En entrevista con CNN Íntimo, Marty Palacios y su hijo, Marty Palacios Jr., conversaron sobre los inicios del grupo, las dificultades que han atravesado y los planes a futuro.
No hay fiesta de año nuevo, matrimonio o cumpleaños que pueda terminar sin haber bailado con alguna de las canciones de la Sonora Palacios, cuya historia comenzó hace exactamente 60 años.
Pocos saben que su fundador partió haciendo cumbia con un violín, que fue el dueño de la Taberna Capri el que le puso el nombre al grupo y que en estas seis décadas han visto pasar a más de 500 músicos.
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Marty Palacios fue quien le dio vida a lo que partió como un experimento y desde hace ya varias décadas que no hay fiesta que no se celebre al ritmo del El galeón español, el Caminante o Un año más.
Sin saberlo, Marty abrió un camino a otras sonoras y fundó una dinastía, ya que su hijo Marty Jr. se unió a principios de los 80′. Hoy, sus cuatro nietos son la tercera generación y ninguno duda que vendrán más.
En entrevista con CNN Íntimo, Marti Palacios Caro y su hijo, Marty Palacios Junior, conversaron sobre los inicios de la sonora, las dificultades que han atravesado y los excitantes planes que tienen para el futuro.
El origen
La Sonora Palacios nació en 1962 en la comuna de Quinta Normal, en la ciudad de Santiago. Actualmente, es una de las bandas tropicales más reconocidas del país, impulsoras de la llamada cumbia chilena.
“La sonora es una orquesta más reducida, donde lo principal son las trompetas, dos o tres trompetas (…) Tiene un sonido más limpio en cuanto a acompañar a los cantantes“, detalla su fundador.
—En Chile nosotros no tenemos nada de tropicales, no somos buenos para bailar.
—Por eso me costó mucho imponer la música tropical con la sonora (…) Empecé haciendo arreglos simples, pensando en el público, no tanto en el músico, porque la sicosis del músico chileno es impresionarse a sí mismo.
Al músico detalla que le costó “sobre todo las presentaciones en teatro, ya que las orquestas no eran para animar shows, solo estaban en un restaurante exclusivo, la gente llegaba a comer y ellos después animaban el bailable, que en esos años estaba solamente el bolero, el chachachá y mucho tango”.
Los inicios de la banda hoy conformada por Marti Palacios director y creador de Sonora Palacios, Marty Palacios Timbalero, Carlos Valdebenito pianista y Javiera Díaz trompetista
—Usted venía de una música que era absolutamente distinta. Estuvo en el conservatorio, primero como estudiante y luego profesor de violín.
—Mi padre cuando chico me empezó a enseñar instrumentos de cuerda; mandolina y violín. Empecé estudiando piano complementario, me gustaba, pero el problema es que en las clases nos daban cosas para estudiar en la casa, pero en esos años había muy pocos pianos, la gente con plata tenía.
“No encontraba donde estudiar (piano) y llegaba sin haber hecho las tareas. Entonces, me preguntaron qué otro instrumento podía tocar y empezamos con el violín. En esa escuela se avaluaba a los alumnos que tuvieran más aptitudes y a ellos los pasaban al Conservatorio de la Universidad de Chile“, agrega.
—¿En el conservatorio todo era música docta, clásica?
—Sí, no permitían nada popular. Eran muy estrictos y al que pillaban tocando música popular lo echaban. (…) Yo estaba estudiando ahí pura música clásica, pero me gustaba también hacer cosas tropicales, por lo que me encontré con algunos amigos y empezamos a formar un conjuntito ahí.
Palacios Caro cuenta que practicaba con sus amigos en unos salones desocupados del antiguo conservatorio de la universidad. “Cada recreo íbamos a tocar y un día nos pillaron. Nos iban a echar, pero justó tocó el aniversario del conservatorio, tenían preparada una fiesta grande y dijeron ‘hay que traer algún conjunto’.
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—¿Usted es el padre de la cumbia chilena?
—Sí. Me dijeron que (lo que tocábamos) era cumbia. Un locutor me dijo; ‘cuando anuncies a la sonora, vas a anunciar Sonora Palacios porque suena bien tu apellido’ (…) y a mí me daba vergüenza, entonces el locutor dijo ‘la Sonora Palacios y con la cumbia chilena’, y ahí nace la cumbia chilena.
Nuevas generaciones
En el grupo, a lo largo de los años, han participado diferentes miembros de la familia. En la década de 1980 se une Marty Palacios Junior, hijo de Marty Palacios Caro, quien ahora se desempeña como director musical y es encargado de los timbales.
—¿Tú también partiste tocando música clásica?
—A los cinco años ya mi papá me estaba enseñando violín y no me gustaba, pero lo tenía que aprender para ver el tema de la música. Después me gustó el clarinete a los seis años y de ahí ya me ingresaron al conservatorio. Hice un curso exploratorio para saber que instrumento era el más adecuado y caí en la percusión.
—¿Siempre estuviste en la música clásica? ¿Tu papá era estricto?
—Siempre en la música clásica. Mi papá era estricto, lo que pasa es que la música tiene que ser estricta porque, si no hay una persona que a uno lo guíe y que le enseñe como corresponde, se adquieren muchas mañas.
—¿Pensaste inicialmente hacer un camino propio, lejos de la orquesta?
—Yo nací con la música, escuchando a mi papá. No entendía que mi papá era famoso, que la sonora era famosa. En el colegio todo el mundo decía ‘mira, ahí va el de la Sonora Palacios’ y no entendía por qué. Mi mamá cantó en el grupo y estuvo ahí hasta los ocho meses de embarazo, así que prácticamente estuve en un escenario de siempre.
—No podías no estar en la sonora.
—Mi ilusión era estar en el grupo (…) Al final, el conservatorio me nombró tambor mayor para hacer una gira en Miami y justo se presentó una oportunidad en la Sonora Palacios; mi tío se fue y me dicen que la única persona que podía integrar ese puesto era yo.
—En algún punto vino el golpe de Estado y el toque de queda, ¿cómo fue esa época?
—Mi papá se iba a las cinco de la tarde al local nocturno y la gente se tenía que quedar adentro hasta que terminara el toque de queda. Uno quedaba preocupado porque era muy problemático y nos daba miedo de que le fuera a pasar algo por el toque de queda.
Salidas y planes
En 1982 el grupo sufrió una gran transformación tras la partida de varios músicos, entre ellos el cantante Tommy Rey, quienes formaron su propio conjunto. “(Esa separación) fue complicada porque se lo llevaron primero para ser solista, pero al final formó su sonora”, afirma Marty Jr.
—¿Cómo fue su salida?
—Yo tenía como 17 años. Él se fue, armó su grupo, nosotros lo empezamos a ayudar (…) y así fuimos tratando que funcionara, a veces nos encontrábamos en eventos. Nos costó prácticamente un año poder armar nuevamente la Sonora Palacios para que la gente entendiera que no estaba el mismo cantante.
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—¿Cómo se han ido adaptando a lo largo de los años?, ¿cómo han sobrevivido?
—Aparte del reggaetón, llegó el axé, lo sound y músicas muy fuertes que quisieron destronar a la Sonora Palacios, pero hubo un fenómeno y es que la gente siempre quería lo clásico (…) Hasta el día de hoy veo que ningún movimiento moderno lo ha destronado (al grupo).
—¿Cuáles son los próximos escenarios que ustedes ven?
—Uno de nuestros proyectos importantes es poder llegar a los Grammy. Ya estamos inscritos y con los trámites para que sea la primera orquesta de Chile que pueda estar nominado en los Grammy.
—¿Tus hijos tienen la intención de seguir la tradición de la sonora?
—Mis cuatro hijos siempre me han dicho que tienen que ser 60 años más, porque la tercera generación ya está en la sonora y viene la cuarta, que son mis nietos. Ellos ya están en el tema de la música, estudian en el colegio, pero llegan aquí los fines de semana y se sientan a escuchar, …) han estado en nuestras actuaciones y opinan también.