Desde refugios comunitarios con jardines hidropónicos hasta penthouses de más de un kilómetro cuadrado están entre las ofertas para quienes están dispuestos a pagar varios miles de millones para protegerse de un posible ataque nuclear, una pandemia globar e incluso una III Guerra Mundial.
Al decir “búnker del fin del mundo”, la mayoría de la gente se imaginaría una habitación de concreto llena de catres y productos enlatados.
La amenaza de aniquilación global puede sentirse tan presente como lo fue durante la Guerra Fría, pero los refugios de alta seguridad de hoy no podrían ser más diferentes de sus contrapartes del siglo XX.
Compañías de todo el mundo están satisfaciendo una demanda creciente de estructuras que protegen de cualquier riesgo, ya sea una pandemia global, un asteroide o la Tercera Guerra Mundial, al mismo tiempo que ofrecen servicios de lujo.
“El búnker de tu padre o abuelo no fue muy cómodo”, dice Robert Vicino, un empresario inmobiliario y CEO de Vivos, compañía fundada por el destinada a construir y administrar refugios de alta gama en todo el mundo. “Eran grises. Eran metálicos, como un barco o algo militar. Y la verdad es que la humanidad no puede sobrevivir a largo plazo en un ambiente tan espartano y sombrío”.
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Demanda del día del juicio final
Muchas de las élites del mundo, incluyendo administradores de fondos de cobertura, estrellas del deporte y ejecutivos de la tecnología (se rumorea que Bill Gates tiene refugios en todas sus propiedades) han elegido diseñar sus propios refugios secretos para albergar a sus familias y personal.
Gary Lynch, gerente general de Rising S Company, con sede en Texas, dice que las ventas de 2016 para sus búnkers subterráneos personalizados de alta gama aumentaron un 700% en comparación con 2015, mientras que las ventas en general aumentaron un 300% sólo desde las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos.
Los búnkers de placa de acero de la compañía, que están diseñados para durar generaciones, pueden contener un mínimo de un año de alimentos por residente y resistir terremotos.
Pero mientras que algunos quieren hundirse solos, otros prefieren superar el apocalipsis en un entorno comunitario que ofrece una experiencia un poco más cercana al mundo real.
Los desarrolladores de refugios comunitarios a menudo adquieren búnkers militares retirados de servicio y silos de misiles construidos por los gobiernos de los Estados Unidos o de la Unión Soviética, sitios que costarían cientos de millones de dólares construir hoy.
Las estructuras fortificadas están diseñadas para resistir un ataque nuclear y vienen equipadas con sistemas de energía, sistemas de purificación de agua, válvulas de explosión y filtración de aire nuclear-biológico-química (NBC).
La mayoría incluye suministros de alimentos por un año o más, y muchos tienen jardines hidropónicos para complementar las raciones. Los desarrolladores también trabajan para crear comunidades completas con una variedad de habilidades necesarias para la supervivencia a largo plazo, desde médicos hasta maestros.
Vicino dice que Vivos recibió una gran cantidad de interés en sus refugios alrededor de las elecciones de 2016, tanto de los liberales como de los conservadores, y se vendieron completamente los espacios en sus refugios comunitarios aquellas últimas semanas.
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Arca de diseño
Uno de esos refugios, Vivos xPoint, está cerca de Black Hills, en Dakota del Sur, y consta de 575 bunkers militares que sirvieron como Depósito de Municiones del Ejército hasta 1967.
Actualmente se convierten en una instalación con capacidad para 5,000 personas, los interiores de cada búnker están equipados por los propietarios a un costo de entre $25 mil y $ 200 mil dólares cada uno.
El precio depende de si quieren un espacio minimalista o una casa con acabados de alta gama. El complejo en sí está equipado con todas las comodidades de un pueblo pequeño, que incluye un teatro comunitario, aulas, jardines hidropónicos, una clínica médica, un spa y un gimnasio.
Para los clientes que buscan algo más lejano y más lujoso, la compañía también ofrece Vivos Europa One, catalogado como un “Arca de Noé moderno” en una antigua instalación de almacenamiento de municiones de la Guerra Fría en Alemania.
La estructura, que fue tallada en roca sólida, ofrece 34 residencias privadas, cada una a partir de 2,500 pies cuadrados, con la opción de agregar un segundo piso para un total de 5,000 pies cuadrados.
Las unidades se entregarán vacías y cada propietario tendrá el espacio renovado para satisfacer sus propios gustos y necesidades, eligiendo entre las opciones que incluyen salas de proyección, piscinas privadas y gimnasios.
Vicino compara los espacios individuales con los yates subterráneos, e incluso recomienda que los propietarios encarguen a los mismos constructores y diseñadores que trabajaron en sus embarcaciones reales.
“La mayoría de estas personas tiene yates de alta gama, por lo que ya tienen la relación y saben el sabor, el ajuste y el acabado que desean”, explica. El vasto complejo incluye un sistema de tranvía para transportar a los residentes a través del refugio, donde pueden visitar sus restaurantes, teatros, cafeterías, piscinas y áreas de juego.
“Tenemos todas las comodidades del hogar, pero también las comodidades que usted espera cuando sale de su hogar”, agrega el ejecutivo.
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Casas con reforzado nuclear
El Survival Condo del desarrollador Larry Hall, en Kansas, utiliza dos silos de misiles Atlas abandonados construidos por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos para albergar ojivas a principios de los años sesenta.
“Nuestros clientes compran con la ventaja única de tener una segunda casa de lujo que también es un búnker endurecido con energía nuclear“, dice Hall, quien ya está comenzando a trabajar en un segundo condominio de supervivencia en otro silo en el lugar.
“Este aspecto permite a nuestros clientes invertir en un activo que se aprecia y no en un gasto”. El Survival Condo tiene varios diseños diferentes, desde una residencia de medio piso de 900 metros cuadrados hasta un penthouse de 3600 pies cuadrados (más de un kilómetor) de dos niveles que comienza en $4.5 millones de dólares.
Los propietarios tienen acceso a sus hogares y las instalaciones en cualquier momento, ya sea un desastre inminente o sólo quieren alejarse de todo, y el complejo cuenta con piscina, tienda, teatro, bar y biblioteca. La asociación de condominios establece las reglas para la comunidad y, durante una emergencia, los propietarios deberán trabajar cuatro horas al día.
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Lujo a largo plazo
Si prefiere pasar el final de los días solo, o al menos con familiares y amigos seleccionados a mano, puede preferir considerar el Oppidum en la República Checa, que se considera “el mayor búnker multimillonario del mundo”. La instalación de alto secreto, una vez que fue un proyecto conjunto entre la antigua Unión Soviética y Checoslovaquia (ahora República Checa y Eslovaquia), se construyó durante 10 años a partir de 1984.
El sitio ahora incluye una propiedad sobre tierra y un componente subterráneo de 77 mil pies cuadrados. Mientras que el producto final se construirá según las especificaciones del propietario, las representaciones iniciales incluyen un jardín subterráneo, una piscina, un spa, un cine y una bodega.
Si bien muchos pueden ver las comodidades de lujo en estas instalaciones como innecesarias, los desarrolladores sostienen que estas características son fundamentales para la supervivencia. “Estos refugios son a largo plazo, un año o más”, dice Vicino. “Será mejor que sea cómodo”.