En Sana Mente de CNN Chile, León Cohen, psicoanalista y psiquiatra de la Universidad de Chile, habló de los desafíos de la vida post pandemia, el impacto en la salud mental y cómo nos relacionamos en la sociedad chilena actual. El especialista analizó el estallido social como un punto de quiebre con la autoridad y dijo que ve con esperanza el futuro del país con una nueva Constitución.
Los cambios ocurridos en Chile en los últimos años y la posterior pandemia plantearon nuevos desafíos en la sociedad. En diálogo con CNN Chile, León Cohen, psicoanalista y psiquiatra de la Universidad de Chile aseguró: “Lo que ha estado ocurriendo en los últimos años, sobre todo desde el estallido, han sido movimientos que tienen un efecto terapéutico a nivel social, porque nuestra nación ha podido ir, a través de la dinámica política, encontrando caminos para poder elaborar temas que estaban presente en nuestra vida desde hace mucho tiempo”.
Cohen habló de las características obsesivas y fóbicas de los chilenos. “Sobretodo en las grandes urbes podemos hablar de una cierta personalidad con características fóbicas u obsesivas. Por ejemplo, esa cierta timidez que tenemos los chilenos que se traduce en discreción, cierta tendencia a la poca expresividad, al control emocional, a la formalidad, a una cierta rutina y un cierto sometimiento frente a la autoridad, un control como desmesurado de la agresividad que son características propias de la dimensión obsesiva y que tienen que ver con dinámicas evitativas que son características de los fenómenos fóbicos”, explicó.
Las dinámicas de sometimiento que se han establecido en la sociedad chilena parecen clave para el especialista. “Mantenemos desde hace mucho tiempo una especie de dinámica social decimonónica. Es decir, más propia de la época de la oligarquía campesina. Eso se ha prolongado en lo sustancial, a pesar de tener nuestros teléfonos inteligentes, cambios en las variables sociales y económicas que hemos tenido después de la Concertación. Sin embargo, los cambios culturales han quedado atrás”, dijo.
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Cohen propuso una explicación sobre por qué estamos tan violentos como sociedad chilena. “Estas defensas obsesivas, control emocional desde hace años se ha ido desajustando, perdiendo su fuerza y eso implica de que comienzan a aparecer y explotar, tanto en el plano de las ideas como en el plano emocional manifestaciones emocionales como la agresión”, afirmó.
El impacto del estrés crónico, una consecuencia de la pandemia, repercute en la agresividad de las personas, a juicio del psiquiatra. “Se está generando una atmósfera en que van de la mano una agresión violenta, cruel y casi psicótica junto con un miedo generalizado. Eso se ha ido manteniendo y eso genera un estrés crónico que significa que nuestro organismo tanto del individuo, familia y comunidades están alerta sordo mantenido. Entre tanto la gente trabaja, hace sus cosas, trata de ser feliz, de compartir. Pero igual los vasos sanguíneos están apretados, los músculos están contraídos y todo eso en algún momento pasará la factura”, explicó.
Cohen planteó el estallido social de 2019 como un quiebre con la figura de autoridad. “El sentido mismo de la autoridad se fue deteriorando a nivel de la familia, autoridades. La ciudadanía comenzó a perderle el respeto a las autoridades políticas. Eso va a abriendo un espacio para que todo eso que estaba sometido frente a una autoridad sometida y a veces prepotente, encontrara una vía para poder dar cuenta de años de injusticia, abusos y desprecios”, aseguró.
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Cohen recalcó la importancia de las manifestaciones de los últimos años en Chile. “Esa manifestación significa que la gente protesta, manifiesta su opinión de una manera que es más racional, en la cual los lazos de la ciudadanía entre sí se ponen de acuerdo para poder dar cuenta con su presencia de que tienen que haber cambios. Se centra en eso y no en la destrucción que inevitablemente empieza a contaminarse con psicopatía, delincuencia y con cosas que difieren y se alejan del propósito de producir cambios en la sociedad”, dijo.
El psiquiatra ve con esperanza los tiempos de cambio en el país para la salud mental de los ciudadanos. “Para una comunidad que tiene esos miedos y este control emocional, el ser capaz de abrirse a pensar y a conectarse con sus emociones sin tanto miedo, abre la posibilidad a un cambio. Un cambio que no es ni destructivo ni autodestructivo en el sentido de dejar el status quo como está. Un cambio que permita realizar transformaciones realistas dentro de nuestra vida como país. Eso esperamos de la Convención, por eso aprobamos, y esperamos del texto, y también esperamos del Congreso. Tengo esperanzas de que eso se puede dar”, apuntó.