Ordenar para ser feliz: Por qué todo el mundo está viendo a Marie Kondo

Por CNN Chile

11.01.2019 / 19:09

Con un trabajo dedicado a organizar y clasificar objetos del hogar, esta japonesa de 34 años llegó a estar en el listado de las más influyentes de la revista Times. Recomienda guardar sólo 30 libros y reducir al mínimo las relaciones con los familiares. En CNN Magazine analizamos su éxito.


El reality de Netflix A ordenar con Marie Kondo ha tenido éxito entre los amantes del orden y la limpieza, con una máxima que podría definirse como ordenar para ser feliz.

Esta mujer japonesa de 34 años no sólo llega al hogar de las familias participantes a ordenar. Lo suyo también implica seleccionar, botar lo innecesario, organizar y clasificar, llegando incluso a mejorar la convivencia familiar.

Sin embargo, la fama de Marie Kondo no es capital exclusivo de Netflix. Ya en 2015 aparecía en la lista de personas influyentes de la revista Times, y ha vendido más de 8 millones de ejemplares de sus libros donde expone su método de orden y limpieza.

La conductora de Radio Pauta, Isabel Plant, señaló a CNN Magazine que “es un fenómeno de ventas en todo el mundo” y que “su libro y su método la precedía igual”.

“Su filosofía es que tienes que tener en tu casa solamente lo que te genere genuina alegría, y todo el resto, lo que te da más o menos lo mismo, no tiene por qué estar ahí”, adelantó.

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Menuda y con una personalidad nada extrovertida, puede generar placer para los amantes del orden y la organización, o incomodidad para aquellos con personalidades acostumbradas al desorden. La recomendación de guardar sólo 30 libros y mantener relaciones con sólo tres familiares ha generado desacuerdo entre sus seguidores.

A ordenar con Marie Kondo genera una sensación similar a la del programa Extreme Makeover de la cadena ABC, pero con una salvedad: Kondo hace de las suyas sin materiales ni mano de obra extra.

El columnista de revista Sábado, Rodrigo Munizaga, explica que “acá todo tiene que ver con las personas, entonces cuando uno dice ‘oye, pero la casa se va a ver igual’, sí, en rigor la casa se va a ver igual, porque la producción es mínima, pero tiene una gracia que es que engancha a los protagonistas“.