La decisión optada se suma a medidas políticas que ya habían tomado otros países locales.
La propuesta surge luego de la petición de una reclusa al Papa Francisco.
La Dirección del Trabajo recordó que el comercio debe cerrar a las 20:00 horas los días 24 y 31 de diciembre y advirtió sanciones de hasta 20 UTM por cada trabajador afectado en caso de incumplimiento.