Este año se han incrementado en un 12% las compras de estos vehículos motorizados. Sin embargo, los expertos advierten que Santiago no tiene la cultura vial de otras ciudades, por lo que la masiva irrupción de las motos puede significar un colapso.
Si bien hasta hace unos años se veían pocas motos circulando en las calles capitalinas, hoy son parte del paisaje en todo horario.
La masificación de las apps con reparto, como Uber Eats, Rappi o Glovo, que permiten comprar un sinnúmero de producto con despacho directo a la casa o la oficina, han posibilitado que más personas se interesen en comprar una motocicleta.
Estos vehículos motorizados, que se caracterizan por su economía y rapidez, permiten desplazarse sin grandes problemas por ciudades congestionadas, como Santiago, Concepción o Viña del Mar, donde el tráfico es cada vez más complejo.
Por ello, según recomienda Juan José Santa Cruz, gerente general de Estoy Seguro, no solo es importante pensar una mejor estrategia a nivel de infraestructura vial, sino que además capacitar a los conductores.
Según los propios motociclistas, se trata de un trabajo lucrativo, pero todo depende de la cantidad de pedidos que hagan por día.
Una persona que trabaja 10 horas diarias, cinco días a la semana, y obtiene buenas propinas, puede llegar a ganar hasta $1 millón mensual.
Los horarios con más trabajo son, como es de esperar, los vinculados a la comida: de 12:00 a 15:00 horas y luego desde las 17:00 horas en adelante.
Otra característica llamativa es que la mayoría de los transportistas motorizados que circulan actualmente en Santiago son extranjeros, que han visto en estas aplicaciones de reparto una oportunidad fácil y rentable para trabajar.
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Las ventas: un alza explosiva
Los entendidos en el gremio de las motos reconocen que el crecimiento de las apps ha disparado significativamente las ventas.
De hecho, según cifras de la Asociación Nacional de Importadores de Motos, entre enero y junio de este año se vendieron 17.732 motos nuevas. Se espera que para este año se registre un 12% de crecimiento.
El interés de las personas por tener su “moto propia” se demuestra, por ejemplo, en las cifras que maneja Glovo en Chile: comenzaron con solo 50 motos y actualmente ya tienen más de mil transportistas asociados.
“Estas aplicaciones están dinamizando mucho este mercado de las motos de reparto. Pensamos que este 2018 lo vamos a terminar con cifras bastante positivas, en alrededor de 30 mil unidades vendidas”, afirma Cristián Reitze, presidente de la Asociación Nacional de Importadores de Motos.
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Autos y motos: una tensa convivencia
En la actualidad, cuando las calles ya están repletas de autos, la irrupción de las motos no ha sido fácil. Los mismos motociclistas reconocen que es un trabajo peligroso, pero continúan en él porque es rentable.
“Santiago no tiene la cultura vial que tienen otras ciudades del mundo. Por lo general, los conductores no comparten las vías, sino no la disputan, por ello es muy probable que ocurran accidentes que afecten a los vehículos menores, como motos o bicicletas”, advierte Juan José Santa Cruz, gerente general de EstoySeguro.cl.
Aunque las cifras han disminuido en los últimos años, confirman que conducir una moto es una labor riesgosa. Según la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), en los últimos 10 años en Chile han fallecido 1.125 motociclistas y más de 40.000 quedaron con lesiones de distinta magnitud.
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