Estudiante se come la obra de arte de un plátano pegado con cinta adhesiva a la pared porque “tenía hambre”

Por CNN Chile

01.05.2023 / 15:11

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El pasado jueves, un estudiante de Arte de la Universidad Nacional de Seúl descubrió que para él la obra era "un bocadillo". Así que retiró la fruta, una obra icónica del artista italiano Maurizio Cattelan, de una pared en el Museo de Arte Leeum en Seúl, Corea del Sur, donde fue exhibida, y procedió a comérselo.


(CNN) – Para algunos, la oportunidad de ver una banana pegada a una pared es estar a poca distancia de un momento sensacional en la historia del arte reciente. Para otros, es un bocadillo tentador.

El pasado jueves, un estudiante de Arte de la Universidad Nacional de Seúl descubrió que para él era eso: un bocadillo. Así que retiró la fruta, una obra icónica del artista italiano Maurizio Cattelan, de una pared en el Museo de Arte Leeum en Seúl, Corea del Sur, donde fue exhibida. Luego procedió a devorarlo.

“El estudiante le dijo al museo que se lo comió porque tenía hambre”, dijo un portavoz del museo a CNN en una llamada telefónica.

La obra, titulada “El comediante”, se convirtió en uno de los momentos virales más grandes del mundo del arte cuando se vendió por US$ 120.000 en Art Basel Miami Beach, en diciembre de 2019. Otras dos ediciones de la pieza también se vendieron en la feria.

Después de comerse la fruta, el estudiante volvió a pegar la cáscara a la pared. Posteriormente, el museo reemplazó la cáscara con un plátano fresco.

“Sucedió de repente, por lo que no se tomaron medidas especiales. El artista (Cattelan) fue informado del incidente, pero no tuvo ninguna reacción”, agregó el portavoz del museo.

La obra forma parte de la exposición individual WE de Cattelan, que se exhibe actualmente en el museo de Seúl hasta el 16 de julio. La banana en sí se intercambia regularmente cada dos o tres días y no está a la venta.

Cattelan es conocido por piezas satíricas que desafían la cultura popular, a menudo provocando debates en torno al arte conceptual.

 

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Esta no fue la primera vez que alguien pensaba que la obra de arte estaba lista para devorar.

Después de que se vendiera la primera edición de “El comediante”, en 2019, el artista de performance David Datuna arrancó sin contemplaciones la banana que se exhibía en la galería Perrotin en Art Basel, en Miami, y la engulló ante la mirada atónita de los espectadores.

Datuna disfrutó del truco, publicando en Instagram ese momento diciendo: “Realmente amo esta instalación. Es muy deliciosa“. Posteriormente, defendió el acto calificándolo de performance artística en rueda de prensa y no de vandalismo.

Antes de la venta de obras de arte que acaparó los titulares, Perrotin le dijo a CNN que las bananas son “un símbolo del comercio mundial, un doble sentido, así como un recurso clásico para el humor”, y agregó que Cattelan convierte objetos mundanos en “vehículos de deleite y crítica”. El artista no proporcionó instrucciones a los posibles compradores sobre qué hacer cuando la obra de arte comienza a descomponerse.

La obra de arte también está envuelta en una batalla por los derechos de autor. En 2022, Joe Morford, un artista de Glendale, California, alegó que Cattelan plagió su propia obra de arte de 2000 titulada “Banana & Orange”, que pone esas frutas pegadas con cinta adhesiva sobre fondos verdes pintados en una pared.

Según los documentos judiciales, Morford, quien se representa a sí mismo, había registrado la obra de arte en la Oficina de Derechos de Autor de EE.UU. y la había publicado en su sitio web, Facebook y cuentas de YouTube mucho antes de que Cattelan creara El comediante.

Los abogados de Cattelan han argumentado que Morford “no tiene derechos de autor válidos” sobre los elementos de la obra de arte: la banana y la cinta adhesiva pegada a la pared.

Otra de las obras de arte virales de Cattelan fue un inodoro de oro macizo de 18 quilates titulado “America” valorado en alrededor de US$6 millones. Se instaló por primera vez en el Guggenheim de Nueva York. en 2016. y estaba abierto para el uso de los visitantes. Más tarde, en 2019, fue robado del lugar de nacimiento de Winston Churchill, en el Palacio de Bleinheim en Inglaterra, donde se exhibía. Nunca se ha encontrado.