Sergio Valero, 92 años amando la danza: “El baile ha sido siempre mi pasión y mi terapia”

Por CNN Chile

11.07.2024 / 22:20

En entrevista con CNN Chile, el histórico bailarín conversó sobre sus inicios en la danza, el legado que hoy sigue con su hija y lo que espera para el futuro. "Espero poder seguir bailando hasta que el caballero de arriba me llame", señaló.


A sus 92 años, Sergio Valero Guzmán, más conocido simplemente como el “profesor Valero”, sigue inspirando a las nuevas generaciones con su pasión por el baile.

Su gusto por la danza lo heredó de sus padres, Juan Valero y Elena Guzmán, quienes hace más de 100 años fundaron la Escuela de Danza y Bailes Valero.

Hoy a cargo de su hija Viviana, este espacio sigue recibiendo cada día a decenas de personas interesadas en aprender los más variados estilos de la danza.

Pese a no estar al frente de la escuela, el “profesor Valero” sigue con su amor por el baile intacto. “Espero poder seguir bailando hasta que el caballero de arriba me llame“, confiesa a Matilde Burgos en un nuevo capítulo de CNN Íntimo.

Décadas de amor al baile

Sergio ha dedicado su vida a enriquecer el arte de la danza, desafiando las expectativas y demostrando que la edad es solo un número cuando se trata de continuar desarrollando aquello que nos mueve. “El baile ha sido siempre mi pasión y mi terapia“, afirma.

Contrario a lo que uno podría pensar, el paso de los años no lo frena: “el mejor regalo que puedo tener es estar bailando y disfrutando en compañía de otras personas (…). Yo era introvertido, pero con el baile superé eso y aquí me tienen bailando hasta los 92

“Para mí el baile y dar clases es una forma de terapia. Cuando bailo no estoy trabajando, no siento que es trabajo, ya que estoy disfrutando más yo que el alumno“, agrega, recalcando nuevamente que esta actividad para él es terapéutica.

El bailarín detalla que la primera formación que recibió fue cuando niño de la mano de sus padres. “Luego yo postulé a la Universidad de Chile y ahí estuve varios años, tres. Tuve muy buenos profesores, sobre todo el de clásico que me pegó harto”.

Ya en su juventud, viajó a diversos países aprendiendo nuevos bailes y danzas. Sin embargo, reconoce que en ocasiones le dedicó más tiempo a desarrollar esta actividad que a su propia familia, lo cual influyó en su separación de su primera esposa.

Además de viajar, también apareció en diversos programas nacionales de televisión, tales como “Tugar, Tugar, salir a bailar”. “Pasé por todos los canales. Hasta tuve una sección que se llamaba ‘Un minuto con Valero’ y ahí hice cosas que nadie había hecho en Chile”.

El legado continúa

Actualmente, su hija Viviana, hija de su segundo matrimonio, es quien está a cargo de la academia. “Mi hija estuvo seis años en Argentina, aprendió de todo y tuvo tanto éxito que llegó a tener una escuela propia (…). Después se fue a la India a aprender Yoga, pero llegó un momento en que le dije ‘hija, ¿no te vendrías?’ y me dijo ‘si papá, me siento sola'”.

“Le dije que se hiciera cargo de la escuela, que iba a ser mi jefa y (ahora) es mi jefa”, recuerda entre risas. “Me siento orgulloso de ella. Cuando baila tango y milonga no solamente baila, no solamente hace los pasos, sino que tiene un ángel. Hay gente que puede ser muy buena bailarina, pero no tienen el ángel. Sin embargo, ella sí lo tiene“.

Hoy continúan, pese a que durante la pandemia vivieron difíciles momentos. “Tuvimos que parar, pero gracias a Dios, como yo era ordenado, algo de plata tenía. Sin embargo, tuve que vender una propiedad, un departamento, para sustentarnos dos años, porque tuve que pagar jubilaciones a la gente, la previsión, a las secretarias, los profesores y eso me desfinanció. Gracias a Dios pasaron los dos años y empezó a llegar la gente de nuevo“, recuerda.