El notebook que tiene dos pantallas funcionales a 4K ya está en Chile y, como era de esperarse, está orientado al segmento de lujo. Es una bestia para que los especialistas ahorren valiosos minutos de trabajo, pero llevarlo al límite tiene sus riesgos en ciertos escenarios.
¿Qué harías con dos pantallas físicas simultáneas en el mismo notebook? Esa pregunta no la tenía para nada resuelta cuando comencé a probar el ZenBook Pro Duo de ASUS, otro diseño fuera de lo habitual de la firma taiwanesa que ya está disponible en Chile.
Y más que ser el computador del “chiche”, el equipo es un bólido de imponente factura técnica: procesador Intel Core i9 octa core de novena generación (i9-9980HK @2.4 GHz hasta 5.0GHz), 32 GB de RAM (DDR4, 2666 MHz), 1 TB de SSD y una GPU NVIDIA GeForce RTX 2060 de 6 GB, lo suficiente para alcanzar 60 FPS en títulos de 2020.
Eso ya asegura, por cierto, poder satisfacer todas las necesidades de productividad de nivel oficina, sobre todo en materia de multitasking, además de una gran cobertura a la hora de utilizar software especializado para edición, como por ejemplo Premier Pro y After Effects.
En este análisis lo seguimos por parte.
DISEÑO
Lo primero que llama la atención, antes que la enorme pantalla de abajo es el impecable brillo del monitor principal.
Se trata de una pantalla de 15.6” 4K UHD OLED que tiene bíseles muy delgados y una cubierta de vidrio, un acabado premium para mostrar un brillo descollante en relación con otros equipos orientados al segmento profesional.
Y abajo, donde está la gran gracia. A diferencia de emplazar este enorme ScreenPad Plus en el sector del TouchPad, como se ha visto en otros modelos ZenBook, colocaron un monitor completamente funcional de 14’’ en la parte superior del teclado, con una superficie antirreflejo.
En él puedes hacer exactamente lo mismo que haces en cualquier computador, pero de forma independiente con todas las características que ofrece Windows 10, como los comandos, gestos y escritorios virtuales.
También tiene su propio menú de aplicaciones nativas, así como también la posibilidad de usar tres acciones diferentes para mover las ventanas. La más importante es que puedes tomar el programa que estás usando y llevarlo abajo para no perderlo de vista y seguir operando arriba.
Esto desbloquea un sinnúmero de opciones en los que tener físicamente tu “pantalla 2” aumenta la productividad. Combinaciones como WordPress+Analytics, un PDF+Redacción en Word, un Streaming y un chat de WhatsApp, una planilla Excel+coordinación en Slack, Premier Pro+navegación en carpetas, son algunos ejemplos de lo que puedes hacer aquí y no con otra pantalla desconectada, como puede ser tu celular a un costado.
Eso sin contar aplicaciones que son enteramente destinadas a la creación que, por sí mismas, ya están potenciadas por tener una pantalla touch.
Por ejemplo, toda aquella aplicación que depende de un timeline para trabajar puede existir en la parte inferior y controlar el desplazamiento con tus dedos -o el lápiz que viene incluido- en lugar del mouse.
Lamentablemente, no fueron pocos los momentos en los que el ScreenPad colapsó al intentar hacer demasiadas cosas diferentes, entre comandos y la apertura del menú.
Un ícono de flecha te permite desplegar el menú contextual para ejecutar acciones, como modificar el brillo o dar un vistazo a todas las ventanas a la vez. Sin embargo, al repetirlo mucho, por accidente o error, la flecha desapareció y no me dejó operar más esta función sino hasta reiniciar el PC. Una pena.
Otras dos cosas extrañas que me sucedieron de forma recurrente fueron que, al volver de la suspensión, se pierden completamente la disposición de las ventanas y pasan todas a estar arriba. Es decir, interrumpes tu trabajo para almorzar y deberás acomodar abajo todo de nuevo al regresar.
Y por último, a la hora de jugar en pantalla completa en el monitor superior -títulos vía Steam-, tocar la pantalla inferior hace que se minimice en varios casos. Hubiese sido verdaderamente de ensueño poder hacer ambas cosas a la vez (jugar y chatear, por ejemplo) no de forma perfectamente simultánea, sino que simplemente no minimizar el juego. Con eso bastaba.
Retomando el diseño del equipo, la segunda pantalla deja el teclado mucho más cerca de las manos, por lo que el notebook viene con una banda incluida para amortiguar el peso de las manos sobre la mesa y generar una inclinación agradable para el tipeo.
Esta banda proyecta una luz desde el led principal del cuerpo del equipo para indicar el estado de la batería cuando está conectado, sea se esté cargando o cuando está al 100%.
La construcción de metal color Celestial Blue cepillado es justo el tipo de material que se espera de un aparato que parte de los 2 millones de pesos en el retail ya que es sobre todo resistente, con certificación MIL-STD 810G, algo así como un sello de garantía militar.
Y en cuanto a portabilidad, seamos claros: el ZenBook Pro Duo es pesado y bastante. Son 2,5 Kg. que hacen prácticamente imposible sostenerlo mucho tiempo desde el costado con una mano.
No es de esos que querrás llevar todos los días de la casa a la oficina y viceversa. Con ello decimos ciertamente que este tipo de equipos, ante cualquier cosa, es del segmento Workstation y ahí querrás mantenerlo, en tu estación de trabajo, y no sacarlo de un lado para otro por la casa ni mucho menos ponértelo entre las piernas.
Dada su potencia, gran parte de la salvación frente al inminente calentamiento de las piezas del equipo está en el ángulo que genera la pantalla al abrirse. Esto hace que toda la base se levante, evitando la asfixia que podría sufrir todo el cuerpo del notebook frente a superficies que retienen el calor.
Lo malo es que esta disposición resta todo los puntos de comodidad al usarlo como laptop. Tenerlo sobre las piernas duele y es impracticable para un uso prologado. Una lástima, ya que ambas pantallas son táctiles y usarla de esa forma requiere proximidad.
En cuanto a la ventilación que produce esta inclinación hay una ventaja ciertamente a la hora de trabajar: incluso en Modo Turbo, emite un ruido uniforme bastante bajo en comparación a otros escapes en la gama gamer.
No obstante, en ciertos momentos durante un juego muy demandante, puesto en una superficie de vidrio en un día caluroso, la temperatura fluctúa entre los 80° los 90° y el computador simplemente deja de operar.
Y no es como en otros en los que, al volver a encenderlo, arroja un mensaje advirtiendo que la configuración de la BIOS generó el apagado como prevención al alcanzar ese nivel de calor. En este caso, simplemente la pantalla se congela, algo muy poco elegante.
Tiene algo de sentido si consideramos que otros equipos destinados y dedicados al gaming, como el ROG Zephyrus, poseen el mismo sistema de inclinación para habilitar mayor potencia de ventilación por debajo. Sin embargo, sobre el teclado habita una inmensa toma de aire que, todo lo opuesto al caso del ZenBook Pro Duo que tiene ahí una pantalla que por sí sola irradia calor.
RENDIMIENTO
Al margen de aquellas condiciones en las que las partidas sufren interrupciones no deseadas por el sobrecalentamiento, el ZenBook Pro Duo es de un rendimiento de cinco estrellas.
Puedes jugar títulos de última a 60 FPS en calidad Alta o incluso más cuando está configurado en 1080 y otros menos demandantes a un rate muy cercano a los 60 FPS en 4K, como es el caso de PES 2020.
Además, la tarjeta gráfica de la gama RTX permite ejecutar el efecto de moda: el ray-tracing, que da reflejos realistas en cada superficie en tiempo real.
Por otra parte, 32 GB es una capacidad inmejorable para los creadores de contenido, principalmente a la hora de asignar memoria a los diferentes renders en video o el diseño más exigente en AutoCAD.
EN SUMA
El ASUS ZenBook Pro Duo es especial para los que necesitan tener dashboards, timelines o trabajan en diseño, ya sea ilustración o render en 3D. Todo aquel que cambia de ventanas a cada rato y necesita una cantidad de resolución tal que entren todos los datos en la pantalla, tendrá su oasis en este computador.
Está pensado para ser una estación de trabajo portátil más que un notebook cómodo de trasladar, sobre todo porque el cargador por sí solo también es enorme y pesado.
Sus características hablan por sí solas: nada se quedará pegado en materia de productividad. Por otra parte, el procesador de novena generación y la monstruosa RAM de 32 GB asegura que será una inversión que perdure por lo menos para los siguientes 5 años sin ningún problema.
Lo malo es su capacidad de ventilación en condiciones extremas. Es un monstruo que puede competir perfectamente en la arena gamer triple A, pero con precauciones de temperatura que pueden llegar a ser demasiado restrictivas.