También conocido como trastorno dismórfico corporal, se "caracteriza por una preocupación excesiva por un defecto imaginario en la apariencia física o una preocupación notablemente excesiva por una anomalía física leve", según la Asociación Americana de Psicología. "Nunca me veo como me ven los demás. Nunca hubo un momento en mi vida en el que amara mi cuerpo, nunca jamás", dijo Fox en entrevista con Sports Illustrated.
(CNN) – La actriz Megan Fox, estrella de la portada del número 2023 de Sports Illustrated Swimsuit, considerada desde hace tiempo un símbolo sexual, declaró que forma parte de los entre 5 y 10 millones de personas afectadas por dismorfia corporal en Estados Unidos.
“Nunca me veo como me ven los demás. Nunca hubo un momento en mi vida en el que amara mi cuerpo, nunca jamás“, dijo Fox en una entrevista en video con Sports Illustrated. “Cuando era pequeña, era una obsesión que tenía tipo: ‘Pero yo debería verme así’. Y por qué tuve conciencia de mi cuerpo tan joven, no estoy segura”.
La discrepancia entre cómo una persona se percibe a sí misma y cómo la ven los demás es un síntoma característico de la dismorfia corporal. También conocido como trastorno dismórfico corporal, se “caracteriza por una preocupación excesiva por un defecto imaginario en la apariencia física o una preocupación notablemente excesiva por una anomalía física leve“, según la Asociación Americana de Psicología.
Megan Fox asiste a la fiesta de presentación del número 2023 de Sports Illustrated Swimsuit en Hollywood, Florida, el 19 de mayo. (Crédito: Alberto Tamargo/Getty Images for Sports Illustrated Swimsuit)
El aspecto real de las personas — o su atractivo — no suele tener mucho que ver.
“Si esta persona tuviera, por ejemplo, una cicatriz muy visible u otra deformidad físicamente perceptible, no estaríamos hablando de eso”, afirma Ramani Durvasula, psicóloga clínica y autora con base en California.
“El individuo se preocupa, casi incluso se obsesiona, por un pequeño rasgo físico. Puede ser una pequeña mancha, un pequeño bulto en la nariz, un diente un poco desalineado, la forma de algo, pero no sería perceptible para otras personas”, añadió. “Nunca es suficientemente bueno. … Y básicamente se apodera de sus vidas”.
Alrededor del 2% de la población mundial padece dismorfia corporal, y este trastorno afecta casi por igual a hombres y mujeres, según la Anxiety & Depression Association of America. Los síntomas suelen empezar a aparecer en la adolescencia, cuando los cuerpos empiezan a cambiar drásticamente.
Existe una subforma de dismorfia corporal: la dismorfia muscular, que afecta sobre todo a los hombres, se caracteriza por la preocupación por la percepción de que el propio cuerpo no es lo suficientemente delgado o musculoso, a menudo independientemente de lo musculoso que sea la persona.
Aquí te decimos cómo es vivir con dismorfia corporal y cómo se puede encontrar ayuda.
¿Qué no es la dismorfia corporal?
La dismorfia corporal suele confundirse con un trastorno alimenticio, pero no es así debido a algunas diferencias, según Durvasula y Ann Kearney-Cooke, psicóloga de Cincinnati especializada en trastornos alimenticios y de la imagen corporal.
Las personas con trastornos alimenticios están preocupadas por una distorsión en la forma en que perciben su figura o su peso, dijo Durvasula. “La persona se involucra en conductas (de alimentación desordenada), así como en lo que llamamos conductas compensatorias, que podrían ser cosas como no comer durante ciertos períodos de tiempo, hiperejercicio, el uso de diuréticos o laxantes, ese tipo de cosas”.
Sin embargo, la dismorfia corporal suele centrarse en un rasgo imaginario o real, según los expertos.
Causas de la dismorfia corporal
No existe una única causa de la dismorfia corporal, pero hay algunos factores que contribuyen a ella.
“La dismorfia corporal pertenece a la misma familia de trastornos que el trastorno obsesivo-compulsivo“, afirma Durvasula. “La única evidencia genética que vemos es que si una persona tiene un familiar de primer grado (un padre o un hermano) con TOC, podría ser más propensa a desarrollar dismorfia corporal”.
Investigadores sugieren que los cerebros de algunas personas con dismorfia corporal podrían tener “anomalías en el procesamiento de la información visual a la hora de examinar su propio rostro”, según un estudio de 2010.
Las personas con dismorfia corporal tienden a pasar mucho tiempo mirándose al espejo para analizar los defectos percibidos. (Crédito: Microgen Images/Science Photo Library RF/Getty Images)
La dismorfia corporal a veces se produce al mismo tiempo que la ansiedad. Si alguien está preocupado por ciertas cosas debido a la ansiedad, un rasgo corporal puede ser simplemente otro tema en el que centrarse, agregó Durvasula.
“Las redes sociales no han ayudado en absoluto. Hay mucha más comparación social con el aspecto de otras personas. Muchas personas difunden imágenes falsas”, explica Durvasula. “En la adolescencia, esa forma de evaluación — apariencia física, encajar y todo eso — va a ser mucho más pronunciada”.
Tener familiares que se evalúan, validan o aman a sí mismos o a otros basándose en la apariencia también puede influir, agregó.
“Eso hace que la persona sea demasiado sensible a (percibir) defectos en su apariencia”, agregó Kearney-Cooke. “Y lo que suele ocurrir es que, en algún lugar de su interior, ya sea por una infancia difícil o por lo que sea, sienten que ‘no soy suficiente. No soy atractiva’. Y entonces lo proyectan en su cuerpo”.
Una mentalidad perfeccionista intensifica esta visión, añade.
Vivir con dismorfia corporal
Los efectos de la dismorfia corporal pueden extenderse a todos los aspectos de la vida — social, laboral y económica — sobre todo si el trastorno empeora con el tiempo sin tratamiento.
“Como están tan obsesionados con la sensación de que tienen un problema físico, invierten mucho tiempo y dinero en tratamientos médicos estéticos, tratamientos dentales estéticos, tratamientos dermatológicos e incluso tratamientos quirúrgicos”, explica Durvasula.
Las personas con dismorfia corporal también tienen conductas de “comprobación“, que pueden consistir en pasar mucho tiempo mirándose al espejo y hacerse innumerables selfies y evaluarlas, añadió Durvasula.
Mirarse compulsivamente al espejo puede aliviar los temores sobre el aspecto que se tiene o ayudar a ver si un defecto percibido sigue ahí o ha empeorado, según la Asociación Nacional de Anorexia Nerviosa y Trastornos Asociados. Creen que el rasgo es anormal o feo. La dismorfia corporal se describió originalmente como “el síndrome de la fealdad imaginada“, dijo Kearney-Cooke.
Las personas que padecen este trastorno también pueden buscar consuelo en los demás al preguntarles si ven el defecto, si un rasgo se ve bien o si hay algo malo o diferente en ese rasgo.
Según los expertos, las personas con dismorfia corporal pueden aislarse por vergüenza o por pasar demasiado tiempo preocupadas por su aspecto. También pueden agotar su apoyo social buscando constantemente seguridad, añade Durvasula.
Pasar tanto tiempo analizando su aspecto puede hacer que lleguen tarde al trabajo o que no hagan las tareas escolares. Algunas personas se ponen en peligro económicamente al comprar productos o procedimientos cosméticos, endeudándose ellas mismas o endeudando a sus familias, y a veces lo hacen en secreto por temor a lo que podría ocurrir si la gente se enterara.
Kearney-Cooke tuvo una paciente que estaba tan obsesionada con un defecto de su nariz que siempre se miraba al espejo, incluso mientras conducía. Chocar el auto contra un árbol mientras lo hacía fue una llamada de atención para la paciente, señaló, lo que condujo al tratamiento y, finalmente, a cierta mejoría.
Tratamiento de la dismorfia corporal
La dismorfia corporal no tiene cura y es un “trastorno clínico difícil” de tratar porque “es un patrón muy resistente al cambio“, explica Durvasula. Pero existen algunos tratamientos eficaces.
Uno de los preferidos por muchos expertos es la terapia cognitivo-conductual. Se cree que las distorsiones o pensamientos de una persona impulsan este comportamiento, por lo que los terapeutas trabajan sobre las distorsiones de la persona y parten de ahí, indicó Durvasula. Dado que la dismorfia corporal está en la misma categoría que el trastorno obsesivo-compulsivo, los tratamientos para el TOC, como la “exposición y prevención de respuesta”, también podrían ser útiles para controlar la dismorfia corporal. En un entorno seguro, esta terapia expone a las personas a situaciones que provocan sus obsesiones o desencadenantes y les exige que elijan no responder con comportamientos compulsivos.
Cuando se somete a un tratamiento de este tipo, una persona con dismorfia corporal no puede mirarse mucho en el espejo ni hacerse selfies, explica Durvasula. “Tienen que tolerar realmente la incomodidad de no adoptar el comportamiento de control. Pero eso tiene que complementarse con el trabajo cognitivo-conductual”.
Una historia de trauma requeriría terapia informada por trauma también, lo que implicaría que un profesional de salud mental reconozca cómo el trauma de la persona podría ser una causa raíz de la dismorfia corporal.
“Parte de la terapia también puede ser muy educativa, sobre las imágenes que vemos en el mundo y lo poco realistas que son”, explica Durvasula.
Según Kearney-Cooke, los investigadores también han estudiado las sustancias químicas del cerebro, como la serotonina, que causan la dismorfia corporal, por lo que los antidepresivos conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o ISRS también pueden ser útiles en el tratamiento.
Si no puedes encontrar un profesional de la salud mental especializado en dismorfia corporal, intenta trabajar con alguien que tenga experiencia en TOC o trastornos alimenticios, dijo Durvasula.