Sebastián Lelio no hubiese celebrado el Oscar en La Moneda con Piñera presidente: “Hubiera tratado de retrasar el vuelo”

Por Matilde Burgos

27.04.2019 / 18:42

En conversación con CNN Íntimo, el director de cine defendió el remake de su nueva cinta “Gloria Bell”, se refirió al rol social y político de “Una mujer fantástica” y criticó las condiciones en el mundo del arte. “Cuando las libertades artísticas son restringidas es el primer síntoma que vamos camino al fascismo”, aseguró.


El 4 de marzo de 2018 será una fecha difícil de olvidar para Sebastián Lelio Watt (45). Ese día, en medio de una gran expectación, el director chileno ganó el Oscar como mejor película extranjera por la cinta Una mujer fantástica.

Pero la historia del guionista, productor y montajista no se detiene ahí. El 8 de marzo de este año, justo el día de su cumpleaños, estrenó en Estados Unidos Gloria Bell, protagonizada por Julianne Moore.

Actualmente está en plena gira de promoción de esta película y, por este motivo, regresó a Chile, ya que la cinta se estrena el 2 de mayo en los cines nacionales.

En conversación con CNN Íntimo, Sebastián Lelio volvió a revivir el momento en que ganó el premio concedido por la Academia. Señaló que “es un hito en la carrera y, también, en la vida”. “Ha sido un año potente, de reevaluar, pensar bien cuál es el próximo paso, pero por sobre todo estoy muy agradecido”, aseguró.

A los días de ganar la estatuilla, comenzó el rodaje de Gloria Bell, remake de su misma historia con Paulina García en Gloria.

Existe un prejuicio contra el remake, porque hay un historial más o menos infame de casos en que las películas originales, al ser tomadas por personas extrañas y con objetivos comerciales, deforman la historia, la descuidan y terminan perdiendo su esencia (…) Era para preguntárselo varias veces”, señaló.

Sin embargo, reconoce que la creación de Gloria Bell existe, en gran parte, por la admiración que siente hacia Julianne Moore. “Si no fuese por ella no existiría esta versión, no me habría ni metido en la posibilidad de hacerlo”, confesó.

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Recordó que tuvo una reunión con la estadounidense, ganadora del Oscar como mejor actriz por Still Alice, y reveló que se conmovió al ver cómo ella hablaba del personaje de Gloria. “Ella me dijo, ‘yo sólo haría el remake si tú lo diriges’. Entonces, yo le dije, ‘yo sólo la dirigía si la actúas tú’”, contó.

Si bien sabe que hay algunas posibilidades de riesgos con este remake, destaca que han logrado comunicar “que ambas películas pueden coexistir”. “Existe espacio suficiente para poder entender a ambas en su contexto y poder darles el digno espacio de legitimidad”, agregó.

Así lo respalda con el recibimiento que tuvo la cinta en Estados Unidos. “Ha logrado entrometerse y, en especial, ha sido leída. La crítica ha logrado entenderla sin hacer comparaciones odiosas. Han logrado verla como una película independiente”, explicó.

Condiciones, síntomas camino al fascismo

Gloria Bell fue filmada en diciembre de 2017, justo con el estallido del #MeToo, a raíz de las acusaciones de abuso sexual contra el productor de cine Harvey Weinstein.

Sebastián señaló que el movimiento se vivió como una reacción comunitaria social y que, en el mundo del cine, generó el paso a una nueva conciencia al momento de crear. No obstante, fue crítico en recalcar que esto no es lo mismo que condicionar.

Yo intento que no me condicionen. Cuando las libertades artísticas son restringidas es el primer síntoma que vamos camino al fascismo. A mí me parece que hay un olor en el ambiente, huele a fascismo. Incluso, un fascismo que aparentemente viene de sectores bien intencionados, leídos y viajados. Eso es mucho más preocupando que cuando viene de los sectores tradicionalmente estrechos de mirada”, cuestionó.

En la misma línea, indicó que las condiciones se traducen donde “todo es visto desde el ángulo de un comité de la moral y las buenas costumbres”. “Ese es un mundo en el que, por lo menos yo, no quiero vivir. No me interesa vivir en un mundo deserotizado. Creo que somos adultos, creo que podemos conducirnos con nuestras propias brújulas y no necesitamos que venga un papá a decirnos ‘eso no’”, añadió.

Por lo mismo, el cineasta agregó que le parece “ridículo” que entreguen un parte por un piropo. “Lo que debería ocurrir es un proceso de educación en el cual el hombre comprenda, aprenda, que el piropo de mal gusto, es de mal gusto y es feo hacerlo. Que venga un policía y diga ‘señor, usted no puede decir lo que sea’ me parece infantil, me parece ridículo”, explicó.

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Una mujer fantástica como bandera de lucha

Una de las críticas que desató Una mujer fantástica fue que, desde el estreno de la cinta, muchos indicaron que los transgéneros no debieran ser interpretados por cisgéneros. Estas opiniones llevaron a que, según el cineasta, la película se instrumentalizara políticamente.

Se utilizó como bandera de lucha por parte de los sectores más radicales de los transgéneros. El movimiento trans -sobre todo en Estados Unidos- para decir ‘miren cómo Una mujer fantástica de ahora en adelante nunca más debería haber una película donde un personaje transgénero es interpretado por un actor o actriz cisgénero, porque eso es una aberración ética, estética y moral. Yo tuve que salir a decir ‘No, yo no dije eso’”, señaló.

Esta misma película tuvo un importante rol social y político. Por lo mismo, fueron recibidos en La Moneda tras ganar el Oscar. No obstante, fue enfático en indicar que si Piñera los hubiese recibido “hubiera tratado de retrasar el vuelo”.

La persona indicada para recibir ese Oscar era la presidenta Bachelet. Me parece que en cuanto a la expansión de los derechos civiles la moral de la presidenta Bachelet está mucho más cerca de la moral de Una mujer fantástica que la moral de todo el sector al que pertenece Piñera”, afirmó.

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Las nuevas caras de Chile

Sebastián nació en Mendoza, Argentina, se nacionalizó chileno y ha vivido en distintos países como en Estados Unidos y Alemania. De igual forma, reconoce que le encanta recorrer el centro de Santiago y ver una diversidad de personas y de nuevas caras en la sociedad actual.

Me encanta ir al centro y ver toda esa diversidad. Me muero de curiosidad de ver lo que va a pasar cuando los hijos y los nietos de esos inmigrantes ya sean segunda o tercera generación de chilenos de distintas razas. Cómo eso va a remover y modificar cómo nos entendíamos”, indicó.

Reconoció, además, que estos factores “se cuelan de manera más o menos directa” para buscar una historia para filmar.

Sin embargo, reflexiona que en nuestro país aún hay un prejuicio sobre el cine nacional.

Creo que nos cuesta vernos, nos cuesta ver nuestro cine porque hay poco, ha habido poco, porque somos un país pequeño y una industria frágil (…) Son pocos los reflejos que nos han llegado, entonces, no estamos acostumbrados a escucharnos hablar, a ver cómo nos vemos, a ver nuestras calles”, añadió.

Sobre sus futuros proyectos, decidió mantener en reserva los detalles. Sólo adelantó que este año estará marcado por la promoción de Gloria Bell y que, también, lo dedicará a la escritura de sus dos nuevas películas que serán en inglés. No obstante, aseguró estar “con el radar atento” para desarrollar un proyecto en Chile.