En conversación con CNN Íntimo, "Don Francisco" como es conocido universalmente, conversó sobre su trayectoria, su paso al costado en la conducción de la Teletón, sus desafíos y su decálogo del éxito. "Hoy día lo importante no soy yo, no eres tú, es Teletón. Nosotros y tú y yo y todos nos ponemos al servicio de la Teletón. Este no es un trabajo que se pueda hacer por horarios, aquí hay que tener vocación", señaló en diálogo con Matilde Burgos.
Este 2022, se cumplen varios hitos para Mario Luis Kreutzberger Blumenfeld, cumple seis décadas en televisión, 60 años de matrimonio y acaba de anunciar su retiro de la Teletón, la mayor satisfacción de su vida. Desde 1978, hizo visible la discapacidad y le propuso a Chile el desafío de superarla, y si bien, este 4 y 5 de noviembre abrirá la transmisión, a partir de ahora son otros los que estarán a cargo del diseño y la gestión. Y también serán otros los animadores que asuman el peso de la conducción y el desafío de motivar.
Mario Kreutzberger cumplirá en diciembre 82 años y con su programa Sábado Gigante inscrito en el libro de Guiness, con un Emmy, el equivalente al Óscar en televisión, una estrella de la fama en Hollywood y una calle con su nombre en Nueva York, es una verdadera leyenda en la televisión de habla hispana, pero es consciente de las limitaciones que impone el paso del tiempo.
Tiene prácticamente todos los reconocimientos que se pueden entregar, su rostro ha entrado en los hogares de toda América y como líder de la comunidad hispana en Estados Unidos, varios de los inquilinos de la Casa Blanca le han abierto sus puertas. Pero no habla de política, al menos de sus preferencias, no quiere dividir y es lo que le ha permitido generar lazos con todos los sectores para conseguir recursos a la Teletón, y lo que le ha dado la libertad para entrevistar a los candidatos a la presidencia de Chile y de Estados Unidos, su segunda patria.
En conversación con CNN Íntimo, “Don Francisco” como es conocido universalmente, conversó sobre su trayectoria, su paso al costado en la conducción de la Teletón, sus desafíos y su decálogo del éxito.
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Su cruzada por la inclusión
Este 4 y 5 de noviembre se llevará a cabo una nueva edición de la cruzada solidaria Teletón, la última que Mario Kreutzberger presentará en televisión.
—¿Cómo ha sido la evolución mirando hacia atrás de todo lo que estamos viendo ahora?
—No lo había pensado antes, yo decía cómo de una idea, de una reunión pudieron nacer tantas cosas que en 44 años han beneficiado a tanta gente, y eso se debe no a una persona, se debe a que recibió el respaldo de mucha gente. Primero los comunicadores, las empresas de comunicaciones, especialmente la televisión abierta y después de todo Chile. Pero entonces eso demuestra que la unión hace la fuerza, eso demuestra que unidos siempre somos más, entonces ver como los niños se rehabilitan, como los padres están contentos de tener esta oportunidad que no existía.
“Estaban escondidos los niños y también los adultos, no tenían muchas oportunidades. Una de las peores cosas que ocurrían en ese entonces que en los campos, cuando había una persona discapacitada que no podía andar, que estaba en malas condiciones, los sentaban para que tomaran sol en la puerta de las casas y la gente tocaba sus partes que consideraban enfermas para la buena suerte. Así se trataba a una persona con discapacidad. No se entendía que la discapacidad física no tiene nada que ver con la capacidad del individuo por hacer cosas y poder desarrollarse en la vida. Entonces, yo creo que eso es lo más importante que estamos haciendo. No es cuestión de que el niño se ponga de pie y camine, sino que se ponga de pie, camine, estudie, tenga oportunidad de conocer el amor, que se case, que tenga hijos, de eso se trata”, señaló el animador y director honorario de Teletón.
—Pero eso se mira así ahora, antes no era así probablemente y tal vez ese sea uno de los cambios sociales que logró esta campaña junto con el dinero para levantar los centros. ¿Cómo ha avanzado y qué es lo que cree que todavía nos falta en materia de inclusión?
—Falta mucho porque si tu vez acá, nosotros atendemos hasta los 29 años, esta institución, en realidad yo soy la segunda generación, empezó en 1947. Entonces en la primera generación ya todos fallecieron, después vino la Teletón que hizo crecer esto, porque esto era una vieja casa de la calle Huérfanos, atendía a 25 personas, ahora hay 14 institutos, ya van a inaugurar pronto dos más, cubrimos el 93% de todo Chile.
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“Hace 75 años, desde el año 47 había 8 millones de habitantes, ahora somos 20. El término de vida en ese entonces era 57 años, cuando empezó la Teletón era 67, hoy día es 82, por lo tanto, tenemos que prolongar la rehabilitación y no tenemos los recursos. Nosotros llegamos hasta los 24 años, pero hoy día los jóvenes se preparan hasta los 28, 29 años porque van a vivir 90, 100 años. Entonces, necesitamos más tiempo de rehabilitación, y hay grupos a los cuales aquí se podría atender, que también nos faltan recursos, que es el autismo que prácticamente no tiene atención en Chile, porque es algo que se ha diagnosticado ahora último, que también la Teletón podría ayudar. Todo es cuestión de recursos”, expresó.
—Esta es una campaña de todos, tú decías que las cosas en las que uno participa, se involucra, generan un cambio social y genera un compromiso. Pero siempre está la duda en la sociedad, de cuánto tiene que ser el Estado el que asuma el costo de esto y cuánto la sociedad a través de la campaña. ¿Cómo lo ves tú, es necesario que siempre siga dependiendo de todos nosotros?
—Yo creo que sí por lo caro que es, porque cuando un niño está enfermo, puede estar un mes a veces en un hospital, dos meses en un hospital, y tú escuchaste ahí a una señora que te dijo ‘traigo a mi hijo hace 24 años’. Mantener 24 años la atención en casi todos los países del mundo necesita del apoyo privado. Además del apoyo estatal, porque no nos olvidemos que nosotros estamos recibiendo de manera creciente apoyo estatal especialmente en la construcción, porque actualmente los dos nuevos institutos de O’Higgins y de Ñuble se van a construir con recursos regionales.
—¿Es bueno que esto ya no dependa de una sola persona?
—Claro, porque durante estos 44 años, entre todo Chile hicimos algo, mantuvimos e hicimos crecer una marca, Teletón. Hoy día lo importante no soy yo, no eres tú, es Teletón. Nosotros y tú y yo y todos nos ponemos al servicio de la Teletón. Este no es un trabajo que se pueda hacer por horarios, aquí hay que tener vocación.
“Nunca estuve de acuerdo con una época de dictadura”
En entrevista con Matilde Burgos, el animador también repasó su paso por Sábado Gigante, programa inscrito en el libro de Guiness por su larga duración y que fue un bálsamo para la sociedad en una de las épocas más oscuras del país, como lo fue la dictadura cívico militar.
—Yo sé que tú no hablas de política, pero ¿te censuraron alguna vez?
—No, no me censuraron pero tampoco me dejé censurar en el sentido de que no me metí en los caminos de la censura. Sí me metí en algunos caminos en que yo creía que no me iban a censurar igualmente, por ejemplo, en las cosas que me parecían injustas, yo recuerdo que un profesor golpeó a un alumno en Puerto Montt y yo me manifesté de manera indignado porque el Estado no podía permitir eso, y podía haberme, a lo mejor tocado algo, porque quizás eso no se permitía pero no me pasó.
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—Echaron a Valentín Trujillo después del Golpe y tú te la jugaste porque el volviera…
—No solamente a Valentín, a varios más, porque nosotros no eramos un programa político, nosotros nunca fuimos un programa político y tampoco en esa época. Entonces, las personas podían tener cualquier idea, yo me negaba a aceptar que la gente no pudiera tener la idea que quisiera tener, incluso aunque no me gustara a mí. Y por eso que, logré que algunos pudieran volver a trabajar. Fue una época muy difícil, nunca estuve de acuerdo con una época de dictadura. Una cosa es que yo nunca hable de política y otra es que yo soy un fiel creyente de la democracia, aquel que es un democráta, que permite mis ideas, tengo que permitir las ideas de él.
—Con él formaste una dupla que dura hasta hoy…
—Es única y estoy luchando porque obtenga el Premio Nacional de Música que le corresponde hace mucho tiempo, y sigo luchando por eso porque creo que Valentín hizo un aporte a la música en Chile, a la música popular chilena enorme. Lo que hicimos durante estos 50 años, en que estuvimos en las casas todos los sábados, con todo tipo de artistas, de todas las tendencias, de todo el tipo de música, más la música que nosotros le incorporamos, más los conocimientos que Valentín le entregó a la gente sobre música son incalculables.
El Chile de hoy
Mario Kreutzberger también se refirió a su programa “Las dos caras de la Moneda” de Canal 13, donde ha entrevistado a distintos candidatos a la presidencia de Chile, con el objeto de conocer la vida personal e íntima de cada uno mezclada con sus ideas políticas. En esa línea, se refirió a las entrevistas al actual mandatario, Gabriel Boric, y al ex candidato José Antonio Kast.
También repasó el triunfo del Rechazo en el pasado plebiscito de salida del 4 de septiembre, donde el 62% refutó el texto constitucional emanado de la Convención.
—¿Pensaste que Gabriel Boric llegaría a ser presidente?
—En algún momento pensé que podría ser, no al principio, al final. En una de las entrevistas sentí que él tenía una capacidad de comunicación muy grande y que eso le podía ayudar. En la entrevista previa a la elección, yo creía que sí pero no tenía ninguna seguridad. También pensé en algún momento que Kast podría ser porque él representaba todo lo contrario, representaba la familia, otros valores. (…) Este joven diputado fue demostrando que tenía capacidad de adaptabilidad, porque especialmente en el humor, donde yo más me manejo o en la comunicación, uno tiene que tener capacidad si quiere de adaptabilidad, porque tu audiencia cambió, porque tu audiencia es de otra edad, de otro nivel social, o de otro nivel cultural y tú comunicación tiene que ser distinta, entonces eso de la adaptabilidad es muy importante.
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—Cómo ves el Chile hoy donde salimos recién de este plebiscito, donde han vuelto manifestaciones en las calles, donde a nivel mundial tenemos una inflación muy alta producto de muchas cosas. ¿Cómo ves este Chile?
—Yo creo que dependiendo de las circunstancias y cómo se vaya manejando el Estado, hay un grupo participativo muy grande que debe ser un 10% y hay otro 10% que es vociferante, que hacen un 20%. Pero yo creo que hay un alto porcentaje de la población chilena, siempre, que es el que tiene que ir a trabajar todos los días para sacar adelante a sus familias que no está en estos grupos, que no aparece en la tele, que no aparece en ninguna parte y que en un momento en que tiene que hacer una votación obligatoria, aparece más que cuando no es obligatoria y ese es el que siempre es difícil de definir en las encuestas porque no contesta el telefono, porque no responde a las encuestas porque contesta como don Francisco.
—Por lo tanto, ¿Cuál es el diagnóstico?
—Que esa gente está ahí siempre, el tiempo va cambiando pero va siempre defendiendo siempre sus intereses, y las sociedades van cambiando y las comunicaciones van aumentando entonces las necesidades, los deseos, los sueños y las esperanzas de la gente también van aumentando. Entonces yo creo que Chile tiene eso, es un país muy adelantando en comunicaciones y la gente quiere una vida mejor. Yo diría que lo que más busca la gente son oportunidades. Mientras más oportunidades tenga la gente, mientras el Estado y quien esté gobernando le pueda dar más oportunidades a las personas, las personas pueden sentir que tienen un mañana. Es como la rehabilitación, es como lo que viste antes en el instituto, esas personas tienen un problema hoy, pero tienen una oportunidad, y esa oportunidad indica que quizás, a lo mejor, posiblemente, su mañana sea mejor pero eso es un incentivo para vivir.
“No me siento para nada una leyenda”
En este pasaje, el animador repasó su trayectoria, sus desafíos a los 82 años, y su relación con el ego. Asimismo, reflexionó sobre la pandemia del coronavirus y cómo a pesar de ello sigue buscando desafíos.
“En un momento claro que tenía miedo porque no habían vacunas, no había nada y sobre todo decían que los mayores eran los que se estaban yendo. Entonces uno de repente escuchaba, no este amigo se fue y este otro está por irse, entonces decía bueno, en cualquier momento me toca. Las cosas hay que hacerlas hoy porque uno va a estar vivo un cierto tiempo, pueden ser 100 años, 90, 80, 60, pero va a estar eternamente muerto. Yo pienso que uno va a estar mucha más tiempo muerto que vivo por lo tanto hay que tratar de hacer todo mientras uno está vivo”, expresó.
—En ese sentido, tú vas a cumplir 82 años ahora a fin de año, pero sigues haciendo muchisimas cosas porque no sabemos cuándo va a llegar ese dia. Por lo tanto, buscas desafíos…
—Una de las cosas que estoy haciendo es este programa en CNN En Español, que va los domingos que se llama Reflexiones. Hago unos programas de salud y estoy dando un paso al costado de la Teletón pero relacionado en todo lo que me pidan.
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—Se acabó Sábado Gigante pero tú vocación de comunicador o tus ganas de crear se mantienen y eso no es por ego…
—Esto no tiene que ver con el ego, a estas alturas no.Creo que a ninguna altura porque de pronto alguien…yo sé de muchos colegas que han perdido su trabajo pero estoy seguro que están haciendo algo o en el colegio, en su barrio o en el club al cual pertenecen por una necesidad personal de expresión. Porque yo siento que hacer nada es como colgar el alma también.
—¿Cuán adictivo puede ser esto del ego y cuán extraño es sentirse una leyenda? ¿O no te sientes una leyenda?
—No, yo no me siento para nada eso nunca me sentí. Este oficio es absolutamente adictivo, esto es una cosa que es como una droga, de la cual es muy díficil operarse. Es como si uno fuera un muñeco.