Las declaraciones de la profesora Karin Michels se hicieron famosas, chocando con los millones de consumidores que creen que es bueno para su salud. CNN habló con especialistas que entregaron su opinión.
El cianuro es un veneno. El veneno de serpiente de cascabel es un veneno. Ciertos productos domésticos pueden ser un veneno. Pero, ¿el aceite de coco? Una profesora parece pensar así, chocando de frente con los consumidores que creen que es bueno para ellos.
En su conferencia en la Universidad de Friburgo, completamente en alemán y publicada en julio, la profesora Karin Michels, del Instituto de Prevención y Epidemiología Tumoral de dicha universidad, califica las afirmaciones sobre el aceite de coco como “tonterías absolutas” y dice que es “puro veneno por su contenido de grasa saturada y su amenaza para la salud cardiovascular”. El video de su conferencia ha acumulado más de millón de visitas y sigue sumando.
“El aceite de coco es una de las peores cosas que puedes tomar”, dijo Michels.
Una encuesta de 2016 en el New York Times sugirió que el 72% de los estadounidenses piensan que el aceite de coco es saludable, en comparación con solo el 37% de los nutricionistas encuestados.
“Se hacen muchas afirmaciones sobre que el aceite de coco es maravilloso para muchas cosas diferentes, pero realmente no tenemos ninguna evidencia de beneficios a largo plazo para la salud”, dijo Walter C. Willett, profesor de epidemiología y nutrición en la Escuela de Salud Pública de Harvard, donde Michels es también profesora adjunta.
Aceite de coco, ¿es bueno para la salud?
“El aceite de coco está en el medio del espectro en términos de tipos de grasas. Probablemente sea mejor que los aceites parcialmente hidrogenados, que son altos en grasas trans, pero no tan bueno como los aceites vegetales más insaturados que tienen beneficios comprobados para la salud, como el aceite de oliva y de colza“, dijo previamente Willett a CNN.
Las organizaciones de salud tienden a desalentar el uso de aceite de coco, que tiene más del 80% de grasa saturada. La American Heart Association dice que es mejor para la piel que para la comida, y recomienda que no más del 5% o el 6% de las calorías diarias provengan de grasas saturadas, unos 13 gramos por día. La asociación también aboga por reemplazar el aceite de coco por “grasas saludables” como las grasas poliinsaturadas y las grasas monoinsaturadas, como las que se encuentran en los aceites de colza y oliva, los aguacates y los pescados grasos.
El aceite de coco “probablemente no es tan malo como la mantequilla, pero no tan bueno como el aceite de oliva virgen extra”, dijo a CNN Kevin Klatt, un investigador de nutrición molecular de la Universidad de Cornell que está estudiando los efectos metabólicos del aceite de coco.
¿Qué hay realmente en el aceite de coco?
El aceite de coco se extrae de la carne de la fruta. Contiene principalmente grasas saturadas, que también se encuentran en grandes cantidades en la mantequilla y la carne roja. Al igual que otras grasas saturadas, el aceite de coco aumenta el colesterol LDL, comúnmente conocido como colesterol “malo”, que se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.
Pero el aceite de coco también aumenta el HDL, el colesterol “bueno”, especialmente cuando se reemplazan los carbohidratos en la dieta. Esto puede deberse a su alto contenido de un ácido graso conocido como ácido láurico. (Esto también se observa en la charla de Michel).
Aún así, aunque el aumento de HDL observado con el consumo de aceite de coco puede compensar parte del riesgo de enfermedades, no es tan bueno como el consumo de aceites insaturados, que no solo aumentan el HDL sino que disminuyen el LDL, según Willett.
Lo que complica las cosas es el hecho de que todavía no sabemos con certeza en qué se traduce exactamente un HDL alto en términos de riesgo para la salud. “Ha habido un debate sobre el papel de HDL”, advirtió Willett. “En parte porque hay muchas formas de HDL que tienen diferentes consecuencias para la salud”.
Al igual que otros aceites, el aceite de coco es rico en calorías, lo que significa que consumir grandes cantidades sin reducir otras fuentes de calorías puede conducir a un aumento de peso.
En pequeñas cantidades, sin embargo, el aceite de coco puede tener un lugar en la dieta. Pero para el uso diario, los expertos recomiendan aceites vegetales como el aceite de oliva, colza o soja, junto con nueces y semillas, como fuente principal de grasas en la dieta.
– Susan Scutti, Atika Shubert y Claudia Otto, de CNN, y la nutricionista Lisa Drayer contribuyeron a este reporte.