El arcade furor en Japón tiene al fin su aparición en PC y Nintendo Switch, un aterrizaje en occidente que entretiene lo suficiente a los fanáticos de la saga, pero que tiene mucha prisa en su forma, muy a la japonesa, de mostrar lo que pasa en el tablero.
De la franquicia Dragon Ball podemos esperar propuestas de casi cualquier género: acción, plataformas, peleas en distintos formatos… pero uno de combate de estrategia, elementos RPG y cartas coleccionables ya entra en lo inesperado.
Cuando fue anunciado, eso sí, fue bien recibido por su concepto bastante interesante que va más allá de los TCG tradicionales. Después de todo, hablamos de Dragon Ball, sinónimo de combates frenéticos y batallas infartantes.
Lo mejor de ambas dimensiones se juntaron en Super Dragon Ball Heroes: World Mission, un título que se desarrolla en un mundo paralelo en el que los héroes de las distintas generaciones no son más que la temática de un juego de cartas. Y como ocurre en Yu-Gi-Oh!, hay hologramas que generan las escenas dignas de animé.
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Todo cambia cuando los enemigos salen del plano virtual y amenazan el mundo real. Los nuevos héroes, entre ellos tu avatar, serán los protagonistas de la trama más extraña que haya visto la serie.
Esto había sido lanzado ya en formato arcade en Japón y en 3DS, siendo todo un éxito que motivó la creación de un animé promocional. Ahora llegó a PC y Nintendo Switch, donde la experiencia touch es más enriquecida.
Impacto y velocidad
Lo esperábamos: no es precisamente un juego pausado por turnos, sino que todo lo contrario. Cada partida va derechamente al grano, con una duración que puede ser de incluso un par de fases y cada turno cronometrado, incentivando el juego rápido.
Debes armar tu mazo con 7 cartas, cada una tiene una ilustración repleta de información visual con un personaje de la serie cuyos diseños, aunque se trate de Krilin o Yamcha, parecen apoteósicos con efectos especiales, foils y vistosos marcos.
La dinámica del juego es, dentro de todo, sencilla y liviana. En cada turno vas al choque con tu escuadrón en dosis que puedes manejar en cada fase, midiendo cuántos puntos invertir en ataque de unos y cuánta stamina reservar para otros en turnos posteriores.
Desde luego, como la mayoría de las cartas de alta gama tienen habilidades especiales gatilladas bajo determinadas condiciones, se generarán quiebres en la partida que no se decidirán siempre por la fuerza bruta, sino que más bien por las combinaciones de cartas que aparentan no sumar muchos puntos de ataque, pero que juntas crean ataques rápidos o sabotajes inesperados a la formación del rival.
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No obstante, si bien existe y es muy satisfactoria al dominarla, esa cuota de estrategia llegará transcurridas las 10 horas o más de juego, sobre todo teniendo en cuenta que para avanzar en el modo historia deberás juntar boletos para adquirir mejores personajes para tu mazo.
Hay que decir, además, que tener cartas buenas no es una odisea. Te las dan de manera aleatoria, a modo de sorteo en las “Gachas”, pero siempre tendrás en juego tres o cuatro personajes de fuerza bruta que te abrirán paso en las peleas menos complicadas. Las poderosas abundan, pero hay que entender cómo usarlas correctamente.
A veces, entre los rivales de la trama principal, te puedes encontrar con viejos conocidos, con un grupo de los clásicos o incluso con algunos de los personajes no tan recordables pero en formas extremadamente raras de ver, como Nappa SSJ:
Otras veces serán rivales repetidos, como los Saibaman o toda las formas posibles de Freezer combatiendo al mismo tiempo. Algo que siempre quise ver, secretamente.
Carga de impacto
Rompiendo el tedio de un juego por turnos, Super Dragon Ball Heroes: World Mission se vuelve muy arcade cuando, al atacar, lo primero que ocurre es una cuenta del poder que jugaron ambas escuadras -determinando quién ataca primero- y luego se gatilla un minijuego que califico derechamente como adictivo.
Se trata de la Carga de Impacto (CI), una fase en la que una barra de poder comienza a ir y venir, momento en el que debes pulsar tal que sea lo más completa posible. Esto se hace más rápido conforme las cartas sean más raras o más fuertes.
Con esto se puede provocar un vuelco más que interesante en los acontecimientos: el más fuerte puede errar su Carga de Impacto y, si triunfa el rival, bloqueará drásticamente el daño hecho a los puntos de vida, dejando listo el contragolpe.
Efectos de cartas pueden incidir tanto en la velocidad de la carga como en el daño real provocado al HP del jugador, razón por la cual tus mazos pueden no tener la victoria garantizada frente a un oponente con calidad inferior.
El clímax llega con los ataques especiales y los Súper Ataques que se logran cuando lo apuestas todo en la pelea. Cada personaje usará una habilidad característica (mientras más cara, más fuerte) para generar el quiebre necesario a tu favor. Bloquearlos es clave.
Varios de estos ataques, o habilidades que generan mucho daño, te presentan otro minijuego touch para potenciarlos. No obstante, en PC resulta anticlimático no tiene ninguna gracia al no tener nada más que hacer que mover un stick.
Expansión asegurada
Saliendo del gameplay, y como fanático de Dragon Ball, debo aplaudir la cantidad de posibles personajes para elegir. Si bien una vez que armas tu mazo con siete “tope de línea” e inevitablemente los otros personajes quedarán en la banca, todas las ilustraciones deslumbran a la vista.
En ese sentido, y con el objeto de no dejar atrás a todos los que se toparon con Gokú y que no tuvieron la suerte de convertirse en SSJ, el modo creación expande el juego a niveles insospechados. Se convirtió rápidamente en mi modo favorito, ya que las creaciones pueden ser usadas tanto en el modo historia como en el modo arcade.
Podemos usar muchísimos personajes de las distintas etapas: Dragon Ball, Dragon Ball Z, Dragon Ball GT y Dragon Ball Super.
Algo notable es que el diseño de la carta y el personaje que decides incorporar como pegatina (o sticker) no influye en la fuerza total, por lo que cualquiera de los héroes menos protagónicos puede triunfar como siempre quisiste ver. Tú distribuyes sus puntos base para sus diferentes estadísticas, ataques y habilidades.
Todas esas pegatinas, diseños y súper ataques para equipar los puedes obtener como recompensas al terminar las peleas, lo cual introduce un fuerte incentivo para hacer grinding.
Lo mejor es que -a pesar de que la propuesta de juego está gritando porque así sea-, Super Dragon Ball World Heroes: World Mission no cayó en la implementación de una divisa premium para comprar cartas con dinero real. Todo es en base a grinding y a jugar los diferentes modos. Las recompensas saldrán de ahí, y todo está al alcance si juegas lo suficiente.
Bajón de Ki
Digamos que llegas motivado para empezar a jugar. Tienes cartas potentes obtenidas con tus primeros canjes y te dispones a arrasar. Sin embargo, minutos después te toparás con la primera gran barrera de entrada.
El tiempo de lectura de los textos de las habilidades cuando se activan durante la batalla bordea los dos segundos, por lo que algunas son derechamente imposibles de leer. Eso te hace muy complicado poder adaptarte o anticiparte la a estrategia del rival.
En tus primeras peleas no entenderás absolutamente nada de lo que está ocurriendo con las habilidades del rival.
La opción es una sola: tener paciencia y jugar varias horas en gameplay con la mejor cara hasta que, gradualmente, domines los cánones principales de aquellas habilidades.
Hay patrones que se van repitiendo y, en el largo plazo, te las aprenderás. Pero enfatizo que es un caos en los primeros capítulos de la historia.
Así, si no eres una persona muy próxima a los TCG, la experiencia en un comienzo será bastante frustrante ya que no podrás memorizar tantas habilidades y escenarios posibles de peleas que se acaban en dos o tres fases.
El tutorial es una obligación absoluta, pero para alivio de todos, es claro y va a lo medular sin rodeos ni mucho texto. El resto se aprende memorizando partida tras partida.
En suma
Super Dragon Ball Heroes: World Mission excede las expectativas en cuanto a los combates vistos en un juego de cartas: con más de 1.100 cartas disponibles, una vasta cantidad de personajes, excelente sountrack (¡con temas del animé!) y frenéticas escenas de enfrentamiento, en ciertos momentos te hacen olvidar que se trata de un juego con alma TCG.
Lo malo es que los textos van demasiado rápido y será imposible digerir todo en la primera decena de horas.
La versión de Switch se disfrutará más que la de PC considerando, primero, que las texturas son bastante simples -parecidas a las del Budokai Tenkaichi 3 de PS2- en ambas plataformas y, segundo, que coleccionar y crear cartas merece ser aprovechado on the go.