La construcción de un hotel, que originó una nueva calle en uno de los barrios más famosos de la ciudad, fue el motivo que permitió a nuestro país tener una calle en honor a una ciudad.
En pleno corazón de París, en su casco histórico, es posible -caminando y aventurándose por sus calles, encontrar un pedazo importante de la historia de Chile en Francia.
Específicamente, a pocas cuadras del Arco del Triunfo y del Bosque de Boulogne, antiguo coto de caza de la realeza parisina, podemos encontrar una calle en honor a una ciudad de nuestro país.
Sí, aunque parezca extraño. Una calle lleva el nombre de una comuna nacional. Un honor que se le otorgó a una chilena, que fue la encargada -como un regalo por parte de la Municipalidad de París– de decidir cómo bautizar dicha arteria.
La historia dice así.
Los inicios de la influencia chilena en París
Francia estaba bajo el mandato de Napoleón III. La delegación diplomática chilena estaba bajo el mando de Alberto Blest Gana. Un hombre considerado muy ameno por quienes compartieron con él y que ejerció el cargo de embajador entre 1869 y 1887.
Su historia y su influencia en la colonia francesa fue contada con lujo de detalles en las memorias de Benjamín Vicuña Subercaseaux, publicadas en el libro La Ciudad de las Ciudades, impreso en 1905.
“Instalada en la calle de Washington, la Legacion de Chile, fué, durante varios años, un centro diplomático. Cuentan las crónicaspolítico-sociales que en ella se concertó el matrimonio de don Cárlos I, Rei de Portugal, con la hija del Conde de Paris, Amelia de Orleans. Sérias dificultades:se oponian a la realizacion de ese enlace, dificultades que se fueron allanando, poco a poco, gracias al conciliábulo tranquilo de los Ministros y de los príncipes enamorados, en los salones del representante de Chile (SIC)”, relató Vicuña Subercaseaux en las cartas que escribía y enviaba a Chile.
Según relató Vicuña, después de dejar el cargo de representante diplomático, la residencia de Blest Gana continuó siendo “un centro prestijioso de la colonia chilena, el sitio en el cual continúa fusionándose con la sociedad francesa. Primero en el bulevard Pereire y hoi dia en la calle Cristóbal Colon, nuestro ilustre compatriota continúa ejerciendo el patronato de su talento y de su bondad”.
Su trabajo y conexión con la sociedad parisina hizo que varias familias chilenas, después de la Guerra del Pacífico, pusieran sus ojos en Francia. Fue así como de a poco comenzaron a llegar ilustres connacionales a instalarse en las brillantes calles de París.
“Esta (Colonia) aumentó considerablemente, con familias distinguidas y ricas, que no dejaron de contribuir al brillo de los salones parisienses. Entonces se instalaron en Paris las familias Matte, Errázuriz, Concha y Toro, Subercaseaux, Larrain, Ossa, Peña, Lyon, Beeche, Aguiar y tantas otras”.
La llegada de Ramón Subercaseaux como Cónsul en París aumentó la conexión entre franceses y chilenos. Vicuña recuerda en sus memorias que al ser pintor, Subercaseaux forjó amistad con destacadas figuras del arte francesa, quienes retrataron a diversas chilenas de la época y cuyos cuadros fueron expuestos en, por ejemplo, el Museo de Versalles y el Luxermburgo.
“Por el talento de nuestros artistas, por el espíritu de nuestra sociedad, hemos alcanzado en el Paris intelectual lo que otras colonias no han podido alcanzar (…) En estas relaciones de nuestros compatriotas con el mundo Cosmopolita, y con lo que hai de mas interesante en la sociedad parisiense, se encuentra lo novelesco de la historia que se podria escribir”, recordó.
Los Cousiño, un hotel y el recuerdo de su tierra natal
Después de varios conflictos en Chile y París, la colonia francesa se unió más. Esto llevo -a finales del 1800- a que varios miembros del grupo, deseosos de tener en la capital un encuentro de punto fijo, construyeran casas en el “hermoso y elegante barrio del Arco del Triunfo”, contó Vicuña.
Fue dicha decisión la que nos lleva a contar cómo París dejó a una chilena nombrar una de sus calles. Vicuña lo cuenta así: “La señora (Isidora) Goyenechea de Cousiño hizo levantar un magnífico hotel en el linde de Passy, cerca de esa admirable Avenida Henry Martin, que desemboca en Auteuil”.
“Como el hotel de la señora Cousiño dió lugar a una nueva calle, la Municipalidad de Paris ofreció su bautismo a la opulenta señora, y ella, recordando el paraiso de su tierra, la llamó «Calle de Lota». Chile es el único pais de Sud-América que tiene el nombre de uno de sus lugares escrito en una calle de Paris”, cerró Vicuña en su relato sobre la impresionante historia.