Un estudio encontró que este sentimiento está asociado a la disminución de la salud física.
Puede que los índices de soledad no sean nuevos, pero los tres períodos en los que alcanza su punto máximo sorprenden: hubo más personas que dijeron sentir soledad, entre moderada y severa, durante finales de sus 20, mitad de sus 50 y sus 80 años, según una investigación publicada el martes en la revista International Psychogeriatrics.
La sensación general de aislamiento también fue más frecuente de lo que esperaban los investigadores.
Tres cuartas partes de todos los participantes del estudio informaron niveles moderados a altos de soledad, dijo el doctor Dilip Jeste, autor principal del estudio y profesor de psiquiatría y neurociencias de la Universidad de California en San Diego.
“Una cosa para recordar es que la soledad es subjetiva. La soledad no significa estar solo, la soledad no significa no tener amigos“, dijo Jeste, quien también es director del Centro para el Envejecimiento Saludable de UCA en San Diego. “La soledad se define como ‘angustia subjetiva’. Es la discrepancia entre las relaciones sociales que quieres y las relaciones sociales que tienes”, dijo.
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Dentro de las nubes oscuras, Jeste también encontró un lado positivo: existe una relación inversa entre la soledad y la sabiduría. “En otras palabras, las personas que tienen altos niveles de sabiduría no se sienten solos, y viceversa”, dijo.
Los amigos que nos faltan
El doctor Vivek Murthy, exdirector general de Sanidad de Estados Unidos, dice que la reducción en la longevidad relacionada con la soledad es similar a fumar 15 cigarrillos al día, señaló Jeste en la introducción del estudio. Mientras tanto, algunas investigaciones sugieren que la soledad es común en la vejez, y otros dicen que es típica en la vejez. “Están algo divididos, así que eso es lo que queríamos averiguar”, dijo Jeste.
Un total de 340 residentes del Condado de San Diego de entre 27 y 101 años participaron en el estudio.
Jeste y sus coautores plantearon la hipótesis de que estos participantes comunitarios, ninguno con graves dolencias físicas o psicológicas, reportarían más soledad en la vejez basándose en la “suposición habitual de que a medida que las personas envejecen se vuelven más solos”, dijo. Los investigadores se sorprendieron cuando descubrieron dos picos (entre finales de los años 20 y mediados de los 50), además de uno de finales de los 80. Los resultados no explican las razones por las cuales las personas se sienten solas, pero Jeste tiene sus teorías.
“Por lo general, los 20 son momentos de toma de decisiones importantes, que a menudo son estresantes porque a menudo terminas sintiendo que tus compañeros tomaron mejores decisiones que tú, y hay mucha culpa sobre por qué lo hiciste o hiciste “, explicó. Es un período de estrés, que aumenta la soledad, dijo.
“La mitad de la década de los cincuenta es un período de crisis de la mitad de la vida”, dijo Jeste. Por lo general, tu estado de salud comienza a disminuir y muchas personas descubren que padecen predolencias como, por ejemplo, enfermedades cardíacas.
“Ves que algunos de tus amigos se están muriendo, y realmente, es la primera vez que te das cuenta de que tu vida no dura para siempre”, añadió. “Y a finales de los 80 es, por supuesto, un período en el que, si tienes suerte de haber sobrevivido hasta esa edad, las cosas empeoran“. Además de problemas de salud, es posible que experimente problemas financieros y la muerte de un cónyuge y amigos: “Es probablemente el más comprensible de los tres períodos”, dijo.
El sorprendente hallazgo principal del estudio fue la prevalencia del 76% de soledad moderada a grave, dijo Jeste: “Pensamos que sería poco más de un tercio”. Hombres y mujeres se sentían igualmente solos y en el mismo grado: no se encontraron diferencias de sexo en la prevalencia o la severidad, descubrieron él y sus colegas.
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El estudio también mostró que la soledad está asociada a la disminución de la salud física, la salud mental y la cognición, aunque esto se ha informado en el pasado.
El tercer hallazgo principal, la relación inversa entre la soledad y la sabiduría, fue “sorprendente e interesante y realmente positivo, un hallazgo optimista”, según Jeste.
Él y sus colegas midieron los seis componentes de la sabiduría en cada participante: conocimiento general de la vida; manejo de emociones; empatía, compasión, altruismo y sentido de equidad; perspicacia; aceptación de valores divergentes; y decisión: la capacidad de tomar decisiones rápidas y eficaces cuando sea necesario.
Los rasgos que debemos desarrollar
Esta asociación inversa entre soledad y sabiduría es sugestiva del papel de la personalidad en el desarrollo y la persistencia de la soledad a lo largo del tiempo, dijo Anthony Ong, profesor de Desarrollo Humano de la Universidad de Cornell y profesor de gerontología en medicina en Weill Cornell Medicine.
El enfoque en la sabiduría como factor protector es “novedoso, pero se necesita más investigación para aclarar los mecanismos subyacentes a la asociación entre sabiduría y soledad”, escribió en un correo electrónico Ong, quien no participó en la nueva investigación.
Una “plena comprensión” del fenómeno de la soledad dista mucho de estar completa, dijo Ong. “Sigue habiendo dudas sobre si las asociaciones entre la soledad y la salud reflejan los efectos de la soledad”. La investigación ha descubierto que la soledad es un factor de riesgo conocido para el deterioro cognitivo, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la discapacidad y la depresión.
Ong añadió que se necesitan urgentemente más estudios que aborden los efectos directos, indirectos y moderados del aislamiento social y la soledad en la salud.
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“También se necesita más investigación para aclarar los mecanismos cerebrales que subyacen a la asociación entre la soledad y el deterioro cognitivo en la vejez y hasta qué punto es reversible mediante la intervención”, dijo. Él cree que la lucha contra la soledad “puede jugar un papel importante para mejorar el bienestar y prolongar la vida”.
Jeste está de acuerdo en que se necesita más investigación y en responder a la pregunta: “¿Cómo se reduce la soledad?” es el “objetivo principal”. Con el suicidio, el abuso de opioides y ahora la soledad en niveles “epidémicos”, Jeste cree que hay “un estrés creciente en la sociedad en general en las últimas décadas”.
“La gente tiene que darse cuenta de que [la soledad] es un problema común. Es un problema grave”, dijo Jeste, quien sugirió que los seis rasgos componentes de la sabiduría deben cultivarse. “La soledad es triste, nadie está en desacuerdo con eso”, dijo. “Pero está un poco más bajo nuestro control de lo que algunas personas piensan”.