ISA se refirió a los resultados del estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine, el que siguió a más de 450 mil personas y sostiene que quienes beben dos o más vasos de cualquier tipo de refresco al día, tendrían un mayor riesgo de morir por cualquier causa de muerte en comparación con quienes no beben. "No puede probar ninguna relación de causa y efecto", dijeron desde la asociación.
La Asociación Internacional de Endulzantes (ISA por su sigla en inglés) se refirió al estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine, que arrojó que los hombres y mujeres que bebían al día dos o más vasos de refrescos endulzados con azúcar tenían un mayor riesgo de morir por trastornos digestivos, mientras que los que bebían la misma cantidad de bebidas dietéticas tenían mayores riesgos de morir por enfermedad cardiovascular.
ISA sostuvo que el estudio posee una “naturaleza observacional” (algo mencionado en el mismo estudio), y que “no puede probar ninguna relación de causa y efecto”.
“En línea con la abrumadora cantidad de evidencia científica disponible, la seguridad de todos los edulcorantes bajos en calorías aprobados ha sido reiterada y consistentemente confirmada por las autoridades reguladoras de todo el mundo”, agregó la asociación.
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Al mismo tiempo, indicaron que “en un momento en que la obesidad y las enfermedades no transmisibles, incluida la diabetes, siguen siendo importantes desafíos para la salud mundial, (…) es fundamental que el público cuente con información confiable“.
El estudio siguió a más de 450 mil personas de 10 países europeos por hasta 19 años, tras lo cual reveló que quienes bebías dos o más vasos de cualquier tipo de refresco al día tenían un mayor riesgo de morir por cualquier causa de muerte que las personas que bebían menos de un vaso o ninguna cantidad al mes. Este fue trabajado por Amy Mullee, Dora Romaguera, Jonathan Pearson-Stuttard, entre otros.
Con eso en mente, desde ISA indicaron que el estudio cuenta con “una serie de limitaciones adicionales, que incluyen el uso de datos de referencia, donde la evaluación de la exposición (medida de la ingesta) se recopiló sólo una vez (entre 1992 y 2000), y esto se ha asociado a eventos de hasta 20 años después”.
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Lee el comunicado acá:
“Bruselas, 4 de septiembre 2019: Respondiendo al nuevo estudio de Mullee et al. con respecto al consumo de bebidas azucaradas y bajas y sin calorías, la Asociación Internacional de Endulzantes (ISA) señala la naturaleza observacional de este estudio, que, no puede probar ninguna relación de causa y efecto. Además, en línea con la abrumadora cantidad de evidencia científica disponible, la seguridad de todos los edulcorantes bajos en calorías aprobados ha sido reiterada y consistentemente confirmada por las autoridades reguladoras de todo el mundo.
“En un momento en que la obesidad y las enfermedades no transmisibles, incluida la diabetes, siguen siendo importantes desafíos para la salud mundial, y las autoridades de salud pública están alentando a los fabricantes de alimentos a reemplazar el azúcar y reducir las calorías como parte de sus objetivos de reformulación, es fundamental que el público cuente con información confiable basada en ciencia sobre la seguridad y la utilidad de los edulcorantes bajos en calorías, respaldada por las autoridades de seguridad alimentaria y las organizaciones de salud de todo el mundo.
“Con respecto a este nuevo estudio realizado por Mullee et al., es crucial destacar que los estudios observacionales, por su naturaleza, no prueban ni pueden probar causa y efecto. De hecho, los propios autores de este estudio reconocen que: “Dado el diseño observacional del estudio, no es posible establecer la causalidad entre el consumo de refrescos y la mortalidad, y reconocemos que las asociaciones observadas pueden estar sesgadas debido a la confusión residual”. Además, no hay evidencia de que el consumo de edulcorantes bajos en calorías aumentaría el riesgo de enfermedades cardiovasculares en humanos. Por el contrario, los datos de estudios clínicos muestran que los edulcorantes bajos en calorías no afectan negativamente los factores de riesgo conocidos, como presión arterial, niveles de lípidos en sangre, glucemia o peso corporal.
“Desde una perspectiva de análisis estadístico, es interesante observar también que la información de referencia de este estudio muestra que los sujetos que bebían 2 o más bebidas dietéticas por día tenían un IMC más alto, eran menos educados y fumaban con más frecuencia. Si bien esas variables se ajustaron en el análisis, la confusión residual es posible y probable, y esto puede tener implicaciones, particularmente para la asociación encontrada con la enfermedad vascular. Con frecuencia, los consumidores de 2 o más refrescos por día tenían una serie de indicadores socioeconómicos y hábitos de vida más pobres, y esto, en parte o en gran parte, explica las aparentes asociaciones.
“También vale la pena destacar una serie de limitaciones adicionales de este estudio, que incluyen el uso de datos de referencia, donde la evaluación de la exposición (medida de la ingesta) se recopiló solo una vez (entre 1992 y 2000), y esto se ha asociado a eventos de hasta 20 años después; y el hecho de que el uso de los datos de ingesta recopilados varía según el país. De hecho, estas limitaciones pueden producir asociaciones inconsistentes y sesgadas entre las bebidas dietéticas y la mortalidad o los resultados cardiometabólicos En realidad, los estudios que han utilizado medidas repetidas para evaluar los cambios en la ingesta de bebidas azucaradas bajas en calorías no han encontrado, o encontraron un leve, vínculo entre su consumo y el riesgo de enfermedad, después del ajuste por adiposidad.
“Además, los estudios que han utilizado análisis de sustitución que modelan el reemplazo previsto de bebidas azucaradas (SSB) con bebidas bajas en calorías (LCSB) han demostrado que, por ejemplo, reemplazar 1 porción/ día de SSB por 1 porción/ día de LCSB se asoció con un riesgo 4% menor de mortalidad total, 5% menor riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y 4% menor riesgo de mortalidad por cáncer. Este tipo específico de análisis puede superar de alguna manera las limitaciones metodológicas y proporcionar un método más consistente y robusto, y asociaciones biológicamente plausibles. Es importante destacar que los hallazgos de Malik et al. de hecho sugieren que reemplazar SSB con bebidas bajas en calorías puede traer beneficios para la salud.
“Utilizados en alimentos, bebidas y endulzantes de mesa, los edulcorantes bajos en calorías pueden proporcionar a las personas una amplia variedad de opciones de sabor dulce con pocas calorías o ninguna, y por lo tanto pueden ser una herramienta útil, cuando se usan en lugar de azúcar y como parte de una dieta equilibrada, para ayudar a reducir la ingesta general de azúcar y calorías, así como para controlar los niveles de glucosa en sangre. Los edulcorantes bajos en calorías tampoco son cariogénicos, lo que significa que no contribuyen a la caries dental”.