Polineuropatía diabética: el dolor invisible que afecta la calidad de vida
Por CNN Chile
02.12.2024 / 12:31
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Más del 12% de la población en Chile vive con diabetes, y hasta un 35% de ellos podría desarrollar polineuropatía. Esta complicación silenciosa impacta tanto física como emocionalmente, destacando la importancia de una detección temprana y tratamiento integral.
En Chile, más del 12% de la población vive con diabetes, una enfermedad crónica que, si no se controla adecuadamente, puede desencadenar complicaciones graves como la polineuropatía diabética. Esta condición, derivada de los altos niveles de azúcar en sangre, afecta los nervios, provocando pérdida de sensibilidad, dolor crónico, y en casos extremos, discapacidad física.
Felipe González, de 47 años y diagnosticado con diabetes hace 18 años, es un claro ejemplo de cómo la polineuropatía puede impactar la vida diaria. “Uno normaliza el dolor, te acostumbras a vivir con él”, relata. Durante un verano, Felipe perdió la capacidad de sentir calor en la planta de sus pies, lo que le provocó quemaduras graves sin siquiera darse cuenta.
La doctora Eloisa Díaz, especialista en el Hospital del mismo nombre, destaca que esta complicación se genera por la hiperglicemia, que no solo daña los nervios, sino también los pequeños vasos sanguíneos que los nutren. Este daño puede manifestarse en hormigueos, pinchazos, pérdida de fuerza muscular e incluso problemas en el sistema nervioso autónomo.
Los datos son alarmantes: entre el 13% y el 35% de los pacientes con diabetes podría desarrollar polineuropatía, mientras que un 50% podría experimentar neuropatía diabética. Sin embargo, aún es común que los síntomas pasen desapercibidos, retrasando el acceso a tratamientos interdisciplinarios que podrían mejorar significativamente la calidad de vida de estos pacientes.
En respuesta, se han desarrollado iniciativas como la unidad de dolor crónico no oncológico del Hospital Eloisa Díaz, que trabaja coordinadamente con centros de atención primaria para atender a estos pacientes. Además, se están evaluando tratamientos farmacológicos avanzados que buscan no solo aliviar el dolor, sino también regenerar las fibras nerviosas dañadas.
El desafío es enorme: lograr que tanto los pacientes como los especialistas asocien el dolor con la diabetes y actúen oportunamente. La educación y la conciencia sobre esta complicación son claves para prevenir complicaciones graves como infecciones o amputaciones. Como concluyen los expertos, un enfoque multidisciplinario y la detección precoz son esenciales para mejorar el pronóstico de quienes viven con esta enfermedad.
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