Este sábado 16 de noviembre se llevará a cabo la final del certamen. Emilia Dides ha captado la atención por su espontaneidad y desplante en la pasarela, pero detrás de su seguridad hay una historia de amor propio y la búsqueda por recuperar su salud mental.
Antes de los flashes y las cámaras, Emilia Dides trazó su propio camino para convertirse en la ganadora de Miss Chile y participar en el Miss Universo 2024: tuvo que batallar contra la depresión y conocer su valía.
“Aprendí que tengo una fuerza interior muy potente, porque en algún momento de mi vida me pregunté: ¿qué voy a hacer yo en un concurso de belleza? ¿Qué voy a hacer yo en un concurso de canto? Después dije: ¿por qué tengo que dudar de mí misma, si yo soy capaz de lograr lo que quiero? Así me dije: me voy a meter al Miss Chile 2024, quiero ser la representante de mi país en México, y lo decreté”, expresó en el canal TV+.
Al igual que muchos, Dides destacó la importancia de creer en uno mismo y alejarse del autoboicot. “No es que no sea capaz, ‘no sé si voy a poder’. A mí me dicen muchas cosas: ‘la Emilia no puede ganar porque es bajita’”, sostuvo, y enfatizó la importancia de aprender a lidiar con las críticas, que terminan convirtiéndose en algo que fortalece a la persona.
“Estoy buscando que la gente encuentre su mejor versión y que sepan que el amor propio y la fuerza interior son las fuerzas más importantes por las cuales tenemos que luchar toda la vida”, expuso.
Lee también: Emilia Dides en la final del Miss Universo 2024: ¿Dónde y a qué hora ver el certamen?
Enfrentar la depresión: “Sentía que no daba más”
Al mirar atrás, Emilia recuerda que cuando era pequeña siempre fue alguien soñadora y apasionada. Pero, luego, en la adolescencia, apareció la depresión. Para la compositora, fue como “entrar en un túnel donde no ves ninguna luz de esperanza para salir de ahí”.
En ese momento, pidió ayuda a su madre, Joanna Maffei, con quien comparte su pasión por la música. “Sentía que no daba más, cuando mi cabeza me ganaba y era una guerra entre mi cabeza y mi corazón”, describió.
Emilia explicó que, en ese tiempo, todos los días despertaba con una sensación de angustia. Recurriría al psicólogo y al psiquiatra, donde inició un tratamiento.
“Mi mamá es el amor de mi vida, mi pilar más fuerte. Ella es mi cable a tierra. Cuando yo estaba en un hoyo negro, ella me decía: ‘tú puedes, vamos, tú puedes’ y me sacaba de ese hoyo”, comentó.
La terapia de Emilia también vino acompañada de la música, pero también de un cambio de paradigma: “Yo puedo ser mejor que lo que estoy viviendo ahora; soy la única capaz de sacarme de este hoyo negro: soy capaz, soy fuerte, soy una mujer y yo puedo con todo. No me creía nada de lo que me dije. Estuve ocho meses diciéndome que la vida es bella, que quiero vivir, quiero ser feliz, quiero crecer, quiero evolucionar porque soy una mujer capaz y puedo con todo. Después de 8 meses, ya era parte de mi vida”.
Los sueños de Emilia para Chile
Consultada sobre lo que le gustaría para Chile, detalló: “Seguridad, amor, más unión, más conexión entre las personas. Chile es un lugar muy mágico, de personas muy mágicas, y sobre todo la mujer chilena. Lo dije cuando tuve mi corona: quiero dar a conocer lo grandiosa que es la mujer chilena: lo valiente, lo luchadora y lo resiliente. Yo me siento una mujer resiliente y con todas las capacidades de representar a una gran mujer chilena”.
Sobre su perspectiva de cuál mujer representa ese poderío, ya sea por su inteligencia o belleza, concluyó: “Por cómo funciona el mundo en general, la diferencia entre hombres y mujeres, que creo que ya se está desvaneciendo poco a poco. Yo admiro a una mujer que ponga la frente en alto y diga: ‘Yo soy mujer y lo voy a hacer bien’, dejando de lado todo lo que conlleva serlo, como fue el caso de la primera presidenta mujer, Michelle Bachelet”.