Desarrollar un equipo de trabajo puede ser algo complejo en cualquier disciplina. Además del talento, en el mundo de la programación existen requerimientos especiales, según comenta el programador chileno Sebastián Findling. La eficacia es el objetivo a cumplir tanto por programadores senior como junior en un equipo.
Chile es un país que se está digitalizando rápidamente. Según el reporte Latam Insights 2021 elaborado por PageGroup, nuestro país es el segundo país con un mayor porcentaje de aceleración digital de empresas en América Latina (71%). No obstante, para lograr ser líderes hay que priorizar la creación de buenos equipos de trabajo encabezados por programadores, según comenta Sebastián Findling.
Este programador chileno, con experiencia construyendo equipos de trabajo en diferentes empresas, indica que cada equipo tiene requerimientos muy distintos. “Dependiendo de la madurez de un proyecto y los requisitos de velocidad de progreso, puede ser bueno tener una combinación de juniors y seniors. Estos últimos deberían, idealmente, tener capacidad empática para orientar a los más jóvenes en su proceso de aprendizaje. Algo fundamental que yo busco cuando formo un equipo, es la experiencia creando proyectos propios”, afirma.
Sin embargo, ¿existe alguna metodología que ayude a construir equipos de trabajo de una forma más fácil? Metodologías de trabajo hay muchas, pero en el mundo de la programación hay una que sobresale.
La metodología Scrum
En la opinión de Sebastián Findling, Scrum es la mejor metodología de trabajo y la más recomendada para armar equipos. En ella, los programadores organizan su trabajo basándose en objetivos pequeños que deben ser cumplidos generalmente en periodos de dos semanas (sprints), los cuales en su conjunto van formando un gran objetivo central que es desarrollar un programa, aplicación o cualquier tipo de software.
Por su estructura, se contrapone a otras metodologías de trabajo como las relacionadas a las cartas Gantt, en donde se programan grandes metas en periodos largos de tiempo, lo cual puede resultar menos eficaz.
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La composición del equipo
En la metodología Scrum, implementada a partir de los años 80, deben ser cubiertos algunos roles importantes. Estos son:
- Líder Técnico: En Scrum el concepto de “jefe” no existe. Aquí, en cambio, existe este cargo que es ocupado por el programador que tiene más experiencia y que tiene más conocimiento sobre el negocio. Su labor es la de brindar apoyo y ayudar a tomar decisiones. La supervisión del equipo depende de todos y es realizada a través de reuniones diarias.
- Product Owner: Es quien tiene más conocimiento sobre las necesidades de la empresa. Su rol es el de ser un enlace directo con el ala corporativa de la empresa y actúa como moderador en la solicitud de nuevos requerimientos.
- Scrum Master: Coordina la estructura de trabajo del equipo y apoya al Product Owner a aterrizar los requerimientos que tiene la empresa para que puedan ser desarrollados.
De forma extra, se agrega también la figura de los Stakeholders, quienes son los representantes directos de las empresas. Gerentes generales, gerentes comerciales, profesionales de marketing, entre otros, pueden componer este grupo.
“Lo más positivo de un equipo es su eficacia, la que se logra consiguiendo una sinergia que se produce al tener personas con personalidades parecidas, que puedan llevarse bien mientras trabajan y se apoyen cuando lo necesitan. Esto puede permitir que incluso un grupo pequeño sea más rápido y eficiente que uno grande donde no se cumplan estas condiciones”, comenta Sebastián Findling.
Empresas que ocupan Scrum
La implementación de Scrum es algo que muchas importantes empresas han optado por hacer. Ejemplos hay varios, pero destacan Google, Apple, Spotify, Motorola, Nokia, Amazon, Mozilla, Electronic Arts, Blizzard, Ubisoft, entre otros.
“Mi mejor equipo ha sido el que reuní en ADDShop. Se caracterizó por tener un humor muy liviano y ser de perfil más bien joven, por lo que estaban muy abiertos a aprender nuevas formas de estructurar sus programas, pero eran autónomos a la hora de realizar las tareas encomendadas”, finaliza Sebastián Findling.
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