenían”, expresó. Asimismo, agregó que “fue bien impresionante cuando anuncia que va a venir Monseñor Scicluna y Monseñor Jordi Bertomeu que me iban a entrevistar a Nueva York a mí, y que después vendrían a Chile. Para mí eso fue una gran señal”.
—Te sentiste escuchado finalmente y eso fue lo que le pasó a James y a José Andrés
—Para mí era importante que ellos fueran a Nueva York. Como fui el primero, llegaron los medios de todo el mundo y yo les dije que iba a hacer una conferencia de prensa afuera porque se lo prometí a los medios y porque me he dado cuenta de que esto es en serio y quiero mandar un mensaje a la gente en Chile, que la gente vaya a testificar y a contar lo que sabe. Porque espero no equivocarme que esto va a dar frutos.
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—¿El Papa se sintió traicionado?
—Yo creo que el Papa se sintió tremendamente traicionado por el Cardenal Errázuriz, y se sintió traicionado por los obispos chilenos que le contaban una cosa que absolutamente no era, y el Papa no es tonto. El Papa viene a un país, donde habíamos tenido la experiencia de Juan Pablo II y que se volcaba la gente a la calle, era otra situación, pero el hecho de que fuera tan poca gente a verlo, yo creo que obviamente le impactó y dijo obviamente algo pasa aquí.
—Luego de esta investigación, él los llama, y los llama al Vaticano y les pide perdón uno por uno. Se reúne con ustedes, conversan largamente y les pide perdón públicamente, ¿Qué significó ese momento?
—Para mí, personalmente, esto habla de la grandeza del Papa, del hombre, de Francisco. Porque ningún Papa en la historia se retracta de esta forma, invitarnos a nosotros tres, Creo que fue para el Papa darse cuenta y tener la capacidad de decir esto estuvo mal y yo tengo que retractarme de esto y tengo que hacerlo bien.
“Cuando se juntó conmigo, yo por años me había sentido que yo no era digno de ser católico. Para mí, mí fe y ser católico es importante porque yo respeto que cada persona en el mundo tenga la relación que quiera con Dios, o no la tenga, o sea musulmán, o sea Judío, y es el derecho humano más importante de una persona. Entonces, que a mí, un cardenal Errazuriz me diga: bueno como Juan Carlos era gay en esa época, probablemente no es víctima porque le gustaba. Dime, que barbaridad dice ese hombre. O que yo no soy digno de ir a misa o de ser católico porque primero, por ser gay, o porque estoy hablando contra la Iglesia y contra los obispos y sacando la mugre afuera. Para mí es algo importante como lo es para cada persona en el mundo y estos señores no me van a decir en quien creo y en quien no puedo creer”, señaló.
18 de Enero del 2018/IQUIQUE El Papa Francisco se retira de Chile luego de haber terminado su visita a la ciudad de Iquique, terminando así su gira oficial al país FOTO:FRANCISCO FLORES SEGUEL/AGENCIAUNO
“Para mí eso fue muy importante, y cuando me junte con el Papa yo le conté todo esto y estaba horrorizado y eso fue cuando el Papa me dijo: Mira Juan Carlos, dios te hizo así, dios te quiere así y tú quiérete a ti mismo y el Papa te quiere así. (…) La lacra del abuso tiene que erradicarse de la Iglesia pero ya. En la Iglesia donde uno va, como fui yo con el uniforme del Saint George, depositas tu fe, tu confianza y todo y te traicionan en la forma más horrorosa”, expresó.
—Cómo se condice eso con una Iglesia Católica, fundada en Jesucristo. ¿Qué pasa que el Papa no ha podido hacer más?
—He visto al Papa llorar con las cartas que le he llevado. Todo lo que hay que hacer es como la punta del iceberg todavía. Muchos obispos vuelven a sus diócesis y siguen las cosas iguales. Es una frustración tan grande que una de las cosas que estamos haciendo ahora, es ir a las conferencias episcopales del mundo entero, asegurarse que tengan las oficinas de abuso, donde se pueda reportar sea transparente, pero después tú te encuentras con una congregación de la Doctrina de la Fe que se demora años.
“Me apreta el corazón y me mata de rabia porque lo he vivido y porque veo lo que sufren otros. Yo reconozco que tengo un privilegio, y que tuvimos un privilegio de vivir donde vivíamos, que conocíamos al abogado que no nos cobró un peso, pero qué hicimos nosotros, una fundación para poder ayudar, porque hay mucha gente que no tiene recursos para poder verbalizar lo que está pasando, o porque los amenazan”, dijo.
—Tú decidiste dar la pelea desde adentro…
—Esto es lo que yo pienso, quiero dar la pelea desde adentro. Otros la quieren dar de afuera, otros dicen que yo no soy efectivo, no me importa, es lo que yo siento que debo hacer y es lo que quiero hacer, y me la voy a jugar hasta el día de mi muerte.
“Voy a seguir peleando hasta que me muera”
—Finalizado el pontificado de Francisco, hay una gran interrogante. Tal vez una interrogante que no se va a resolver de manera positiva pensando en las víctimas y pensando en el cambio de la Iglesia. ¿Cómo lo ves tú?
—Yo trato de no pensar en cuando el Papa Francisco no esté, porque estoy tan enfocado en tratar de ayudarlo en lo que él quiere hacer y creo en él. Yo sé que es difícil para otras personas, pero yo veo lo que hace.
—Pero hay un compromiso de él personal…
—Yo voy a seguir peleando hasta que me muera y sé que hay un montón de otra gente que lo va a seguir haciendo. Yo no me voy a quedar callado, y no te digo que yo soy la voz de todos, hay muchas voces. Hay un montón de gente que quiere hacer lo correcto en la Iglesia y eso a mí me da mucha esperanza también. Y siento, y quiero tener una mirada optimista y una mirada positiva de lo que viene en el futuro, porque si no no tendría la energía para poder seguir luchando.
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“Es importante que tratemos de encontrar momentos de diálogo. Para mí es importante dialogar, para mí es importante estar adentro y poder hacer algo. Yo no voy a dejar que algo que para mí ha sido tan doloroso y que he tenido de donde sea la fuerza, gracias a mis amigos José Andrés Murillo, James Hamilton y Juan Pablo Hermosilla”, subrayó.
—Esto finalmente se transformó en una causa de vida pero una causa de vida que ha tenido distintos momentos, ¿cómo te sientes ahora?
—Te lo puede decir cualquier persona que ha sido abusada, uno siempre tiene secuelas y cosas, pero me siento un hombre completamente entregado a una causa y ojalá entregado a ayudar a los demás, y especialmente a los que más sufren. Es una cosa que me ha florecido y que me apasiona y que ojalá muchas más nos contagiáramos de eso. No hay nada más lindo cuando te llaman esas cosas, uno piensa que va a ayudar, pero el que sale ayudado es uno y el que sale mejor persona, y el que sale mejor ser humano es uno. Y yo hablo con pasión de esto, porque lo creo y porque ojalá la gente se dé cuenta de que tenemos tanto que hacer y que perdemos el tiempo en tanta miseria y podríamos estar haciendo tantas cosas mejores.
18 de enero de 2018/SANTIAGO Las victimas de Karadima Jose Murillo, Juan Carlos Cruz y James Hamilton, hablan sobre los dichos del Papa Francisco en Iquique. Juan Carlos Cruz habla en la conferencia de prensa. FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO