La sonda OSIRIS-REx logró orbitar a 680 metros sobre la superficie de del asteroide Bennu, cuyo récord anterior era de 1,3 kilómetros.
La Nasa batió su propio récord. Como nunca antes, lograron a estar a una distancia jamás antes lograda por una nave espacial.
La sonda OSIRIS-REx se acercó unos 620 metros más que la última vez que lograron orbitar cerca de la superficie de un asteroide. Con un nuevo récord de 680 metros por sobre la extensión del bólido, dejan atrás los 1,3 kilómetros de la marca anterior.
Ilustración de la maniobra de orbitaje del OSIRIS-REx a 680 metros del asteroide Bennu.
Esta vez, los científicos aseguran que las impresionantes imágenes permitirán entender mejor por qué hay partículas expulsándose al espacio desde el asteroide Bennu. Un extraño fenómeno que permite categorizar al coloso de 262 metros de radio, como un asteroide activo dentro de una docena de los de su mismo tipo.
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Esas partículas generan una especie de “coma” en estos “puntos” rocosos gigantes, lo que hace recordar la apariencia de un cometa. En ocasiones, esas fracciones vuelven a la superficie del asteroide.
Partículas que arroja el asteroirde Bennu captadas por la Nasa en enero de este año.
“Es la mayor sorpresa de mi carrera científica”, dijo en marzo a la ABC, el investigador principal del OSIRIS-Rex, Dante Lauretta, tras el descubrimiento del extraño fenómeno del asteroide en enero de este año. “Bennu ya nos está sorprendiendo y apenas hemos comenzado nuestro increíble viaje”, afirmó.
Los científicos aseguraron que se tratan de pequeñas partículas de hasta unos 10 centímetros de largo, que salen eyectados a velocidades de unos pocos centímetros a incluso tres metros por segundo.
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Las razones del fenómeno se desconocen, pero lo cierto es que los investigadores aseguraron que este nuevo récord les permitirá analizar de mejor manera lo que ocurre en Bennu, y no todo queda ahí.
Dispondrán de cinco sitios distintos del asteroide, para poder extraer algunas muestras, por lo que en algún punto la nave orbitará a unos 225 metros de la superficie de Bennu, siendo capaz de identificar objetos tan pequeños como de dos centímetros.
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De esta manera, los científicos continúan con la investigación de la misión OSIRIS-REx, que se extiende por 7 años desde que inició la exploración en diciembre de 2018. Así, podrán recolectar extractos de este antiguo pedazo de roca, para poder reconstruir la historia del Sistema Solar, cuyos vestigios están escritos en estos asteroides que quedaron como escombros desde su formación hace 4.500 millones de años atrás.
Ilustración del OSIRIS-REx recogiendo muestras de la superficie de Bennu.